jueves, 24 de agosto de 2023

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

    






Este verano contigo, bajo tu PROTECCIÓN TOTAL





  HOJA PARROQUIAL


26 y 27 de Agosto de 2023
Domingo XXI del Tiempo Ordinario. Ciclo A.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Vosotros, ¿quién decís que soy yo?”



 

   


El encuentro con Jesús, el Cristo, mueve, interroga, permite que nos abramos a la plenitud de la existencia y a la salvación que irrumpe con su presencia en nuestras vidas, al calor de la comunidad. El contacto con Él nos permite conocerle, celebrar con los hermanos, compartir la vida en ese trato de amistad que estamos llamados a cultivar día a día. De forma tal, que siga adquiriendo un sentido más firme y pleno la identidad e impacto de Jesús en nuestras vidas.


En este vigésimo primer domingo del tiempo ordinario la Palabra de Dios nos propone meditar un pasaje central del ministerio de Jesús y de sus discípulos, en especial en la vida de Pedro, y de cada uno de nosotros. La pregunta que hace Jesús a sus discípulos nos habla de relación y de misión.


Que hoy también nos sintamos cuestionados por Jesús en nuestra relación con Él y la misión que desarrollamos en nuestra cotidianidad. Y con Pedro, reafirmemos nuestra fe en Él: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».










LECTURAS


Primera lectura del libro de Isaías 22, 19-23


Esto dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio:
«Te echaré de tu puesto,
te destituirán de tu cargo.
Aquel día llamaré a mi siervo,
a Eliaquín, hijo de Esquías,
le vestiré tu túnica,
le ceñiré tu banda,
le daré tus poderes;
será padre para los habitantes de Jerusalén
y para el pueblo de Judá.
Pongo sobre sus hombros
la llave del palacio de David:
abrirá y nadie cerrará;
cerrará y nadie abrirá.
Lo clavaré como una estaca en un lugar seguro,
será un trono de gloria para la estirpe de su padre».


Salmo 137, 1-2a. 2bcd-3. 6 y 8bc R/. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.


Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.


Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.


El Señor es sublime, se fija en el humilde
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 33-36


¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!
En efecto, ¿quién conoció la mente del Señor? O ¿quién fue su consejero? O ¿quién le ha dado primero para tener derecho a la recompensa?
Porque de él, por él y para él existe todo. A él la gloria por los siglos. Amén.


Evangelio según san Mateo 16, 13-20


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.






3. Hacia una Iglesia sinodal misionera



3.4 La sinodalidad toma forma 


Estructuras e instituciones

 

 

76. Dentro de una dinámica continental, las Conferencias Episcopales podrán experimentar un nuevo papel, vinculado no sólo a la promoción de la comunión en su interior, sino también al diálogo entre Iglesias geográfica y culturalmente próximas. Además, la Etapa Continental, a través de la propuesta de celebrar asambleas eclesiales y episcopales, ofrecerá la oportunidad de experimentar concretamente cómo articular la sinodalidad eclesial y la colegialidad episcopal, así como de reflexionar sobre cómo mejorar la sintonía entre los modos ordinarios de ejercer el ministerio episcopal y la asunción de un estilo plenamente sinodal, punto sobre el que algunas síntesis expresan cierta dificultad. La relectura de la experiencia adquirida durante la Etapa Continental ayudará a discernir cómo proceder con mayor fluidez. 


77. Mucho más que las Iglesias latinas, las orientales ofrecen una gran riqueza de estructuras sinodales, que hoy están llamadas a renovarse: «las antiguas estructuras sinodales y los procesos eclesiales existentes en la Iglesia siro- malabar (Prathinidhiyogam, Palliyogam y Desayogam) expresan la naturaleza sinodal de la Iglesia a nivel local, regional y universal, y son útiles para formarnos en la sinodalidad. Están al servicio de las parroquias y comunidades que descubren el ejercicio colaborativo de los ministerios pastorales para proceder a la escucha del Espíritu Santo. Aún más, hay nuevas iniciativas e intentos que buscan fortalecer las estructuras sinodales de la Iglesia» (Iglesia católica siro- malabar). 


78. La dinámica de la corresponsabilidad, una vez más orientada a la misión común y al servicio de la misma, y no como una forma organizativa para repartir funciones y poderes, atraviesa todos los niveles de la vida eclesial. En el ámbito local, esta dinámica implica a los organismos de participación ya previstos en los distintos niveles, con las especificidades propias de los diferentes ritos, y aquellos que probablemente convenga instituir al servicio de una dinámica sinodal reforzada: «se ha hablado de la necesidad de contar con estructuras y organismos que reflejen auténticamente un espíritu de sinodalidad» (CE Corea). Se trata, en primer lugar, de los consejos pastorales, llamados a ser, cada vez más, lugares institucionales de inclusión, diálogo, transparencia, discernimiento, evaluación y responsabilidad de todos. En nuestra época son indispensables. Luego están los consejos económicos, diocesanos y parroquiales, sin olvidar los consejos episcopales y presbiterales en torno al obispo. No son pocas las síntesis que muestran la necesidad de que estos organismos no sean meramente consultivos, sino lugares donde las decisiones se tomen en base a procesos de discernimiento comunitario y no según el principio de las mayorías, como viene siendo el uso en los regímenes democráticos. 




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