martes, 25 de octubre de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE OCTUBRE DE 2022

 Lc 13,22-30: Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.


En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.

Uno le preguntó:

-Señor, ¿serán pocos los que se salven?

Jesús les dijo:

-Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois». Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».

Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.


Jesús aprovecha cualquier ocasión para ponerles contra la verdad. Ante la pregunta de si serán pocos los que se salven, Jesús responde de manera sorprendente: el Reino para todos tiene una puerta estrecha. 


Algunas veces, resulta incomprensible las comparaciones y las simbologías del evangelio. Esa puerta por la que muchos intentarán entrar y no podrán son los que quieren entrar por la puerta de sus vidas, de sus merecimientos, de sus ganancias. El Reino de los cielos no se gana, sino que se acoge. Por ello es una puerta estrecha, porque nos cuesta acoger, es salir de nuestra zona de confort. Decíamos el fin de semana que contemplábamos el evangelio, que la puerta estrecha es entrar por Jesús. Sin embargo, vendrán de lejos y se sentarán en la mesa del cielo. Se salvarán sólo los que entren por la puerta que es Jesús.