miércoles, 26 de agosto de 2020

HOJA PARROQUIAL DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

 HOJA PARROQUIAL


29 y 30 de Agosto de 2020
Domingo XXII del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


Si alguno quiere venir en pos de mí...


    Una lectura atenta y receptiva de las lecturas de este domingo nos confronta de lleno con nuestra condición cristiana de discípulos de Cristo Jesús. Sus textos nos adentran  en ese mundo interior de las pulsaciones del espíritu para reclamarnos mayor atención y diligencia. Nos alertan sobre desajustes que no encajan, sobre desvíos direccionales que requieren ser reconducidos al verdadero camino discipular del seguimiento cristiano.


  Y es que nuestros criterios y formas de pensar no se corresponden en ocasiones con la lógica de los designios de Dios, con los sorprendentes caminos del Espíritu. Unas veces inconscientemente, otras por falta de decisión y coraje, resulta más cómodo rehuir el camino ascendente de Jesús hacia Jerusalén. ¿Nos haremos merecedores, como Pedro, del duro reproche que recibió el apóstol de labios de Jesús?







LECTURAS


Primera lectura del libro de Jeremías 20, 7-9


Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir;

has sido más fuerte que yo y me has podido.

He sido a diario el hazmerreír,

todo el mundo se burlaba de mí.

Cuando hablo, tengo que gritar,

proclamar violencia y destrucción.

La palabra del Señor me ha servido

de oprobio y desprecio a diario.

Pensé en olvidarme del asunto y dije:

«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»;

pero había en mis entrañas como fuego,

algo ardiente encerrado en mis huesos.

Yo intentaba sofocarlo, y no podía.


Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.


Oh, Dios, tú eres mi Dios,

por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.


¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios. R/.


Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos. R/.


Porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 1-2


Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual.

Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.


Evangelio del día según san Mateo 16, 21-27


En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Entonces dijo a los discípulos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

YOUCAT

221 ¿Cómo me transforma la sagrada Comunión?


Cada sagrada COMUNIÓN me une más íntimamente con Cristo, me convierte en un miembro vivo del cuerpo de Cristo, renueva las gracias que he recibido en el Bautismo y la CONFIRMACIÓN y me fortalece en la lucha contra el pecado. [1391-1397, 1416]


222 ¿Puede darse la Eucaristía también a los cristianos no católicos?


La sagrada COMUNIÓN es expresión de la unidad del Cuerpo de Cristo. Pertenece a la Iglesia católica quien está bautizado en ella, comparte su fe y vive en unión con ella. Sería una contradicción que la Iglesia invitara a comulgar a personas que no comparten (aún) la fe y la vida de la Iglesia. La credibilidad del signo de la EUCARISTÍA se vería perjudicada. Cristianos ortodoxos aislados pueden solicitar la recepción de la sagrada Comunión en una celebración católica, porque comparten la fe eucarística de la Iglesia católica, aunque sus comunidades no viven aún en la comunión plena con la Iglesia católica. En el caso de los miembros de otras confesiones cristianas, se puede administrar la sagrada Comunión en casos especiales, siempre que se dé una necesidad grave y se dé la fe plena en la presencia eucarística. La celebración común de la Eucaristía/Santa Cena de cristianos católicos y evangélicos es la meta y el deseo de todos los esfuerzos ecuménicos, pero anticiparla, sin que se haya establecido la realidad del Cuerpo de Cristo en una fe y en la única Iglesia, es erróneo y por ello no está permitido. Otro tipo de celebraciones ecuménicas, en las que cristianos de diferentes confesiones rezan juntos, son buenas y son recomendadas también por la Iglesia católica.”


223 ¿De qué modo es la sagrada Eucaristía una anticipación de la vida eterna?


Jesús prometió a sus discípulos, y con ello también a nosotros, que nos sentaríamos un día a la mesa con él. Por eso cada Santa Misa es «memorial de la pasión, plenitud de la gracia, prenda de la gloria futura» (oración «0 sacrum convivium» recogida en la antífona del Magníficat en las II Vísperas de la fiesta de Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo).