domingo, 31 de julio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE AGOSTO DE 2022

 Mt 16,13-23: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

Jesús le respondió:

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».


Preguntarme sobre la identidad de Jesús y mi relación con Él es siempre importante, sobre todo si quiero profundizar y resignificar mi fe.
Para Pedro Jesús es el Hijo de Dios Vivo y el Mesías. Pero Pedro no acaba de entender el final de Jesús.
Porque cuando Jesús habla de su muerte, Pedro no entiende y quiere hacerle cambiar de camino.
Nosotros también podemos vivir esa contradicción de creer y profesar algo que nunca vivimos o nos parece difícil vivir y por eso ni siquiera lo intentamos.
Sería bueno que hoy te preguntaras y te contestaras a las siguientes preguntas:
– ¿Quién es Jesús para mí y que significa en mi vida?
– ¿Descubro la voluntad de Dios a través de Jesús?
– ¿Tengo el valor para seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias?
– ¿Cómo puedo ser hoy constructor del Reino de Dios?.
– ¿Qué contestaría si hoy Jesús me dirigiera la pregunta que le dirigió a los discípulos: Y TÚ, QUIÉN DICES QUE SOY YO?

Antonio Sanjuán Marín, cmf