jueves, 31 de agosto de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2023

  Mt 25,1-13: ¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.

Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó una voz:

“¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!”.

Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las prudentes:

“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. 

Pero las prudentes contestaron:

“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”.

Pero él respondió:

“En verdad os digo que no os conozco”.

Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».


A medianoche se oyó una voz: ¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!

El evangelio centra su atención en esa voz. No sólo es una advertencia, es una alegría enorme la llegada del esposo. Llega tarde, pero llega.

Y llega cuando se han dormido las vírgenes.

Pero unas habían hecho sus deberes y las otras no.

Nuestro esposo también se demora. Nos quiere mantener en tensión, pero nos vamos aflojando, nos vamos cansando. No podemos esperar.

Y hay situaciones que no pueden esperar, pero nadie mejor que el esposo para saber cuando llegar.


Por eso, animémonos pensando en su llegada, aunque ésta se retrase. Pero cuando llega, se celebra una gran fiesta. 

miércoles, 30 de agosto de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 31 DE AGOSTO DE 2023

  Mt 24,42-51: Estad preparados.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?

Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.

Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas.

Allí será el llanto y el rechinar de dientes».


Cuando oigo la expresión "a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre", me evoca la brevedad del tiempo. Cuando en alguna acción, tenemos en cuenta el objetivo, la acción puede ir bien orientada.

Sin embargo, si no tenemos en cuenta el objetivo, nos podremos desviar. Muchas veces, nuestra vida la vivimos sin tener en cuenta el objetivo, o el término, la venida del Hijo del Hombre. Claro, así vivimos despistados pendientes en nuestros "negocios". Sin embargo, este Evangelio, para mí, viene a ser un acicate a no despistarme que mi vida es de Dios, y todo lo que hago es respuesta o no a Dios, acogida o no a Jesús. Esto me instiga a la responsabilidad, a la entrega y a no perder el tiempo. Hoy se oye mucho la expresión, "carpe diem", disfruta el momento. Para el cristiano, sería la expresión correcta: "vive con pasión y entrega el momento". Que el Señor nos de fuerza para vivir con pasión por Jesús y su evangelio. Ello traerá consigo la pasión por la vida y las personas.

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

     






Este verano contigo, bajo tu PROTECCIÓN TOTAL





  HOJA PARROQUIAL


2 y 3 de Septiembre de 2023
Domingo XXII del Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga”



 

    En la primero y segunda lecturas de este domingo (XXII del T.O.),  aparecen un par de cuestiones que llaman la atención, por paradójicas, en nuestra realidad actual. La primera, en el libro de Jeremías, “un sí pero no,… sí”:  Jeremías se sabe seducido por Dios y a la vez se incomoda. Obrar desde el “engaño” de Dios ha significado mofa y burla para él, “sí pero no”. Sin embargo, la fuerza de Dios, el amor, todo lo puede. Jeremías, acepta su realidad, a pesar de las burlas, de las dificultades personales: Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente… Yo intentaba sofocarlo, y no podía (Jr 20, 9)


    La fuerza del amor, la fuerza de la confianza, la fe. La realidad de Dios se da en el día a día y es razón de contradicciones en nuestra comprensión de Su voluntad. La presencia y acción de Dios en la vida del ser humano depende del vacío de intereses, seguridades, miedos, que dominan y esclavizan. Destacar estos dos términos a reflexionar: amor y confianza.


    La segunda cuestión, en la carta a los Romanos. No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente (Rm 12, 2). Renovar la mente… no acomodarse. Dejar de pensar desde los baremos e intereses muy humanos que se sustentan en el tener, poder, cantidad, fuerza. Pensar, inspirados por la Palabra de Dios, desde categorías más próximas a las de Dios-Padre que su Hijo nos muestra. No acomodarse, abiertos a la propia realidad que cada día puede sorprender.


    Todo lo externo a uno es pregunta, es diálogo, la pregunta y la respuesta es camino, es avanzar. Pensar desde la mentalidad divina es aproximarse a Dios. Aproximarse a Dios se hace patente cuanto más próximos nos sabemos de los demás. No acomodarse, no conformarse… compartir, agradecer, amar.










LECTURAS


Primera lectura del libro de Jeremías 20, 7-9


Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir;
has sido más fuerte que yo y me has podido.
He sido a diario el hazmerreír,
todo el mundo se burlaba de mí.
Cuando hablo, tengo que gritar,
proclamar violencia y destrucción.
La palabra del Señor me ha servido
de oprobio y desprecio a diario.
Pensé en olvidarme del asunto y dije:
«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»;
pero había en mis entrañas como fuego,
algo ardiente encerrado en mis huesos.
Yo intentaba sofocarlo, y no podía.


Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.


Oh, Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.


¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.


Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.


Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 1-2


Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual.
Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.


Evangelio según san Mateo 16, 21-27


En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Entonces dijo a los discípulos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»






3. Hacia una Iglesia sinodal misionera



3.4 La sinodalidad toma forma 


Estructuras e instituciones

 

 

79. En diferentes partes del mundo, la transparencia se considera un factor esencial para una Iglesia auténticamente sinodal, en la que estamos llamados a crecer en el camino que estamos recorriendo: «La Iglesia católica debe ser más abierta y transparente: todo se hace en secreto. Los órdenes del día y las actas del consejo parroquial nunca se hacen públicos, ni se discuten las decisiones del consejo de asuntos económicos, y los presupuestos no son públicos» (comentario individual del Reino Unido). La transparencia impulsará la verdadera responsabilidad de todos los procesos de toma de decisiones, incluidos los criterios utilizados para el discernimiento. Un estilo de liderazgo anclado en un modo de proceder sinodal producirá confianza y credibilidad: «en algunas cuestiones, el ejercicio de la autoridad es efectivamente colegiado, a través de la consulta de los organismos integrados en las diversas estructuras de administración, gestión y animación pastoral [...]. Pero a veces es triste constatar que en nuestra Iglesia católica hay obispos, sacerdotes, catequistas, responsables de comunidades..., que son muy autoritarios. [...] En lugar de servir a la comunidad, algunos se sirven a sí mismos con decisiones unilaterales, y esto obstaculiza nuestro camino sinodal» (CE Chad). Además, en muchas síntesis se reclama la participación de personas con competencias profesionales adecuadas en la gestión de los asuntos económicos y de gobernanza. 


80. Al igual que los órganos de participación, todas las instituciones de la Iglesia están llamadas a interrogarse sobre cómo integrar el impulso de la sinodalidad en el modo de ejercer sus funciones y su misión, renovando sus estructuras y procedimientos o introduciendo otros nuevos. Un caso particular lo representan las universidades e instituciones académicas, que podrán dedicar un esfuerzo de investigación a temas relacionados con la sinodalidad, innovando así su propuesta educativa. En especial, las facultades de teología podrán profundizar en los conocimientos eclesiológicos, cristológicos y pneumatológicos inherentes a las experiencias y prácticas sinodales. 


81. La adopción de un estilo auténticamente sinodal interpela también a la vida consagrada, partiendo precisamente de aquellas prácticas que ya subrayan la importancia de la participación de todos los miembros en la vida de la comunidad a la que pertenecen: «en la vida consagrada, la sinodalidad concierne a los procesos de discernimiento y de decisión. Nuestros institutos practican el discernimiento en común, pero hay margen de mejora. Ser miembro de un cuerpo requiere participación. [...] Tanto en la Iglesia como en la vida consagrada existe un deseo generalizado de un estilo de gobierno circular (participativo) y menos jerárquico y piramidal» (USG/UISG). 




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martes, 29 de agosto de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE AGOSTO DE 2023

Mt 23,27-32: Sois hijos de los que asesinaron a los profetas.


En aquel tiempo, Jesús dijo: 

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. 

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».


De la homilía del Papa del 28 de mayo de 2015 en Santa Marta


Los cristianos de salón —que son egoístas, especuladores, mundanos o rigoristas— alejan a la gente que busca a Jesús. Acerca de esta tentación puso en guardia el Papa Francisco al celebrar la misa, el jueves 28 de mayo, en la capilla de la Casa Santa Marta. Invitando a cada uno a «un examen de conciencia», el Papa recordó que los cristianos deben saber escuchar «el grito de ayuda» de la gente y sostenerla en el camino para acercarse al Señor.


El Papa Francisco inició la homilía hablando el episodio relatado por san Marcos en el pasaje evangélico (10, 46-52) propuesto por la liturgia. «Jesús estaba con sus discípulos y con la gente —dijo— que lo seguía porque Él hablaba como un maestro, con autoridad propia». Bartimeo, un hombre ciego, «escuchó bullicio y preguntó: “¿Qué sucede?”. Era Jesús». Y así Bartimeo «comenzó a gritar, y gritaba con fuerza haciendo un acto de fe: “Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí”». Sus palabras son «precisamente un acto de fe», destacó el Pontífice.


Pero «entre la gente que estaba allí con Jesús, cada uno tenía su personalidad, su modo de ver la vida, de sentir la vida», explicó el Papa. Y, así, ante todo, «había un grupo de gente que no escuchaba el grito» del hombre ciego. Es «ese grupo de gente que, incluso hoy, no percibe el grito de los muchos que tienen necesidad de Jesús». En definitiva, es «un grupo de indiferentes: no escuchan, creen que la vida es sólo el grupito allí; están contentos, son sordos al clamor de tanta gente que necesita salvación, que necesita ayuda de Jesús y de la Iglesia». Pero, destacó el Papa Francisco, «esa gente es egoísta, vive para sí misma» incapaz «de escuchar la voz de Jesús».


«Luego están los que escuchan ese grito que pide ayuda, pero quieren silenciarlo», continuó el Pontífice. Y, en efecto, san Marcos en su Evangelio dice que muchos reprendieron a Bartimeo para hacerlo callar, diciéndole que «no gritase» y que dejase al maestro «tranquilo». Lo hicieron «también los discípulos». Y el Papa recordó además «cuando los discípulos alejaron a los niños», precisamente «para que no incomodaran al maestro». Así, pues, también los discípulos trataron de hacer callar a Bartimeo «porque el maestro estaba con ellos, era para ellos, no era para todos». Actuando así «esta gente aleja a Jesús de los que gritan, que tienen necesidad de la fe, que tienen necesidad de salvación».


Existe también, afirmó el Papa Francisco, otro grupo, formado por los «especuladores: eran religiosos, parece, pero Jesús los expulsó del templo porque hacían sus negocios allí, en la casa de Dios». Se trata de personas «que no escuchan, no quieren escuchar el grito de ayuda, sino que prefieren hacer sus negocios y usan al pueblo de Dios, usan a la Iglesia, para hacer sus propios negocios». También «estos especuladores alejan a la gente de Jesús» y no permiten que las personas «pidan ayuda».


«Otro grupo que aleja a la gente de Jesús —dijo también el Papa— son los cristianos sólo de nombre, sin testimonio, que no dan testimonio de cristianos». Sí, «son cristianos de nombre, cristianos de salón, cristianos de fiestas, pero su vida interior no es cristiana, es mundana». Y «uno que se llama cristiano y vive como un mundano aleja a quienes piden “ayuda” a Jesús».

Y, también, «están los rigoristas», añadió el Papa: «aquellos a los que Jesús reprende» porque «cargan muchos pesos sobre los hombros de la gente». Y «Jesús les dedica a ellos todo el capítulo 23 de san Mateo». Les dice «¡hipócritas, explotáis a la gente!». En efecto, «en lugar de responder al grito que pide salvación alejan a la gente».


El «primer grupo», resumió el Pontífice, está formado por «los que no escuchan». Del segundo, en cambio, forma parte «mucha gente diversa, diferente» que «escucha la llamada, pero aleja» de Jesús. Y «está también un tercer grupo», son «los que ayudan a acercarse a Jesús» y que dicen a Bartimeo: «“Ánimo, levántate, te llama”». Es «el grupo de los cristianos que son coherentes entre lo que creen y lo que viven» y ayudan a acercarse a Jesús «a la gente que grita pidiendo salvación, pidiendo la gracia, pidiendo la salud espiritual para su alma».

Precisamente a la luz de esta reflexión, el Papa Francisco propuso «un examen de conciencia» que «nos hará bien», a través de una serie de preguntas directas: «¿En qué grupo estoy? ¿En el primero, entre los que escuchan los numerosos gritos que piden ayuda de salvación? ¿Me ocupo sólo de mi relación con Jesús, cerrada, egoísta? ¿Pertenezco al segundo grupo, entre los que alejan a la gente de Jesús, por la falta de coherencia de vida, falta de testimonio, así como por estar muy apegados al dinero o por la rigidez?». Y también: «¿Alejo a la gente de Jesús o pertenezco al tercer grupo, el de los que escuchan el grito de tantas personas y les ayudo a acercarse a Jesús?». A estas preguntas, concluyó el Papa, «cada uno de nosotros puede responder en su corazón». 

lunes, 28 de agosto de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE AGOSTO DE 2023

  Mc 6,17-29: Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.


En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía:

«No está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano».

Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños la hija Herodías bailó durante la fiesta y su baile le gustó a mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven:

«Pídeme lo que quieras y yo te lo daré».

Y le juró varias veces:

«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».

Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó:

«La cabeza de Juan el Bautista».

Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo:

«Quiero que me des ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue,

lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, lo discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.


Reflexión

Precursor del nacimiento y de la muerte de Cristo

San Beda el Venerable, presbítero


(Homilía 23: CCL 122,354.356-357)


El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, la gente pensaba que cumplía una pena, pero él esperaba de lleno la inmortalidad. Con razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que había dado del Señor.


No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, sí trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.


Cristo, en efecto, dice: Yo soy la verdad; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo; y él, que precedió a Cristo en su nacimiento, en su predicación y en su bautismo, anunció también con su martirio, anterior al de Cristo, la pasión futura del Señor.


Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida derramando su sangre, después de un largo y penoso cautiverio. Él, que había evangelizado la libertad de una paz que viene de arriba, fue encarcelado por unos hombres malvados; fue encerrado en la oscuridad de un calabozo aquel que vino a dar testimonio de la luz y a quien Cristo, la luz en persona, dio el título de «lámpara que arde y brilla»; fue bautizado en su propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al Redentor del mundo, oír la voz del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la gracia del Espíritu Santo que descendía sobre él. Mas, a él, todos aquellos tormentos temporales no le resultaban penosos, sino más bien leves y agradables, ya que los sufría por causa de la verdad y sabía que habían de merecerle un premio y un gozo sin fin.


La muerte -que de todas maneras había de acaecerle por ley natural- era para él algo apetecible, teniendo en cuenta que la sufría por la confesión del nombre de Cristo y que con ella alcanzaría la palma de la vida eterna. Bien dice el Apóstol: A vosotros se os ha concedido la gracia de estar del lado de Cristo, no sólo creyendo en él, sino sufriendo por él. El mismo Apóstol explica, en otro lugar, por qué sea un don el hecho de sufrir por Cristo: Los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.