martes, 7 de mayo de 2019

CÁLIZ Y ARQUETA



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“La arqueta de Tazacorte, se trata de una arqueta prismática de madera forrada en cuero gofrado en oro con tapa semicircular. Asa abatible sobre la cubierta y cerradura con pasador en el frente, ambas de bronce. La decoración a base de motivos vegetales en formaciones geométricas y encintados curvilíneos de diseño simétrico formando bandas y medallones, se distribuye en una faja principal ceñida por sendos frisos de hojas de vid y roleos, a modo de cornisa y zócalos. Todos renacentistas con cabezas de perfil simétricamente afrontadas femeninas y masculinas (que recuerdan la efigie de Carlos V) se repiten sobre la tapa y las caras laterales. Tanto el formato y las proporciones de la caja como su ornato siguen las nuevas tendencias del Renacimiento a la italiana.”
Esta arqueta tiene las medidas de: 28 x 19 cm (base), 18,30 cm (altura) y es anterior a 1570. Contiene las reliquias que el Papa San Pío V entregó en Roma al Padre Ignacio de Acevedo. Entre las veintidós inventariadas en 1718, el magnífico arcón cuenta con las siguientes reliquias: una canilla de Santa Cristina (joven oriunda de la Toscana que sufrió los más terribles martirios), la quijada de Santa Inés (virgen y mártir romana degollada tras haber salido ilesa de la hoguera), huesos del Papa San Gregorio Magno (uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y elegido Pontífice contra su voluntad en el 590), ropa de las Once Mil Vírgenes (asaetadas junto con Santa Úrsula por los hunos ante los muros de Colonia), una costilla de los Santos Inocentes (las ciento cuarenta mil víctimas del cruel Herodes), un pedazo de la cabeza de San Vicente Mártir (diácono aragonés martirizado en Valencia en el 304 durante la persecución de Dioclesano), etc.
El cáliz de plata era el que existía en la ermita de San Miguel de Tazacorte, propiedad de aquel templo, y no podía figurar como una de las reliquias regaladas. Este famoso cáliz se conservó en Tazacorte ciento setenta y cinco años, a partir de la fecha en que el Padre Ignacio celebró con él, o sea desde 1570 hasta fin de mayo de 1745 en que el Ilmo. Sr. Obispo Don Juan Francisco Guillén, en visita que hizo al santuario de Tazacorte, se lo llevó, regalándolo a los Padres Jesuitas de Gran Canaria, de donde parece pasó luego a la Iglesia del Monasterio de religiosas Bernardas de dicha isla; cáliz que en esta última residencia sólo era usado el Jueves Santo. 
El mismo obispo determina que es una constante tradición entre el pueblo que la Eucaristía del 13 de Julio fue en esta iglesia y el martirio fue a vistas del puerto. (mirar la lápida que está al fondo de la Iglesia en la nave central.)
Éste cáliz estuvo en Roma desde 1831 hasta su llegada a La Palma el 16 de julio del 2009.