jueves, 29 de febrero de 2024

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO III DE CUARESMA. CICLO B


 





HOJA PARROQUIAL

2 y 3 de Marzo del 2024
Domingo III de Cuaresma. Ciclo B

Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima. Tijarafe




" Destruid este templo, y en tres días lo levantaré "


• Los domingos III, IV y V de Cuaresma del Ciclo B están tomados del evangelista san Juan. Y en su conjunto nos hablan de la Cruz de Cristo. 
• El texto de hoy no habla directamente de la cruz pero sí que habla de la glorificación, inseparable de la cruz. “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré… (19) Pero él hablaba del templo de su cuerpo (21)”. 
• Los sinópticos sitúan este relato de la expulsión de los mercaderes del templo al final de la vida pública. Juan lo coloca al principio y es como un anuncio de lo que será el final de la vida de Jesús. 
• El relato tiene lugar alrededor de la Pascua, momento central de la vida del pueblo judío. En Pascua celebraban su liberación de la esclavitud en que vivieron en Egipto (Éx). De ella Dios los liberó.
 • Jesús entra en el templo, como otras muchas veces lo había hecho, como hacían todos los peregrinos que llegaban a Jerusalén (13-14).
 • Cabe pensar que la escena que ve Jesús era la misma que había visto en otras muchas ocasiones pero ahora ya no puede dejarlo pasar (15). Con toda su autoridad desautoriza el uso que hacían de aquel recinto sagrado, convirtiéndolo en un mercado, en una casa del dinero (16). Jesús viene a decir con este gesto que el templo ya no era el signo de la presencia de Dios. El templo era un anti-signo y había que hacer todo lo posible por darle su verdadero sentido.
• Al mismo tiempo Jesús, seguramente, quiere también decirnos que para llegar a Dios ya no son precisos los sacrificios rituales sino que Él mismo se convierte en el único camino y que por tanto hay que seguirlo. “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, como decía Juan el Bautista (1,29). 
• La presencia de Dios se desplaza de las piedras del templo a la auténtica presencia que está en el mismo Jesucristo (19). 
• Este es el significado que tiene la expulsión de los mercaderes del templo en san Juan: la relación con Dios no pasa ya por los ritos prescritos por la Ley, sino por lo que Jesús hará, Jesús es el nuevo templo agradable a Dios y con Él nosotros también podemos ser templos, presencia de Dios en el mundo. 
• Con este gesto Jesús expresa también la necesidad de purificación del judaísmo. 
• Pero Jesús no es comprendido, no entienden el signo que ha realizado. 
• Jesús no habla de la destrucción y reconstrucción del templo material, sino de su propio cuerpo (21), como sucedió con su Muerte y su Resurrección. 
• Según el evangelista los mismos discípulos de Jesús sólo entendieron la afirmación de Jesús después de la Resurrección (22).


LECTURAS

Primera lectura del libro del Éxodo 20, 1-17

En aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:

«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

No tendrás otros dioses frente a mí.

No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra.

No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo el pecado de los padres en los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian.

Pero tengo misericordia por mil generaciones de los que me aman y guardan mis preceptos.

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.

Recuerda el día del sábado para santificarlo.

Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas, pero el día séptimo es día de descanso, consagrado al Señor, tu Dios. No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el emigrante que reside en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que hay en ellos; y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».

Salmo 18, 8. 9. 10. 11 R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

ANTÍFONA DEL SALMO CANTADA

Segunda lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Corintios 1, 22-25

Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Evangelio según San Juan 2, 13-25

Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«Qué signos nos muestras para obrar así?».

Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».

Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».

Pero él hablaba del templo de su cuerpo.

Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.


PARA REFLEXIONAR ESTA CUARESMA 

CARTA DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LA CUARESMA


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