lunes, 26 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE JULIO DE 2021

 Mt 13,36-43: Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo.



En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: 

-«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: 

-«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»



Ayer meditábamos con un evangelio que nos hablaba de crecimiento. Hoy, Jesús les explica a ellos, debido a su petición porque no entendían.

Yo algunas veces todo lo veo así de positivo, así de sencillo. Pero nos damos cuenta que la realidad es mucho más compleja, poliédrica, e incluso cambiante. Todos estamos en proceso de cambio, para bien y para mal. Lo que hay es no perder la perspectiva, porque al final se sabrá si era trigo o cizaña. Lo malo es que no sabemos cuando es nuestro final, así el Señor nos mantiene en tensión hacia el bien.


Pero no podemos perder la imagen que muchas veces, nosotros mismos podríamos pensar que somos trigo y somos cizaña (eso sería lo malo). Esa vista en perspectiva o hacia el final, es muy buena, porque nos recuerda que al final, el trigo será el que tenga el pase, y la cizaña, como no sirve, se quema.