miércoles, 20 de mayo de 2020

HOJA PARROQUIAL. ASCENSIÓN DEL SEÑOR. CICLO A

HOJA PARROQUIAL
23 y 24 de Mayo de 2020
Domingo VII de Pascua. Ascensión del Señor. Ciclo A.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”

Estamos alcanzando el final de la Pascua y quién sabe si también, el principio del final de las medidas extraordinarias por la crisis del Coronavirus, al menos en Europa. Esta ha sido una Pascua extraña para todos, vivida en gran parte en nuestras casas, con las puertas cerradas, por miedo, no a los judíos, como dice el evangelio que ocurrió a los Apóstoles, tras la muerte de Jesús, sino por defendernos de una micropartícula que se ha llevado la vida de personas, algunas muy cercanas a nosotros y ha revolucionado nuestra forma de vida más que ningún otro acontecimiento en los últimos años, o siglos. Hoy también recordamos un acontecimiento importante para la familia dominicana, como fue la Traslación de Santo Domingo del lugar donde fue depositado, a los pies de sus frailes a otro lugar más digno, en medio de una gran solemnidad, casi “al son de trompetas” como proclama el salmo de hoy. Sin duda, tenemos motivos para alegrarnos, aun en medio de las dificultades, del dolor y de la muerte porque sabemos y, sobre todo, creemos, que la muerte y el sufrimiento no son el final, sino que la Vida será quien se alce con la victoria.




LECTURAS

Primera lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseño desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días». Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?». Les dijo: «No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de la tierra”». Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».

Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9 R/. Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de trompetas

Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor altísimo es terrible, emperador de toda la tierra. R/.

Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: tocad para Dios, tocad; tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

Porque Dios es el rey del mundo: tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones,  Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23

Hermanos: El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y «todo lo puso bajo sus pies», y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.

Conclusión del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».


YOUCAT

182 ¿Por qué los signos sagrados de la Liturgia necesitan además palabras?

Celebrar la LITURGIA supone encontrarse con Dios: dejar que él actúe, escucharle, responderle. Estos diálogos se expresan siempre en gestos y palabras. Jesús habló a los hombres mediante signos y palabras. Así sucede también en la Iglesia, cuando el sacerdote presenta los dones y dice: «Esto es mi cuerpo,... ésta es mi sangre». Sólo esta palabra interpretativa de Jesús hace que los signos se conviertan en SACRAMENTOS: signos que realizan lo que significan.

183 ¿Por qué se interpreta música en las celebraciones y cómo debe ser la música para adecuarse a la Liturgia?

Donde las palabras no son suficientes para alabar a Dios, la música acude en nuestra ayuda. Cuando nos dirigimos a Dios siempre hay algo inefable y algo que no expresamos. Ahí puede ayudarnos la música. En el júbilo, el lenguaje se convierte en canto, por eso los ángeles cantan. La música, en las celebraciones litúrgicas, debe hacer más hermosa e íntima la oración, debe tocar con hondura el corazón de todos los presentes, elevar hacia Dios y preparar una fiesta de tonalidades para Dios.

184 ¿Cómo marca la Liturgia el tiempo?

En la celebración litúrgica el tiempo se convierte en tiempo para Dios. A menudo no sabemos qué hacer con nuestro tiempo y nos buscamos un pasatiempo. En la Liturgia el tiempo se vuelve muy denso, porque cada segundo está lleno de sentido. Cuando celebramos el culto, experimentamos que Dios ha santificado el tiempo y que ha hecho de cada segundo un acceso a la eternidad.

185 ¿Por qué se repite la Liturgia cada año?

Al igual que celebramos anualmente el cumpleaños o el aniversario de boda, así también la LITURGIA celebra en el ritmo del año los principales acontecimientos cristianos de la salvación. No obstante, con una diferencia decisiva: todo el tiempo es tiempo de Dios. Los «recuerdos» del mensaje y de la vida de Jesús son al mismo tiempo encuentros con el Dios vivo. El filósofo danés Sóren Kierkegaard dijo en una ocasión: «O somos contemporáneos de Jesús o podemos dejarlo estar». El acompañamiento creyente del año litúrgico nos convierte verdaderamente en contemporáneos de Jesús. No porque nosotros nos imaginemos estar o podamos vivir exactamente en su tiempo y en su vida, sino porque él, si le hacemos espacio de este modo, entra en mi tiempo y en mi vida, con su presencia que sana y perdona, con la potencia de su Resurrección