sábado, 26 de diciembre de 2020

HOMILÍA SAGRADA FAMILIA 2020

 Hay un virus que es peor que el que nos asoma. Un virus que ha estado afectando a la humanidad durante mucho tiempo. Un virus que parece ser, que se va consiguiendo erradicar, pero queda todavía un resto que todavía se resiste.


Ciertamente es un virus muy poderoso, no sólo porque ha estado miles de años entre los humanos, sino porque es capaz de cambiar totalmente su organismo, su respuesta, su ánimo, su trabajo, en definitiva, todo.


A lo largo de los siglos, ha habido variantes, o mejor dicho, se ha confundido este virus con otras afecciones, de manera que se pensaba que estaba el organismo afectado por la fe, pero ha sido todo lo contrario, por lo que los retrovirales, las vacunas, no hacían efecto. 


Han existido muchas vacunas, con una efectividad baja, aunque ahora parece ser que ha aumentado.


Este virus es la fe.


Dentro de las posibilidades, he elegido las lecturas que hablan de la fe. Si destaca algo la familia de Nazaret, es por la fe. Si hay algo que podamos decir como propio de una familia y matrimonio cristiano, es la fe.


Evidentemente el contenido fundamental en la vida de las personas, en las familias y en los matrimonios; es el amor.

Este amor tiene que ser informado, iluminado desde la fe, para que sea auténtico. En las lecturas nos dan pistas:


En la primera lectura, Dios le decía a Abrahan que mirara al cielo, a las estrellas del cielo. La fe es la capacidad de trascendencia, de salir de mí, de mis problemas, de mi punto de vista, de mis enfados, cabreos, etc. María, nos dice la Biblia, meditaba todo en su corazón. Era capaz de ponerlo todo en manos de Dios. Es fundamental la fe para no tirar la toalla, para poder perdonar, para no dejarse llevar por los rencores, para no tener en cuenta las cosas del pasado. También para mirar más allá, amar desde la eternidad al otro. La oración es uno de los instrumentos más preciosos de la fe. 


En la segunda lectura, se nos relata, todo lo que la fe es capaz de hacer. La fe es la puerta de los milagros, los milagros del día a día. La fe es la fuerza de la vida. 


En la Gaudete et Etsxultate el Papa relata dos enemigos de la santidad. Y me atrevo a extrapolar, enemigos de la fe. Son las dos grandes vacunas.


  1. Neopelagianismo. Yo me puedo salvar con las obras, con mis acciones. YO PUEDO. No hace falta que pida ayuda a Dios, porque yo elijo mi vida por mi cuenta y puedo llegar a todo lo que me proponga. No podemos superarnos sin una mirada trascendente. En esta pandemia nos hemos dado cuenta de que somos vulnerables.
  2. Gnosticismo. Yo me puedo salvar por el conocimiento. YO SÉ. Ya lo sé todo. No hace falta que me expliques. La fe implica un conocimiento tan profundo que descubre el gran abismo que hay, todo lo que le falta por saber. Por tanto, lo importante no es saber, sino apoyarme en el que sabe. 


Hay personas que creen que viven desde la fe, pero en verdad, la fe no es sino solamente un vestido o un adorno que se ponen. En verdad, en su vida no hay fe, sino solo fachada. Van a misa, pero en verdad no hay fe. Si le hiciéramos una PCR daría negativo, es tan baja la concentración del virus, que la PCR no lo apreciaría.


El virus de la fe, para poder dañar a una persona, tiene que entrar en el interior. Igual que el SARS COV 2, entra por la nariz y la boca en el organismo. La fe entra por el oído, cuando escucha y va al corazón, por medio de la oración, para que empiece a surtir efecto. 


Y hay un retroviral muy potente hoy en día: tiene que ver con el dinero. El consumismo, la avaricia, la vanidad…. Van a por el virus, lo atacan frontalmente. Hoy en día, es una de las causas principales que atacan al virus. Y crece cada vez más. Ha podido con la Navidad. 


Gracias a Dios, este virus es tan potente, que es imposible erradicar, siempre quedará un resto, por el cual se podrá infectar a otros. 


¿Queremos vivir desde la fe?