martes, 5 de mayo de 2020

HOJA PARROQUIAL V DE PASCUA CICLO A

HOJA PARROQUIAL.
9 y 10 de Mayo de 2020
Domingo V de Pascua. Ciclo A.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“El que cree en mí, también hará las obras que yo hago”

Este domingo las lecturas nos dibujan un panorama que es el de los inicios de un grupo convocado en torno a la palabra de Dios. Se nos invita a asomarnos, a imaginar esos comienzos de la vida comunitaria a través de una incipiente organización de las tareas, de los ministerios y de la preocupación que sienten por el servicio y las urgencias que van saliendo al paso.
Los comienzos suelen ser titubeantes. Las dudas aparecen a la hora de seleccionar los materiales de construcción más adecuados o cuando hay que decidir la disposición más pertinente para que cumplan con la finalidad para la que fueron proyectados. Al mismo tiempo, las lecturas nos hacen caer en la cuenta de una necesaria disposición interior para acercarnos al Señor, para saber dónde se encuentra, para reconocerlo y para, finalmente, permanecer en él. 

FOTO DE FANO EN ESTE ENLACE

LECTURAS

Primera lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron: «No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra». La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19 R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 4-9

Queridos hermanos: Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Por eso se dice en la Escritura: «Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa; quien cree en ella no queda defraudado». Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos. Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.

Evangelio del santo evangelio según san Juan 14, 1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».

YOUCAT


176 ¿Qué sacramentos se reciben solamente una vez en la vida?

El Bautismo, la CONFIRMACIÓN y el Orden sacerdotal. Estos SACRAMENTOS marcan al cristiano con un sello indeleble. El Bautismo y la Confirmación le convierten de una vez para siempre en hijo de Dios, semejante a Cristo. El “Orden sacerdotal sella igualmente al cristiano de forma definitiva. Del mismo modo que uno es y permanece siempre hijo de sus padres y no sólo lo es «a veces» o «un poco», mediante el Bautismo y la Confirmación uno se convierte también para siempre en hijo de Dios, semejante a Cristo y miembro de la Iglesia. Igualmente el Orden sacerdotal no es una profesión que uno ejerce hasta la jubilación, sino una gracia irrevocable. Dado que Dios es fiel, el efecto de estos sacramentos se mantiene siempre en el hombre, como receptividad a la llamada de Dios, como vocación, como protección. Por ello estos sacramentos no pueden ser reiterados.

177 ¿Por qué los sacramentos presuponen la fe?

Los SACRAMENTOS no son magia. Un sacramento sólo puede tener efecto cuando se entiende y acoge en la fe. Los sacramentos no sólo suponen la fe, sino que también la fortalecen y la expresan. Jesús encomendó a los APÓSTOLES hacer a los hombres discípulos suyos en primer lugar mediante la predicación, es decir, despertar su fe y, sólo después, bautizarlos. Son por tanto dos las cosas que recibimos de la Iglesia: la fe y los sacramentos. Tampoco hoy se convierte uno en cristiano mediante un mero rito o por apuntarse en una lista, sino mediante la aceptación de la fe verdadera. Recibimos la fe verdadera de la Iglesia. Ella responde de ella. Dado que es la fe de la Iglesia la que se expresa en la LITURGIA, ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad de un ministro o de la comunidad.

178 Cuando un sacramento es administrado por una persona que es indigna, ¿pierde por ello su efecto?

No. Los SACRAMENTOS obran en virtud de la acción sacramental realizada (ex opere operato), es decir, independientemente de la actitud moral o de la disposición espiritual de quien los dispensa. Es suficiente con que quiera hacer lo que hace la Iglesia. Los ministros de los sacramentos deben, en cualquier caso, llevar una vida ejemplar. Pero los sacramentos no son eficaces por la SANTIDAD de sus ministros, sino porque es Cristo mismo quien actúa en ellos. Ciertamente él respeta nuestra libertad al recibir los sacramentos y por eso sólo tienen eficacia positiva cuando nos abrimos a Cristo.