lunes, 25 de enero de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE ENERO DE 2021

 Mc 3,31-35: El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.


En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo:

-«Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»

Les contestó:

-«¿Quienes son mi madre y mis hermanos?»

Y, paseando la mirada por el corro, dijo:

«-Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»


Jesús sigue poniendo las bases de la vida y espiritualidad cristiana. Y ésta no es otra sino seguir a Jesús. El seguimiento de Jesús se concreta precisamente en el cumplimiento de la voluntad de Dios.

María (su madre), destaca en ello, siempre a la escucha de la voluntad de Dios.

Esta voluntad de Dios no se me presenta como un sobre con unas instrucciones cada día. Es verdad que la Palabra meditada cada día, nos va dando las pistas de esta voluntad de Dios. Hace falta también del momento de la oración, un rato sosegado donde podemos ir desentrañando en nuestra vida esta Palabra dicha para mí (meditaba todo en su corazón)

Y muchas veces, es particularmente difícil cumplir la Palabra. Hace falta, no sólo de la escucha sino también de la confianza en Dios de que esa voluntad es salvífica para mí.