12 y 13 de Marzo de 2022
“Éste es mi hijo, el elegido, escuchadle...”
Iniciados ya en la Cuaresma, este relato nos anuncia la pasión de Jesús. Al final del relato dice San Lucas que “se encontró Jesús solo”. ¿Qué nos viene a decir eso? Moisés y Elías representan, en la historia de la religión de Israel, la Ley y los Profetas, es decir, toda la historia bíblica. Por otra parte, el monte (Sal 2,6; Jer 2,20; Jn 4,20 s) simboliza el lugar privilegiado para dar culto a Dios, al tiempo que la nube es el símbolo de la presencia de Dios (Ex 13,21 s; 19,16-20; 1 Re 8,10-13; Mt 17,5; 1 Cor 10,1 s). Pues bien, al final todo esto desaparece. Y queda “Jesús solo”.
La historia del cristianismo es la muestra más patente de lo difícil que es asumir y aceptar que “sólo Jesús basta”. Hay gente que le da más importancia en su vida a la Ley, al lugar santo (templo), al culto religioso, a las imágenes, a los sacerdotes, a tal o cual representación... Pero no acabamos de aceptar que lo determinante es que sea Jesús, y su evangelio, la luz y el motor de nuestra vida.
Primera lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18
Salmo 26, 1. 7-8a. 8b-9abc. 13-14 R. El Señor es mi luz y mi salvación.
Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 17 – 4, 1
Evangelio según San Lucas 9, 28b-36
Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo
PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios
CAPÍTULO SEGUNDO. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
EL DÉCIMO MANDAMIENTO: No codiciarás los bienes ajenos.
467 ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?
«El cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8,9). También los jóvenes experimentan el vacío interior. Pero sentirse así de pobre no es sólo negativo. Sólo necesito buscar con todo el corazón a quien puede llenar mi vacío y convertir mi pobreza en riqueza. Por eso dice Jesús: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
468 ¿Qué es lo que el hombre debería desear más ardientemente?
El anhelo último y mayor del hombre sólo puede ser Dios. Contemplarle a él, nuestro Creador, Señor y Redentor, es la felicidad sin fin.
Parte 4. Cómo debemos orar
PRIMERA SECCIÓN. La oración en la vida cristiana
469 ¿Qué es la oración?
La oración es la elevación del corazón a Dios. Cuando un hombre ora, entra en una relación viva con Dios. La oración es la gran puerta de entrada en la fe. Quien ora ya no vive de sí mismo, para sí mismo y por sus propias fuerzas. Sabe que hay un Dios a quien se puede hablar. Una persona que ora se confía cada vez más a Dios. Busca ya desde ahora la unión con aquel a quien encontrará un día cara a cara. Por eso pertenece a la vida cristiana el empeño por la oración cotidiana. Ciertamente no se puede aprender a orar como se aprende una técnica. Orar, por extraño que parezca, es un don que se recibe a través de la oración. No podríamos orar si Dios no nos diera su gracia.