26 y 27 de Febrero de 2022
“El que es bueno, de su corazón saca el bien”
Las lecturas de esta Eucaristía tienen un cierto carácter sapiencial.
El libro del Eclesiástico nos ofrece una sabia lección: para conocer cómo es una persona, en lugar de fiarnos de su apariencia, primero tenemos que escucharla, para ver cómo razona.
En el salmo 91 alabamos a Dios porque hace prosperar a los justos, es decir, a las personas de buena voluntad. Es más, Dios es el Justo, la Roca en la que debemos asentar nuestra vida.
San Pablo, en su primera carta a los cristianos de Corinto, nos dice que tras nuestra resurrección, lo que en esta vida es imperfecto y corruptible, se transformará en perfecto y eterno. Y para alcanzar la resurrección, debemos obrar según la voluntad de Dios.
El pasaje del Evangelio según san Lucas nos ofrece tres lecciones sapienciales de Jesús. La primera nos dice que el discípulo no es superior a su maestro. La segunda nos anima a corregirnos a nosotros antes de tratar de corregir a los demás. Y la tercera afirma que podemos conocer a las personas observando sus obras.
Primera del libro del Eclesiástico 27, 4-7
Salmo 91 R. Es bueno darte gracias, Señor.
Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 54-58
Evangelio según san Lucas 6, 39-45
Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo
PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios
CAPÍTULO SEGUNDO. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
EL OCTAVO MANDAMIENTO: No dirás falso testimonio ni mentirás.
461 ¿Cómo media el arte entre la belleza y la verdad?
La verdad y la belleza van unidas, pues Dios es la fuente tanto de la belleza como también de la verdad. El arte, que se orienta a la belleza, es por ello un camino propio para llegar al todo y a Dios. Lo que no se puede decir con palabras ni comunicar con el pensamiento, se expresa en el arte. Es «una sobreabundancia gratuita de la riqueza interior del ser humano» (CCE 2501). En gran similitud con la actividad creadora de Dios, en el artista se unen la inspiración y la habilidad humana para dar forma válida a algo nuevo, un aspecto de la realidad desconocido hasta ese momento. El arte no es un fin en sí mismo. Tiene que elevar al hombre, conmoverlo, hacerlo mejor y en definitiva llevarlo a la adoración y la acción de gracias a Dios.
EL NOVENO MANDAMIENTO: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
462 ¿Por qué se opone el noveno mandamiento a la avidez sexual?
El noveno mandamiento no se opone al deseo sexual en sí, sino al deseo desordenado. La «concupiscencia», contra la que alerta la Sagrada Escritura, es el dominio de los impulsos sobre el espíritu, el predominio de lo impulsivo sobre toda la persona y la pecaminosidad que surge de ello. La atracción erótica entre el hombre y la mujer ha sido creada por Dios y es por eso buena; pertenece al ser sexuado y a la constitución biológica del ser humano. Se encarga de que se unan el hombre y la mujer y de que de su amor pueda brotar la descendencia. Esta unión debe ser protegida por el noveno mandamiento. Jugando con fuego, es decir, por un trato imprudente con la chispa erótica entre el hombre y la mujer, no es lícito poner en peligro el ámbito protegido del matrimonio y la familia.
463 ¿Cómo se logra la «pureza del corazón»?
La pureza del corazón, necesaria para el amor, se consigue en primer lugar mediante la unión con Dios en la oración. Donde nos toca la gracia de Dios, surge un camino para un amor humano indiviso. Una persona casta puede amar con un corazón sincero e indiviso. Si nos dirigimos a Dios con intención sincera, él transforma nuestro corazón. Nos da la fuerza para corresponder a su voluntad y para rechazar pensamientos, fantasías y deseos impuros.