27 y 28 de Agosto de 2022
“El que se humilla será enaltecido”
En un contexto social que sigue marcado por la exclusión frente al privilegio, en el que parece interminable la fila de quienes se esfuerzan por alcanzar los primeros puestos, la Palabra nos invita a tener “un oído atento”, un “corazón prudente” desde el que alcanzar la verdadera sabiduría.
El Dios, que como nos recuerda el salmo, “prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece.”, nos habla de su radical opción por el enaltecimiento de los humildes y los mansos, a quienes Él revela sus secretos.
Humildad y amor gratuito parecen ser los ejes desde los que el Señor nos propone repensar nuestras relaciones humanas. Solo en medida en la que avanzamos en el camino del vaciamiento del yo, hacemos un lugar en nuestras vidas para que Dios actúe en nosotros -o a través de nosotros- en la construcción del banquete de la fraternidad universal.
Primera lectura del libro del Eclesiástico 3, 17-20. 28-29
Salmo 67, 4-5ac. 6-7ab. 10-11 R/. Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres.
Segunda lectura de la carta a los Hebreos 12, 18-19. 22-24a
Evangelio según San Lucas 14, 1. 7-14
DEFINICIONES
ABSOLUCIÓN (del lat. absolvere = desatar, absolver): La absolución del sacerdote es el perdón sacramental de uno o más pecados después de la confesión de los pecados del penitente. La fórmula de la absolución es:
AGNOSTICISMO (del griego gnosis = conocimiento): Doctrina acerca de la imposibilidad de conocer a Dios. Concepto general para una posición que deja abierta la cuestión de Dios, porque no puede ser decidida o porque Dios no puede ser percibido con certeza.
AGNUS DEI (lat. = Cordero de Dios): El cordero de Dios de Éx 12, por cuyo sacrificio el pueblo de Israel fue liberado de la esclavitud de Egipto, lo tomó Juan el Bautista como imagen para referirse a Jesús (Jn 1,29: «Éste es el Cordero de Dios...»): por Jesús, que es llevado al matadero como un cordero, somos liberados de los pecados y alcanzamos la paz con Dios. En la Eucaristía comienza con la invocación «Cordero de Dios» una oración titánica que pertenece a la Santa Misa desde el siglo VII.
ALELUYA (compuesto del hebr. halal = ;alabad, glorificad!, y el nombre de Dios JHWH/JANvÉ = ¡Alabemos al Señor!): Esta aclamación, que aparece 24 veces en los salmos, es en la Santa Misa la aclamación de saludo antes de la Palabra de Dios en el Evangelio.
AMÉN La palabra Amén (del hebreo Aman = estable, ser fiable) se usa en el Antiguo Testamento principalmente con el significado de «así sea», para reforzar el deseo de la acción de Dios o para entrar en la alabanza de Dios. En el Nuevo Testamento es a menudo la palabra final que remata una oración. Pero quien la usa con más frecuencia es Jesús mismo como una introducción, por lo demás infrecuente, de su discurso. Subraya la autoridad de sus palabras.”
ANTIGUO TESTAMENTO (lat. testamentum = legado): La primera parte de la Biblia y la Sagrada Escritura de los judíos. El antiguo Testamento de la Iglesia católica abarca 46 libros: escritos históricos, proféticos y la literatura sapiencial junto con los salmos.