domingo, 29 de septiembre de 2019

HOMILÍA PRIMER DÍA DEL TRIDUO A SAN MIGUEL

1.- SAN MIGUEL, ENSÉÑANOS A TENER UNA MEMORIA AGRADECIDA

Nos hemos reunido esta tarde para celebrar la Eucaristía en el comienzo del Triduo y también poder recibir la Unción de los Enfermos. El lema escogido para el día de hoy es: “San Miguel, enséñanos a tener una memoria agradecida”. Cada uno de los lemas, me parece que son actuales y necesarios en el día de hoy.
La memoria forma parte de la vida de las personas, y por tanto, también de la vida espiritual, de la fe y la Iglesia.

Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena: "MI MEJOR AMIGO ME DIO HOY UNA BOFETADA." Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de recuperarse, escribió en una piedra: “MI MEJOR AMIGO HOY SALVO MI VIDA." El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó: "Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Porqué?" El otro amigo le respondió: "cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo."
Lo que suele pasar es que muchas veces, la memoria nos juega malas pasadas. Recordamos lo malo de antaño y nos cuesta desprendernos de ello. Lo nuestro, lo que nos han hecho y lo que pesa en la Iglesia. No nos olvidemos que “no hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro”. JPII en la NMI 6: Para que nosotros pudiéramos contemplar con mirada más pura el misterio, este Año jubilar ha estado fuertemente caracterizado por la petición de perdón. Y esto ha sido así no sólo para cada uno individualmente, que se ha examinado sobre la propia vida para implorar misericordia y obtener el don especial de la indulgencia, sino también para toda la Iglesia, que ha querido recordar las infidelidades con las cuales tantos hijos suyos, a lo largo de la historia, han ensombrecido su rostro de Esposa de Cristo. Para este examen de conciencia nos habíamos preparado mucho antes, conscientes de que la Iglesia, acogiendo en su seno a los pecadores « es santa y a la vez tiene necesidad de purificación Esta « purificación de la memoria » ha reforzado nuestros pasos en el camino hacia el futuro, haciéndonos a la vez más humildes y atentos en nuestra adhesión al Evangelio.

El Papa Francisco habla que el cristiano es un “«un cristiano es un “memorioso” de la historia de su pueblo; es “memorioso” del camino que el pueblo ha realizado; es “memorioso” de su Iglesia». Un cristiano, por lo tanto, es un hombre que tiene «la memoria» del pasado. Sabe reconocer que ni la vida, ni la fe, ni la Iglesia comenzó con el nacimiento de ninguno de nosotros: la memoria mira al pasado para encontrar la savia que ha irrigado durante siglos el corazón de los discípulos y así reconoce el paso de Dios por la vida de su pueblo. 
Por tanto, no es una memoria que se mira a sí mismo: “a Juan lo mandé decapitar yo”, sino sobre todo a Dios. A lo que Dios ha prometido y cumplido a lo largo de los siglos.
  • Memoria de la promesa que hizo a nuestros padres.
  • Memoria de la Palabra.
  • Memoria de la llamada.
  • Memoria de los testigos
Es una memoria esperanzada porque Dios está con nosotros.
Le pedimos a San Miguel que nos enseñe a tener una memoria agradecida, a ser memoriosos. Él como ángel ha sido testigo de todas las maravillas de Dios con nosotros.
Que nos enseñe a ser esperanzados porque la victoria es de Él.