lunes, 24 de octubre de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE OCTUBRE DE 2022

 Lc 13,18-21: El grano creció y se hizo un árbol.


En aquel tiempo, decía Jesús:

«¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

«¿A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».


Nos tocan hoy dos pequeñas parábolas sobre el Reino de Dios. La primera, sobre el grano de mostaza. En este caso, Lucas es más escueto que los otros sinópticos en la descripción del grano. Ese grano creció y se hizo un árbol, hasta que los pájaros anidan en sus ramas. 


Es una parábola para confiar. Porque la semilla sembrada germina. Nos invita a confiar en Dios, en su Palabra. Tenemos que confiar que hay crecimiento, que no lo vemos, pero que en determinado momento, se nota. Sólo tenemos que plantar, es decir, poner en contacto con la Palabra de Dios, con Dios mismo. 


Es tan potente que es capaz de hacer fermentar hasta en tres medidas de harina. 

Ahora lo que nos tenemos que plantear es ¿si nuestra espiritualidad nos lleva al Reino?. ¿O sólo nos lleva a nosotros?.

Si no me quedo para mi la fuerza del evangelio, ella es capaz de fermentar la masa, es capaz de ir cambiando el mundo a base de ir cambiando los corazones de las personas con las que tengo relación. 


Confiemos en que ello pasa.