miércoles, 12 de agosto de 2020

HOJA PARROQUIAL DOMINGO XX TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

 HOJA PARROQUIAL

15 de Agosto de 2020
La Asunción de María
y
16 de Agosto de 2020
Domingo XX del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


"María se puso en camino”


    Del fondo de la Edad Media sube y llega hasta nosotros un perfume de leyenda aureolando lo que los antiguos cristianos llamaban la dormición de María. Un sueño; solo fue un sueño muy dulce y muy tranquilo, como de azucena madura que corta con cuidado el jardinero para dejarla amorosamente junto al sagrario en el altar. Como se desmaya una flor en un vaso de purísimo cristal, así el alma de la Virgen en su sacratísimo cuerpo. Nada hubo en su muerte que pudiera turbar la paz de su alma. Nada de aquello que acongoja a los hombres en los postreros instantes. Ni remordimientos, ni dolores, ni tristezas. Solo fue un sueño, su último sueño, para despertar llena de claridad en la gloria. ¡Qué placidez de paloma dormida, qué sosiego de blanca nube que se va! El recuento de sus días en aquel momento de suprema felicidad sería como el manso correr del agua de un arroyo por cauce de blandísimo césped, serenamente, silenciosamente, sin el ruido que levantan las aguas torrenciales de una vida ahogada en preocupaciones, transida de remordimientos. Todo esto debían pensar los antiguos cristianos que llamaron dormición a la muerte de la santísima Virgen.

  

  Con estas idílicas y legendarias palabras tomadas de un antiguo misal de la Orden de Predicadores se iniciaba e incitaba al creyente a vivir esta solemnidad de la Asunción de María. Fue Pio XII en 1950 quien promulgó este dogma mariano haciéndose así la Iglesia eco de la fe de los creyentes de todos los tiempos. Quedémonos, por ahora, con la comunión ecuménica que destila la alusión a la dormición de María y con el sueño antropológico de unión de alma y cuerpo, de una totalidad glorificada a la que aspira lo humano en sus más encumbrados anhelos.









15 de Agosto


LECTURAS

Primera lectura del libro del Apocalipsis 11, 19a; 12, 1. 3-6a. 10ab


Se abrió en el cielo el santuario de Dios, y apareció en su santuario el arca de su alianza.

Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; y está encinta, y grita con dolores de parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otro signo en el cielo: un gran dragón rojo que tiene siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas, y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.

Y el dragón se puso en pie ante la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando lo diera a luz.

Y dio a luz un hijo varón, el que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro, y fue arrebatado su hijo junto a Dios y junto a su trono; y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios.

Y oí una gran voz en el cielo que decía:

«Ahora se ha establecido la salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo».


Salmo 44, 10. 11-12. 16 R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.


Hijas de reyes salen a tu encuentro,

de pie a tu derecha está la reina,

enjoyada con oro de Ofir. R/.


Escucha, hija, mira: inclina el oído,

olvida tu pueblo y la casa paterna. R/.


Prendado está el rey de tu belleza:

póstrate ante él, que él es tu señor. R/.


Las traen entre alegría y algazara,

van entrando en el palacio real. R/.


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-27a


Hermanos:

Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.

Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.

Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo, en su venida; después el final, cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, poder y fuerza.

Pues Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte, porque lo ha sometido todo bajo sus pies.


Evangelio según san Lucas 1, 39-56


En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

«Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humildad de su esclava”.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:

“su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

“derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia”

—como lo había prometido a “nuestros padres”—

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.


16 de Agosto


  

"Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David”


  El lenguaje de Dios es la universalidad, el lenguaje de los pueblos busca lo particular, pero nuestro mundo exige, hoy más que nunca la solidaridad.


  Frente a las palabras de Isaías esté ese sentido de propiedad que el pueblo de Israel quiso acuñar, para hacerse dueño de Dios. Pablo, conociendo el pecado de ese particularismo y, el rechazo de un Dios que buscar mostrarse a todos los pueblos, lo define como misericordia, la oportunidad de Dios de desvelarnos su propio rostro.


  Jesús, ante la insistencia de las palabras de una extrajera, muestra su mejor rostro. Dios encarnado en un hombre, pero con un corazón lleno de compasión y misericordia.



LECTURAS



Primera lectura del libro de Isaías 56, 1. 6-7


Esto dice el Señor:

«Observad el derecho, practicad la justicia,

porque mi salvación está por llegar,

y mi justicia se va a manifestar.

A los extranjeros

que se han unido al Señor para servirlo,

para amar el nombre del Señor

y ser sus servidores,

que observan el sábado sin profanarlo

y mantienen mi alianza,

los traeré a mi monte santo,

los llenaré de júbilo en mi casa de oración;

sus holocaustos y sacrificios

serán aceptables sobre mi altar;

porque mi casa es casa de oración,

y así la llamarán todos los pueblos».


Salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.


Que Dios tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R/.


Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia,

y gobiernas las naciones de la tierra. R/.


Oh, Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

Que Dios nos bendiga; que le teman

todos los confines de la tierra. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32


Hermanos:

A vosotros, gentiles, os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles, haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a algunos de ellos.

Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?

Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios, pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.


Evangelio según san Mateo 15, 21-28


En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.

Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

«Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».

Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:

«Atiéndela, que viene detrás gritando».

Él les contestó:

«Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».

Ella se acercó y se postró ante él diciendo:

«Señor, ayúdame».

Él le contestó:

«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella repuso:

«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».

Jesús le respondió:

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».

En aquel momento quedó curada su hija.




YOUCAT

215 ¿Quién preside la celebración eucarística?


En realidad es Cristo mismo quien actúa en cada celebración eucarística. El OBISPO y el PRESBÍTERO lo representan. La fe de la Iglesia afirma que el celebrante está ante el altar in persona Christi capitis (lat. = en la persona de Cristo cabeza). Esto quiere decir que los sacerdotes no sólo actúan en el lugar de Cristo o por su encargo, sino que, a causa de su consagración, es Cristo quien actúa a través de ellos como cabeza de la Iglesia. 249-254


216 ¿De qué modo está presente Cristo cuando se celebra la Eucaristía?


Cristo está misteriosa pero realmente presente en el SACRAMENTO de la EUCARISTÍA. Cada vez que la Iglesia realiza el mandato de Jesús «Haced esto en memoria mía» (1 Cor 11,25), parte el pan y ofrece el cáliz, sucede hoy lo mismo que sucedió entonces: Cristo se entrega verdaderamente por nosotros y nosotros tomamos realmente parte en él. El sacrificio único e irrepetible de Cristo en la cruz se hace presente sobre el altar; se realiza la obra de nuestra redención. [1362-1367]


217 ¿Qué sucede con la Iglesia cuando celebra la Eucaristía?


Cada vez que la Iglesia celebra la EUCARISTÍA se sitúa ante la fuente de la que ella misma brota continuamente de nuevo: en la medida que la Iglesia «come» del Cuerpo de Cristo, se convierte en Cuerpo de Cristo, que es sólo otro nombre de la Iglesia. En el sacrificio de Cristo, que se nos da en cuerpo y alma, hay lugar para toda nuestra vida. Nuestro trabajo y nuestro sufrimiento, nuestras alegrías, todo lo podemos unir al sacrificio de Cristo. Si nos ofrecemos de este modo, seremos transformados: agradamos a Dios y para nuestros prójimos somos como buen pan que alimenta. Se critica con frecuencia a la Iglesia, como si únicamente fuera una asociación de hombres más o menos buenos. En realidad, la Iglesia es lo que se realiza diariamente de un modo misterioso sobre el altar. Dios se entrega por cada uno de nosotros y quiere transformarnos mediante la COMUNIÓN con él. Como seres transformados deberíamos transformar el mundo. Todo lo demás que la Iglesia es también, es secundario. -