5 y 6 de Noviembre de 2022
“No es Dios de muertos, sino de vivos”
La palabra de Dios de este domingo, cuando aún está muy reciente la conmemoración de los fieles difuntos, sigue insistiendo en el misterio de la vida después de la muerte: «esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro». Estas palabras del Credo nos recuerdan que no estamos destinados a la nada, sino que, por don de Dios, nuestro horizonte se abre a la promesa de una vida plena después de esta existencia terrena.
Es una invitación a meditar sobre este gran misterio de la vida cristiana, sobre el sentido del vivir y del morir, que de alguna manera siempre ha inquietado al ser humano. La fe en un Dios quenos ha creado para la vida y no para la muerte fue creciendo poco a poco en el Pueblo de Israel hasta culminar en la persona de Jesús. Con el don de su vida, muerte y resurrección él nos ha enseñado a vivir el presente con un significado nuevo, abriéndonos a un horizonte de eternidad insospechado.
Un porcentaje notable de la sociedad muestra poco interés por la eternidad; se preocupa, justamente, de alargar y mejorar la calidad de la vida aquí en la tierra. Pero es de lamentar la pérdida, o el olvido, de ese horizonte de eternidad, esencial para la plena realización de la vida humana. Como creyentes en Cristo ¿aceptamos el reto de dar testimonio de nuestra esperanza cristiana, en un mundo que siente un vacío de esperanza en el presente y en el futuro? En este sentido son muy oportunas las palabras de S. Pablo en su carta a los Tesalonicenses, parte de la liturgia de este domingo: “Que Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, os reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena”.
Primera lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1-2. 9-14
Salmo 16, 1. 5-6. 8b y 15 R. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
Segunda lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 16 – 3, 5
Evangelio según San Lucas 20, 27-38
DEFINICIONES
NUEVO TESTAMENTO La segunda parte de la Biblia. Contiene los textos propios del cristianismo, los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, catorce epístolas de san Pablo, siete epístolas católicas y el. Apocalipsis.
OBISPO (del griego episkopein = observar algo desde arriba): Sucesor de los Apóstoles; ejerce el gobierno de una diócesis (Iglesia particular); como miembro del colegio episcopal cada obispo participa de la solicitud por todas las Iglesias, bajo la autoridad del Papa.
OCULTISMO (del latín occultus = escondido, secreto; doctrina secreta, hoy con frecuencia usado como sinónimo de «esoterismo»): Concepto genérico para doctrinas y prácticas mediante las cuales el hombre recibe supuestamente poder sobre su destino, la materia y su entorno. Prácticas del ocultismo son, por ejemplo, oscilar el péndulo, mover vasos, la astrología y la videncia.
PANTEÍSMO (del griego pan = todo, theos = Dios): Cosmovisión según la cual no existe nada excepto Dios; según esto, todo lo que existe sería Dios; y Dios sería todo lo que existe. Esta doctrina no es compatible con la fe cristiana.
PAPA (del griego pappas = padre): Sucesor del apóstol Pedro, obispo de Roma. Puesto que Pedro era el primero entre los apóstoles, el Papa, como sucesor suyo, es la cabeza del colegio episcopal. Como Vicario de Cristo es el supremo Pastor de toda la Iglesia.
PASIÓN (lat. passio = dolor, enfermedad): Término para designar la Pasión de Cristo.
PATERNIDAD RESPONSABLE La Iglesia afirma y defiende el derecho de un matrimonio, dentro del marco de la regulación natural de la fecundidad, de poder decidir ellos mismos el número de hijos y la distancia entre los nacimientos.
PENTECOSTÉS (del griego pentecoste = «el día cincuenta» después de Pascua): En su origen era una fiesta en la que Israel celebraba el pacto de la alianza con Dios en el Sinaí. Por el acontecimiento de Pentecostés en Jerusalén se convirtió para los cristianos en la fiesta del Espíritu Santo.