martes, 29 de marzo de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE MARZO DE 2022

 PARA VIVIR MEJOR LA CUARESMA

https://parroquiasdetazacorte.blogspot.com/2022/02/para-vivir-mejor-la-cuaresma.html



Jn 5,17-30: Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.

En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.

En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.

Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.

No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.

Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».



Una perícopa larga la que nos invita la Iglesia a orar y vivir. Me centraré en la frase que nos pone a modo de título: “Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida”.


El evangelista Juan sigue insistiendo en la escucha. Escucha del Hijo, de su Palabra. Ya hemos meditado la escucha de la Palabra de Dios, de Jesús. Hoy añadimos..."ha pasado de la muerte a la vida".


La escucha de la Palabra de Jesús es nuestra vida, es nacer de nuevo, da una nueva orientación a mi vida. En su palabra (creadora), hay una luz, una esperanza, una alegría, un horizonte, una vida.


A Juan le gusta jugar con los extremos: muerte y vida. Nos quiere resaltar la grandeza de poder escuchar la Palabra de Jesús. 

Hay tanta muerte a nuestro alrededor, y necesitamos de la vida nueva de su Palabra.

La necesitamos para superar el hastío, el miedo, la comodidad, el consumismo, el narcisismo, el hedonismo, el egoísmo, etc. 

La necesitamos para poder discernir, para descubrir las nuevas llamadas que nos hace el Señor.

La necesitamos para llenarnos del poder de su resurrección y poder así salir afuera a llevar su vida nueva.

La necesitamos para poder perdonar setenta veces siete. 

La necesitamos para apostar por la fraternidad sin desanimarnos. 

La necesitamos para no claudicar en la defensa de los más débiles.

...

Escuchemos su Palabra para que pasemos de la muerte a la vida.