martes, 7 de mayo de 2019

IGLESIA DE SAN MIGUEL


El 29 de Septiembre de 1492 el Teniente de milicias D. Alonso Fernández de Lugo desembarca en las costas de Tazacorte, eligió el día de San Miguel por ser el santo preferido de Isabel I. Se reunió el Adelantado con los reyes de la isla en el Valle de Aridane y dijo: “Yo Alonso Fernández de Lugo en nombre del Papa Alejandro VI y de sus Majestades los Reyes de Castilla D. Fernando II y Dª Isabel I conquistamos esta isla dándola a llamar San Miguel de La Palma.” Bajo la advocación de San Miguel había sido erigida la primera ermita de la isla en honor al Santo.

La Villa y Puerto de Tazacorte fue el primer lugar donde se le dio veneración al Santo Arcángel en la isla. Esta villa lo guarda como patrón y titular de la parroquia, junto a Nª Sª del Carmen. “Tanto la ermita de San Pedro Apóstol (Argual), la de Nª Sª de las Angustias y la de San Miguel en Tazacorte, fueron edificadas por los señores de las haciendas e ingenios de azúcar, que las tenían por propias, como un privilegio intrínseco a su posición socioestamental. Todas ellas presentaban originariamente similares características, de modo que la más antigua de las tres, la de San Miguel, sirvió posiblemente de modelo a las posteriores.

Este tipo de ermita, con características específicas dentro de la arquitectura religiosa palmera, se remonta a los primeros años de la colonización castellana y aunaba por un lado la tradición mudéjar hispanomusulmana con formas importadas quizás desde los Países Bajos.

A diferencia de las ermitas tradicionales de la isla, con puerta principal, balcón y campanario superior en el mismo eje vertical, poseían fachada principal terminada en hastial triangular, formado por las dos vertientes del tejado, y pequeña espadaña para la sola campana sobre una de las esquinas. En la actualidad, tan sólo la ermita de San Pedro conserva esta disposición original. En 1513, cuando Jácome de Monteverde llegó a La Palma para administrar sus haciendas de azúcar, encontró en medio de sus cañaverales una iglesia que se dezia Sant Miguel, la cual en estos tiempos estaba muy vieja y derribada, pues no en vano había sido la primera que se edificó en esta isla.

Con el fin de que no se perdiese la advocación del santo Jácome de Monteverde emprendió la construcción de otra iglesia, que costeó desde cimientos valiéndose de sus propios esclavos y bueyes. La fábrica entonces llevada a cabo, al parecer, con licencia del obispo don Frenando Vázquez de Arce ya se había concluido el 13 de diciembre de 1522.

Se amplió la iglesia a mediados del siglo pasado, pues resultaba insuficiente para su feligresía al elevarse a la categoría de parroquia, al desmembrarse de la de Ntra. Sra. de los Remedios de Los Llanos de Aridane en 1920, añadiendo desafortunadamente una nave lateral.