miércoles, 23 de marzo de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE MARZO DE 2022

 PARA VIVIR MEJOR LA CUARESMA

https://parroquiasdetazacorte.blogspot.com/2022/02/para-vivir-mejor-la-cuaresma.html



Lc 11,14-23: El que no está conmigo está contra mí.


En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.

Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:

«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:

«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».



El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Muchas veces, en el lenguaje semítico no cabían medias tintas, ambigüedades, etc. Y Jesús, después del exorcismo y también viendo la crítica de la gente, lanza estas afirmaciones.


Y es verdad, que lo podemos suavizar, pero no podemos llegar a caer en la advertencia de Jesús, podemos “encender una vela a Dios y otra al diablo”. Podemos hacer como por ejemplo, cuando compramos la comida, que vamos según la calidad o los precios, incluso permitiéndonos el lujo de elegir que productos compramos en que supermercados…


No es así en las cosas de la fe. En la fe hablamos en la esfera del amor, y el amor no espera ambigüedades, medias tintas, o es total, o no lo es. Y la fe, emana del amor de Dios y del amor a Dios.


Por ello, nos podemos plantear, en qué niveles estamos con Dios, y en qué niveles no estamos con Dios.