miércoles, 12 de abril de 2023

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO II DE PASCUA. CICLO A

  










  HOJA PARROQUIAL


15 y 16 de Abril de 2023
Domingo II de Pascua. Ciclo A.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Hemos visto al Señor”



  


    La Iglesia ha celebrado esta primera semana después de la noche santa de Pascua como un gran domingo. Es tan grande el misterio de la muerte y resurrección de Jesús, que se nos ha ofrecido como un espacio denso y sereno para paladearlo contemplativamente. En los primeros siglos de cristianismo, los recién bautizados en la vigilia pascual seguían vistiendo durante estos ocho días la vestidura blanca, símbolo de su nueva vida estrenada y de su dignidad (el blanco era el distintivo de los senadores).


    En este segundo domingo, comienza el tiempo pascual hasta Pentecostés. 50 días para profundizar en esa vida y dignidad nueva que tenemos todos los bautizados. Es una pena que, normalmente, se celebre con más intensidad la cuaresma que la cincuentena pascual, cuando la primera es sólo preparación para la segunda.

Vivamos intensamente esta cincuentena y preparémonos para que Pentecostés sea la renovación de nuestro bautismo y confirmación como personas y comunidades.


    Y para que no perdamos la razón profunda que movió a la Trinidad santa a realizar este plan de salvación para toda la humanidad, este domingo se llama: “Domingo de la divina misericordia”.








LECTURAS


Primera lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47


Los hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.


Salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24 R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia


Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.


Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos. R/.


La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, má preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.


Evangelio según san Juan 20, 19-31


Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.





3. Hacia una Iglesia sinodal misionera



34. Al mismo tiempo, las siìntesis son sensibles a la soledad y al aislamiento de muchos miembros del clero, que no se sienten escuchados, sostenidos y apreciados: quizaì una de las voces menos evidentes en las siìntesis es precisamente la de los sacerdotes y obispos que hablan de siì mismos y de su experiencia de caminar juntos. Debe reservarse una escucha especialmente atenta a los ministros ordenados en lo que se refiere a las dimensiones afectivas y sexuales de su vida. Tambieìn se senÞala la importancia de disponer formas adecuadas de acogida y proteccioìn para las mujeres y eventuales hijos de los sacerdotes que han faltado al voto de celibato, ya que de otro modo corren el riesgo de sufrir graves injusticias y discriminaciones. 


Una opcioìn por los joìvenes, las personas con discapacidad y la defensa de la vida 


35. Es generalizada la preocupacioìn por la escasa presencia de la voz de los joìvenes en el proceso sinodal, asiì como por su cada vez mayor ausencia en la vida de la Iglesia. Resultan urgentes la renovada atencioìn a los joìvenes, su formacioìn y acompanÞamiento, tambieìn como aplicacioìn de las conclusiones del anterior Siìnodo sobre «Los joìvenes, la fe y el discernimiento vocacional» (2018). En aquella ocasioìn, fueron precisamente los joìvenes los que pusieron de manifiesto la necesidad de una Iglesia maìs sinodal con miras a la transmisioìn de la fe en la actualidad. La iniciativa “Siìnodo Digital” constituye un esfuerzo importante para escuchar a los joìvenes y ofrece nuevas perspectivas para el anuncio del Evangelio. La siìntesis de las Antillas afirma: «dado que nuestros joìvenes experimentan un nivel muy alto de alienacioìn, debemos hacer una opcioìn preferencial por los joìvenes». 


36. Numerosas siìntesis senÞalan la falta de estructuras y formas adecuadas para acompanÞar a las personas con discapacidad y reclaman nuevos modos para acoger sus aportaciones y promover su participacioìn. A pesar de sus propias ensenÞanzas, la Iglesia corre el peligro de imitar el modo en que la sociedad deja de lado a estas personas. «Las formas de discriminacioìn enumeradas —la falta de escucha, la violacioìn del derecho a elegir doìnde y con quieìn vivir, la negacioìn de los sacramentos, la acusacioìn de brujeriìa, los abusos— y otras, describen la cultura del descarte en relacioìn a las personas con discapacidad. No surgen por casualidad, sino que tienen en comuìn la misma raiìz: la idea de que la vida de las personas con discapacidad valga menos que la de los demaìs» (Siìntesis de la Consulta Sinodal Especial a las Personas con Discapacidad del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida). 



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