miércoles, 28 de abril de 2021

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO V DE PASCUA. CICLO B

  HOJA PARROQUIAL

1 y 2 de Mayo de 2021
Domingo V de Pascua. Ciclo B.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador”




 


   Hay quien compara lo cristiano en muchas comunidades/parroquias/grupos a un bonsay: un árbol muy bonito, que se pone en un ángulo de una casa y adorna, solo tiene la utilidad de la estética. Es un árbol pequeño, reducido, que da frutos pequeños, sin madera, nada…., es un adorno bonito para cuidarlo.  Es como una comunidad social y jurídicamente impecable, pero pastoralmente muerta. Es como una parroquia de despacho, organizada hasta el límite en los detalles, pero paralizada pastoralmente. La rutina, el conformismo, el miedo a cambiar, el pasotismo, lo fácil, han llegado a la esclerosis y ya no es la Palabra de Dios, el Espíritu del Resucitado el que anima sus obras de amor.


   Así es una pascua reducida solo a lo celebrativo, lo ritual. La pascua es celebración y mucho más. Celebración de un evento, como la salida de la esclavitud de Egipto para entrar en la libertad de los hijos de Dios y agradecer al Creador el camino abierto hacia la tierra prometida; celebración del paso de la muerte a la vida por la resurrección de Jesús, y celebración del memorial (en sentido hebreo: lo que se celebrar se actúa y actualiza en la vida) de nuestra nueva vida. El evangelio nos habla de la comunidad cristiana nueva y alternativa, en expansión que nace de la pascua, no de un gueto que se retroalimenta y solo vive para celebrar.


  Parece que el evangelio está de acuerdo con nuestra sociedad de la eficacia y la producción, hablándonos de frutos, pero en nuestro caso se trata de frutos de vida, de hacer el bien, de ser coherentes con lo que hemos recibido de la Palabra para nuestra humanidad.    

  

   Además, son frutos para los demás, no son para uno mismo, para la propia ventaja, sino para que otros vivan más y mejor. Somos una viña de utilidad pública y por tanto, todo el que pasa tiene derecho a exigirnos frutos de vida…..


   Los frutos no se consiguen practicando cualquier método o utilizando los medios que mejor nos parezcan (no vale todo con tal de ganar, ni la ley del más fuerte o del más listo, …), sino que es el Señor, el amo el que pone dos condiciones para la fecundidad de la viña: la permanencia en él y la poda, que no son un simple posicionamiento religioso sin más, sino unas actitudes de vida.







LECTURAS


Primera lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31


En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.


Salmo 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32 R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.


Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan:

viva su corazón por siempre. R.


Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe;

en su presencia se postrarán

las familias de los pueblos.

Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,

ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R.


Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

todo lo que hizo el Señor. R.


Segunda lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 3, 18-24


Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.


Evangelio según San Juan 15, 1-8


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».




Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO TERCERO. La salvación de Dios: la ley y la gracia


338 ¿Qué es la gracia?


Llamamos gracia al acercamiento gratuito y amoroso de Dios a nosotros, a su bondad que nos ayuda, a la fuerza para la vida que procede de él. Por la Cruz y la Resurrección Dios se acerca completamente a nosotros y nos hace participar de su vida mediante la gracia. Gracia es todo lo que Dios nos otorga sin que lo merezcamos lo más mínimo. «La gracia», dice el papa Benedicto XVI, «es ser contemplado por Dios, ser tocado por su amor». La gracia no es un objeto, sino la comunicación de sí mismo que Dios hace a los hombres. Dios no quiere darnos menos que a sí mismo. En la gracia estamos en Dios.


339 ¿Qué hace la gracia de Dios con nosotros?


La gracia de Dios nos introduce en la vida interior del Dios trinitario, en el intercambio de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nos capacita para vivir en el amor de Dios y para obrar a partir de este amor. La gracia nos ha sido infundida de lo alto y no se puede explicar por causas intramundanas (gracia sobrenatural). Nos convierte en hijos de Dios —especialmente por el Bautismo— y herederos del cielo (gracia santificante o divinizadora). Nos otorga una inclinación interior permanente al bien (gracia habitual). La gracia nos ayuda a conocer, querer y hacer todo lo que nos conduce al Bien, a Dios y al cielo (gracia actual). La gracia se da de modo especial en los sacramentos, que por voluntad de nuestro Redentor son lugares destacados del encuentro con Dios (gracia sacramental). También se muestra en especiales dones de gracia que se conceden a cristianos individuales (CARISMAS) o en fuerzas especiales prometidas al estado del matrimonio, del Orden y al estado religioso (gracia de estado).


340 ¿Cómo se relaciona la gracia de Dios con nuestra libertad?


La gracia de Dios sale al encuentro del hombre en libertad y lo busca y lo impulsa en toda su libertad. La gracia no se impone por la fuerza. El amor de Dios quiere el asentimiento libre del hombre. A la oferta de la gracia se puede también decir que no. Sin embargo la gracia no es nada exterior o extraño al hombre; es aquello que desea en realidad en lo más íntimo de su libertad. Dios, al movernos mediante su gracia, se anticipa a la respuesta libre del hombre.

COLABORA CON TU PARROQUIA