viernes, 21 de agosto de 2020

HOMILÍA VISITA A LAS NIEVES 21 DE AGOSTO DE 2020

 Todos los años peregrinamos ante la imagen de Nuestra Madre en la Advocación de las Nieves. Este año, no en su día, sino en otro día, para poder facilitar la contención del virus Covid-19.


Venimos desde el otro lado de la isla, aunque tan lejos, tantas conexiones con esta advocación. Aparte de las que tengamos cada uno de nosotros. Nuestro obispo nos recordó que el Beato Ignacio de Acevedo llevaba en sus manos una copia del cuadro que le regaló el Papa de la Virgen patrona de Roma, Salus populis, la Virgen de las Nieves. Está en la basílica de Santa María la Mayor.

En medio de esta terrible pandemia que asola toda la humanidad, que ha dejado tantos muertos, y tanta pobreza se me ocurren tres mensajes:

1.- En la primera lectura, de Ezequiel, se nos narra uno de los textos donde nos apoyamos para hablar de la resurrección de la carne. De los huesos secos y rotos, Dios es capaz de volver a recrear la vida. Por eso, en primer lugar, NO TODO ESTÁ PERDIDO. Muchas veces, Dios actúa así, cuando parece que todo está perdido, cuando no nos podemos agarrar de nada más, así deja ver su poder infinito. María madre de la ternura, o ternura de Dios nos invita a seguir mirando, pidiendo, pero sobretodo, confiando en Dios.
Dios es capaz...
Dios puede... 
Para Dios no hay nada imposible...
No desesperes, todavía no ha llegado la hora de Dios. 
«Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor.

Sigue confiando, sigue pidiendo. Ello te mantendrá en la esperanza, agrandará tu fe.

2.- Recordemos la imagen de Ignacio de Acevedo. Tenía una gran devoción a nuestra Madre. En muchos cuadros lo vemos con la imagen de la virgen. La tradición dice que no soltó en ningún momento. Incluso después de muerto, flotaba agarrado al cuadro, pero se lo quitaron y se hundió. Esa bella imagen nos sirva para una gran verdad de fe. NO NOS SOLTEMOS DE MARÍA, MIENTRAS NO LO HAGAMOS, NO NOS HUNDIMOS. Ella no lo dejará, no lo permitirá. Ella es nuestro apoyo, nuestro salvavidas.


3.- En el evangelio de hoy, le preguntan a Jesús cuál es el mandamiento principal y primero: Amar a Dios y al prójimo como a ti mismo. En este tiempo más que nunca, ama a tu prójimo. Es el próximo, pero también el que te sale en el camino. NO ESTAMOS SOLOS. Este mundo iba camino del precipicio, y si no tuviéramos esta pandemia, nosotros mismos habríamos acabado con él. Este tiempo nos ha hecho reflexionar y darnos cuenta que necesitamos de los otros. Pero con tristeza vemos que esta “nueva normalidad” no ha traído consigo que hayamos aprendido la lección, sino siguiéramos en la “vieja normalidad”. 

Queridos hermanos, aprovechemos el testigo, Dios quiere hacer una humanidad nueva con nosotros. Renovémonos y construyamos el futuro con estas tres claves:
  • ...con una confianza más radical y profunda en Dios, porque lo necesitamos. Y no pensando en comprar, tener, aparentar, disfrutar..
  • ...de la mano de María, nuestra Madre, porque sin ella, desfalleceremos en el intento. Ella nos da la paz de su Hijo, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.
  • ...poniendo en el centro de nuestra vida, al prójimo; y no mirándonos a nosotros mismos nuestro ombligo.