miércoles, 31 de marzo de 2021

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO DE RESURRECCIÓN. CICLO B

 

 


  HOJA PARROQUIAL

3 y 4 de Abril de 2021
Domingo de Resurrección. Ciclo B.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“No sabemos donde lo han puesto”




 


  Aún centellean en nuestros ojos las luces de los cirios, y resuenan los ecos del aleluya y el gloria. El de hoy es un amanecer festivo y alegre, de encuentro con el Resucitado.


  La Pascua no es una fiesta más. En el cristianismo primitivo era la única fiesta revivida domingo tras domingo. Es la fiesta del Viviente y de la vida. La celebración del triunfo de Jesús sobre el abandono, el dolor y la muerte.


  Cierto es que el Resucitado es el mismo crucificado. Lleva en su cuerpo glorioso los vestigios de su Pasión, esas heridas que nos han curado. La resurrección no ha borrado mágicamente las experiencias de muerte que aún quedan en nuestras personas y en nuestra historia. Pero es una promesa del Padre de que nosotros también las venceremos.


  Por ello, celebramos la Pascua no sólo con esperanza, también con una gran certeza: Dios nos libera radicalmente del mal y nos compromete con la liberación. Estamos llamados a vivir como resucitados, buscando y sirviendo los bienes de arriba, los valores del evangelio, una vida en plenitud.







LECTURAS


Primera lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: 

«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.

Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».


Salmo 117, 1-2. 16-17. 22-23 R/. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo


Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:

eterna es su misericordia. R/.


«La diestra del Señor es poderosa,

la diestra del Señor es excelsa».

No he de morir, viviré

para contar las hazañas del Señor. R/.


La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4


Hermanos:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.


Evangelio según san Juan 20, 1-9


El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: 

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.




Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO SEGUNDO. La comunidad humana


326 ¿Cuándo se ejerce la autoridad legítimamente?


La autoridad se ejerce legítimamente cuando trabaja al servicio del BIEN COMÚN y emplea medios justos para alcanzarlo. Las personas deben poder fiarse de que viven en un «Estado de derecho» en el que existen reglas vinculantes para todos. Nadie debe atenerse a leyes que sean arbitrarias o injustas o que contradigan el orden moral natural. En ese caso existe el derecho o, en algunas circunstancias, incluso el deber de la resistencia. Una pena impuesta por el Estado debe cumplir cuatro condiciones para ser proporcionada y justa:


El delito debe tener una reparación.

El Estado quiere con ello restaurar el orden público y preocuparse por la seguridad de los ciudadanos.

La pena debe hacer mejorar al reo.

La pena corresponde a la gravedad del delito.


327 ¿Cómo se puede desarrollar el bien común?


El BIEN COMÚN se da allí donde se respetan los derechos fundamentales de la persona y donde las personas pueden ejercer en libertad su desarrollo espiritual y religioso. El bien común significa que las personas pueden vivir en libertad, paz y seguridad. En los tiempos de la globalización el bien común debe buscar un alcance mundial y contemplar los derechos y obligaciones de toda la humanidad. El mejor servicio al BIEN COMÚN es que el bienestar de cada persona y de las células menores de la sociedad (como, por ejemplo, la familia) esté en el centro. El individuo y la unidad social menor necesitan protección y promoción especiales por parte de las instituciones estatales.


328 ¿Qué puede aportar el individuo al bien común?


Trabajar por el BIEN COMÚN quiere decir asumir responsabilidades en favor de los demás. El BIEN COMÚN debe ser cosa de todos. Esto se da en primer lugar cuando las personas se comprometen en su ambiente concreto —familia, vecindario, trabajo—y asumen responsabilidades. Implicarse también en responsabilidades sociales y políticas es importante. Pero quien asume una responsabilidad, ejerce el poder y está siempre en peligro de abusar de este poder. Por eso todo responsable está llamado a un proceso continuo de conversión, para poder ejercer el cuidado de los otros en justicia y en caridad permanentes.


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martes, 30 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 31 DE MARZO. MIÉRCOLES SANTO

 

 Especial: Revisión de la Semana Santa

Mt 26,14-25: El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay del que va a entregarlo!


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:

- «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»

Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

- «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»

Él contestó:

- «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:

- «¿Soy yo acaso, Señor?»

Él respondió:

- «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»

Entonces preguntó judas, el que lo iba a entregar:

- «¿Soy yo acaso, Maestro?»

Él respondió:

- «Tú lo has dicho.»


LOS DOS POLOS 

Los contemplamos en la escena de hoy. El polo positivo que es la entrega de Jesús. El polo negativo que es la traición de Judas.


Últimamente se ve mucho el símbolo binario. No es ésta la simbología del evangelio. Porque los dos polos no tienen la misma entidad, calidad, cantidad, etc.

Contrasta con la obstinación de Judas, el ardiente deseo de Jesús de celebrar la Pascua. 


La entrega de Jesús es un amor puro, un amor fiel, un amor libre. Y no puede estar empañado por la traición de Judas. Al revés, la traición de Judas, lo engrandece. Por ello, contemplemos la Luz que brilla en la tiniebla. Se acerca la hora de las tinieblas, pero en ella brilla la luz de la entrega de Jesús.


lunes, 29 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE MARZO. MARTES SANTO

   Especial: Revisión de la Semana Santa


Jn 13,21-33.36-38: Uno de vosotros me va a entregar... No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.


En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.

Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

- «Señor, ¿quién es?»

Le contestó Jesús:

- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.»

Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:

- «Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:

- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir."»

Simón Pedro le dijo:

- «Señor, ¿a dónde vas?»

Jesús le respondió:

- «Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.»

Pedro replicó:

- «Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.»

Jesús le contestó:

- «¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.»


TRAICIONES Y OPORTUNIDADES.

Título sugestivo para la perícopa de hoy. Por un lado, la traición de Judas y por otro, la negación de Pedro (que Jesús insinúa). Es verdad que son distintas, porque Judas lo entregó, y Pedro no. Pero la negación de Pedro es como si desquitara de su maestro. A Jesús le dolieron las dos. 


Sin embargo, Jesús les brinda otra oportunidad a los dos. Ese es el Dios que nos presenta Jesús. Un Dios confiable. 

Pedro si la aprovechó y Judas, no.

A Judas, Jesús le dio una última oportunidad. Última porque luego no se cruzó con Él. Sin embargo, Pedro si cruzó la mirada con Jesús y eso lo salvó. A Judas le dio una oportunidad, en la primera afirmación, que con una delicadeza impresionante, le dice: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» Judas estuvo perdido mientras no se cruzó con Jesús.


Dios siempre nos ofrece una nueva oportunidad. Algunas veces somos nosotros los que nos hacemos los remolones y no las aprovechamos.

domingo, 28 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE MARZO. LUNES SANTO

 

 Especial: Revisión de la Semana Santa

Jn 12,1-11: Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura.


Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: 

- «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»

Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo:

- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.


Todavía me resuena esta afirmación de Jesús leída en el evangelio de la Pasión del día de ayer: Os aseguro que, en, cualquier parte del mundo donde se proclame el Evange­lio, se recordará también lo que ha hecho ésta.» Es un texto paralelo de Marcos. Es otra casa, otro contexto, pero parecida situación. En el texto que nos corresponde, de Juan, no especifica tanto, pero me atrevo a situar la misma clave interpretativa.


En este evangelio se contrapone la generosidad de María con la tacañería de Judas. Tacañería para con el Señor, Maestro.

Yo creo que es bueno que recordemos lo que ha hecho esta mujer, para que seamos generosos con el que da sin medida. 


Con Dios no valen los cálculos, sólo valen las coordenadas del amor: no hay cálculos, no hay medidas, generosidad, gratuidad, donación.


El mismo Jesús reprende a los discípulos por que no fueron capaces de velar una hora con Él en el momento crucial. 


Nos preguntamos si nos movemos en las coordenadas de María o en las de Judas: midiendo el tiempo, haciendo el cálculo de lo que doy y lo que recibo, etc. 


Nos preparamos para la entrega de Jesús en la cruz. Ahí no valen los cálculos ni los relojes. 

HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS

 Especial: Revisión de la Semana Santa 


*Ésta homilía sólo fue pronunciada en la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel en la tarde de ayer. En el resto de las celebraciones, hice otra versión más breve pensando en los niños.


Como los últimos años intentaré reflexionar en el Triduo Pascual según el lema del Papa de la Cuaresma. Este año su título es: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén...” Para mí, es una frase de Jesús que siempre me ha calado, me ha interrogado y no me ha dejado indiferente. 

Llevamos tiempo preparándonos para esta subida a Jerusalén. Jesús llevaba toda su vida preparando esta hora.


El Domingo de Ramos, siempre me gusta decir que es como un pórtico donde contemplamos toda la Pasión. Leemos de corrido todo el relato, para luego ir deteniéndonos en cada uno de los misterios en los días del Triduo Pascual.


Hemos contemplado el relato de San Marcos. San Marcos dirige su evangelio a una comunidad y también decimos que es el evangelio propio de los catecúmenos, es decir, aquellos que se están iniciando. Esa comunidad a la que se dirige, somos nosotros. Ese catecúmeno también podemos ser nosotros.


San Marcos tiene elaborado su evangelio de manera que podamos continuamente responder a la pregunta, ¿quién es Jesús?. Sin embargo, ahora cambia la manera. Intenta darnos una respuesta a las preguntas que nos hacemos como comunidad y como catecúmenos ante la Pasión de Jesús.


La primera pregunta es: ¿cómo podría darse un hecho semejante? El Hijo del Hombre crucificado. Una serie de errores, de conjeturas, de decisiones apresuradas y torpes llevan a Jesús a la muerte. Todo sucede muy rápido.


La segunda pregunta es: ¿qué puede tener de grande una muerte, un sufrimiento? La muerte es lo menos humano y menos de la manera como se ensañaron los romanos con Jesús (les ponía a los chicos algunas escenas y se horrorizaban). La muerte es el sin-sentido. La muerte es la derrota de Dios. 


Tanto a una como a la otra pregunta, no tendremos respuestas fáciles.


Sin embargo, vemos en Is 53, 7: “Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como corderos llevado al matador, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca”  Y en el texto de hoy: “endurecí el rostro como pedernal”

Vemos claramente: La Pasión no es accidental. Por un lado, fue preanunciada por los cánticos del Siervo y más textos. Jesús es consciente de ello: Mirad que vamos camino de Jerusalén. Pero fundamentalmente, es Jesús mismo el que ha aceptado hasta el fondo la extrema humillación. Jesús va hacia el misterio de la degradación humana y lo acepta conscientemente. La miró cara a cara. Ahí está la clave. 


Jesús nos enseña que, mientras no subamos con él a Jerusalén, es decir, mientras no lleguemos a una aceptación consciente y libre, nuestro sufrimiento no tiene realmente sentido; empiezan a tenerlo cuando los miramos en algún modo a la cara, como hizo él, los aceptamos con él.


Nos puede venir bien, ir meditando en esta semana la serie de cuadros que Marcos nos ofrece. Tenemos para ello la Biblia, el evangelio o la app donde encontramos las lecturas.

Jesús y Judas

Jesús y los guardias

Jesús y el sanedrín

Jesús y Pedro

Jesús y Pilato

Jesús y Barrabás con la multitud

Jesús y los soldados

Jesús y Simón de Cirene

Jesús y los crucificados

Jesús y los esbirros

Jesús y el Padre

Jesús y el centurión

Jesús y las mujeres junto a la cruz

Jesús y sus amigos

viernes, 26 de marzo de 2021

EXAMEN DE CONCIENCIA. SEMANA SANTA 2021

 Examen de conciencia

Miro a la luz de la Palabra de Dios mi corazón para que el Señor lo sane con su misericordia.

EL AMOR ...

...es paciente: Perdón, Señor por mis impaciencias contigo. Mis rebeldías contra tu Santa Voluntad. Mis impaciencias con los que me rodean. Mis impaciencias en la adversidad. Mi rechazo sistemático a la entrega, del sufrimiento, de la incomodidad; mi tributo al hedonismo, mi búsqueda del placer.

...es servicial: Perdón, Señor, por no entender la vida como servicio a Ti en los hermanos. Por no poner mi talento y mis recursos a disposición de los demás. Por mi tacañería al dar mi tiempo, mi dinero, mis posibilidades. Por mi pereza, mi inactividad, mi falta de compromiso, mi deserción de la lucha en el momento crucial en que vivimos. Perdón por tantos pecados de omisión. Por mi falta de identificación con los necesitados, los marginados, con los que sufren en el cuerpo y en el espíritu.

...no es envidioso: Perdón, Señor, por mi envidia, mi afán de compararme con los que tienen más. Mi dolor del bien ajeno. Mi empeño en ser más que los otros, en quedar mejor, en ser más estimado.

...no es jactancioso: Perdón, Señor, por mi vanidad, mi presunción, mi vida de apariencias, mi superficialidad. Mis palabras altaneras, mi autoritarismo y despotismo.

...no se engríe: Perdón, Señor, por mi soberbia, el culto a mí mismo, mi falta de humildad ante los hombres, ante Ti, por constituirme el centro de mi mundo; por tener en mí y no en Ti el centro de gravedad. Por no adoptar la postura auténtica de pecador necesitado de tu perdón y misericordia y deudor ante los hombres.

...no busca su interés: Perdón, Señor, por vivir para mí mismo sin preocupación por los demás, por mi empeño desmedido en acrecentar lo mío, mis intereses, mi dinero, mi instalación en este mundo, mi placer, mi comodidad, mi sensualidad.


...no se irrita: Perdón, Señor, por mi falta de mansedumbre, mis enfados, mis ataques de ira, mi falta de dominio y control, mis indignaciones, mis salidas de tono.

...no toma en cuenta el mal: Perdón, Señor, por mi insistencia en fijarme en lo malo, en revolverme en el mal, manifestar los defectos ajenos, por las críticas, las detracciones, la calumnia, la exageración del mal ajeno, la propensión a admitir lo malo en los demás, a juzgar severamente, a condenar al hermano, a malinterpretar sus situaciones.

...no se alegra de la injusticia: Perdón, Señor, por mi convivencia con el mal, por ceder cuando me conviene, por transigir por interés o comodidad, por mis pecados contra la justicia. No dar a cada uno lo suyo. No darte a Ti el puesto que te corresponde en mi vida, por mi falta de piedad, oración y práctica de sacramentos, por mi falta de respeto a lo ajeno, por mi falta del cumplimiento del deber.

...se alegra de la verdad: Perdón, Señor, por mis faltas de sinceridad. Mi hipocresía, mi falta de apertura a la verdad y a sus tremendas consecuencias, mis infidelidades a Ti y a los hermanos, mi falta de lealtad.

...todo lo excusa: Perdón, Señor, por mi resistencia al perdón, por mi rencor, mi recuerdo de los males recibidos, mis dificultades para olvidar.

...todo lo espera: Perdón, Señor, por mi falta de confianza y esperanza, por desconfiar en Ti, por desesperar de los hombres, por mis susceptibilidades, por mi facilidad de sentirme herido.

...todo lo soporta: Perdón, Señor, por mi cansancio, mi desgana, mi apatía, mi aburrimiento, mi decepción, mi desaliento, mi facilidad en desistir y ponerme de espaldas.

La caridad no acaba nunca: Perdón Señor, porque aún no hemos empezado a AMAR de verdad.

  Y porque

“Jesús nos espera, nos escucha y nos perdona” (P. Francisco)

acudo al sacerdote y le manifiesto mis pecados a la luz de lo descubierto en el examen de conciencia.

Con la alegría que

“En el corazón de Dios estamos nosotros antes que nuestras equivocaciones" (P. Francisco),

doy gracias al Señor por derramar su misericordia una vez más sobre mí diciendo:

Sal 138

 Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

 porque escuchaste las palabras de mi boca;

 delante de los ángeles tañeré para ti;

 me postraré hacia tu santuario,

 daré gracias a tu nombre:

 por tu misericordia y tu lealtad,

 porque tu promesa supera tu fama.

 Cuando te invoqué, me escuchaste,

 acreciste el valor en mi alma.

 Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,

 al escuchar el oráculo de tu boca;

 canten los caminos del Señor,

 porque la gloria del Señor es grande.

 El Señor es sublime, se fija en el humilde,

 y de lejos conoce al soberbio.

 Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;

 extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo,

 y tu derecha me salva.

 El Señor completará sus favores conmigo.

 Señor, tu misericordia es eterna,

 no abandones la obra de tus manos.

jueves, 25 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DE 26 DE MARZO DE 2021

  Jn 10,31-42: Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.


En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.

Él les replicó:

- «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?»

Los judíos le contestaron:

- «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.»

Jesús les replicó:

- «¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.»

Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes habla bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían:

- «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad.»

Y muchos creyeron en él allí. 


Ahora parece que el motivo de acusación a Jesús es la blasfemia. Y éste era un motivo más grave y profundo. Los judíos no "conocían" a Jesús. No fueron capaces de abrirse a su persona. Solamente veían sus palabras y sus obras. Yo pienso que hoy también nos pasa lo mismo a los cristianos. Sabemos todo lo que hizo, y todo lo que dijo, pero sin embargo, no terminamos de abrirnos a Él con plena confianza. Nos sigue pareciendo una gran pretensión que Él sea el Hijo de Dios. Por eso no terminamos de convertirnos. Por eso no terminamos de confiar en Él. Por eso tantas cosas no tienen sentido. Ahora bien, cuando lo aceptamos como el Hijo de Dios, sus palabras recobran una dimensión nueva: las encontramos como dichas para mí, y son luz de esperanza en el camino. Sus obras y su vida son las pistas para la vida y son salvadoras.