miércoles, 3 de febrero de 2021

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

   HOJA PARROQUIAL

6 y 7 de Febrero de 2021
Domingo V del Tiempo Ordinario. Ciclo B.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“Curó a muchos enfermos de diversos males”



    La Palabra de Dios incide sobre la vida concreta de hombres y mujeres. Si no fuera así sería irrelevante y no valdría la pena prestarle atención.


  El ser humano se hace preguntas que brotan de la realidad que le toca vivir. Una de las experiencias más desconcertantes de la vida humana es la del sufrimiento. El misterio del dolor parece desmentir cualquier sentido que se le quiera dar a la existencia, haciendo patente, más bien, un vacío desgarrador que la ahoga. Es lo que Job siente en su dramática vivencia de enfermedad, pérdida de bienes y soledad. ¿Cómo no identificarse con sus palabras en un mundo repleto de gente que pasa por situaciones similares? Incluso, puede que hasta sea nuestra propia situación. ¿Dónde está Dios? ¿Por qué calla ante tanta miseria y pesadumbre?


  El mal es uno de los argumentos más fuertes contra la existencia de Dios. Hoy las lecturas de la Palabra de Dios nos confrontan con el mal y el sufrimiento. No nos ofrecen soluciones fáciles. Tampoco enuncian teorías. Sin embargo dan luz. La Palabra de Dios, sobre todo la Palabra de Dios hecha carne, no rehuye el cara a cara con el misterio del mal. Jesús, como vemos en el evangelio, entiende su vida como una misión al servicio de la vida, de la salud, de la esperanza, del bien. Su predicación y su actuación sanan, liberan, ofrecen un horizonte humanizador. Y es una tarea que ha de llegar a todos. Por eso, la ha dejado como encargo a sus discípulos, tal y como Pablo explica en la segunda lectura.


  El dolor no es querido por nadie. Tampoco por Dios. La Palabra de este domingo no teoriza sobre el mal, muestra a un Dios encarnado que se acerca y se compadece.  Un Dios que, en Jesús, lo ha experimentado y que lo combate.  Por eso, la gente lo busca.  ¿Y nosotros?







LECTURAS


Primera lectura del libro de Job 7, 1-4. 6-7


Job habló diciendo:

«¿No es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra,

y sus días como los de un jornalero?;

como el esclavo, suspira por la sombra;

como el jornalero, aguarda su salario.

Mi herencia han sido meses baldíos,

me han asignado noches de fatiga.

Al acostarme pienso: "¿Cuándo me levantaré?"

Se me hace eterna la noche

y me harto de dar vueltas hasta el alba.

Corren mis días más que la lanzadera,

se van consumiendo faltos de esperanza.

Recuerda que mi vida es un soplo,

que mis ojos no verán más la dicha».


Salmo 146, 1-2. 3-4. 5-6 R. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.


Alabad al Señor, que la música es buena;

nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,

reúne a los deportados de Israel. R/.


Él sana los corazones destrozados,

venda sus heridas.

Cuenta el número de las estrellas,

a cada una la llama por su nombre. R/.


Nuestro Señor es grande y poderoso,

su sabiduría no tiene medida.

El Señor sostiene a los humildes,

humilla hasta el polvo a los malvados. R/


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23


Hermanos:

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.

No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.

Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.

Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.

Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus bienes.


Evangelio según san Marcos 1, 29-39


En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.

Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:

«Todo el mundo te busca».

Él les responde:

«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».

Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

YOUCAT


Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO PRIMERO. La dignidad del hombre


296 ¿Se puede obligar a alguien a hacer algo contra su conciencia?


Nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia, mientras su acción se sitúe dentro de los límites del BIEN COMÚN. Quien pasa por alto la conciencia de un hombre, la ignora y la presiona, atenta contra su dignidad. Pocas cosas hacen más hombre al hombre que el don de poder distinguir por sí mismo el bien del mal y poder elegir entre ellos. Esto es válido incluso cuando la decisión, vista desde la luz de la Verdad, es errónea. Si una conciencia se formó rectamente, La voz interior habla en coincidencia con lo que es razonable, justo y bueno ante Dios.


297 ¿Se puede formar la conciencia?


Sí, es más, debemos hacerlo. La conciencia que todo ser humano tiene por nacimiento, puede ser conducida en mala dirección o adormecida. Por eso debe ser formada para llegar a ser un instrumento, cada vez más sensible, de la actuación justa. La primera escuela de la conciencia es la autocrítica, a la luz de la Verdad sinceramente buscada. Pues los hombres tenemos la inclinación a juzgar a favor nuestro. La segunda escuela de la conciencia es la orientación al buen obrar de los otros. La formación correcta de la conciencia conduce al hombre a la libertad de hacer el bien conocido rectamente. La Iglesia, con la ayuda del Espíritu Santo y de la Escritura, ha acumulado en su larga historia mucho conocimiento acerca del buen obrar; pertenece a su misión enseñar a las personas y darles también directrices.


298 ¿Es culpable ante Dios alguien que actúa erróneamente, pero siguiendo su conciencia?


No. Si uno se ha examinado detalladamente y ha llegado a un juicio cierto, hay que seguir en cualquier circunstancia la propia voz interior, aun corriendo el riesgo de hacer algo equivocado. Dios no nos acusa del mal que se provoca por un juicio de conciencia erróneo no culpable. Por mucho que haya que seguir finalmente la voz de la propia conciencia, hay que ver claro que, invocando abusivamente una supuesta conciencia, en ocasiones se ha falsificado, asesinado, torturado y engañado.


299 ¿Qué se entiende por «virtud»?


Una virtud es una actitud interior, una disposición estable positiva, una pasión puesta al servicio del bien. “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5,48). Es decir, tenemos que transformarnos en el camino hacia Dios. Con nuestras fuerzas humanas sólo somos capaces de ello parcialmente. Dios apoya con su gracia las virtudes humanas y además nos regala también las llamadas virtudes teologales, con cuya ayuda alcanzamos con seguridad la luz y la cercanía de Dios. 


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