miércoles, 1 de marzo de 2023

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO II DE CUARESMA. CICLO A

  








  HOJA PARROQUIAL


4 y 5 de Marzo de 2023
Domingo II de Cuaresma. Ciclo A.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Éste es mi Hijo, el amado... escuchadle”



  


    Si hemos experimentado al Señor Jesús en nuestra vida, ya podemos comprender mejor la experiencia de aquellos discípulos en la montaña, experiencia que marca, que deja huellas, que produce “un antes y un después”. Sin embargo, “bajar” al ruido cotidiano, a la vida ordinaria siempre cuesta. Justamente ese regalo que hemos recibido, esa paz que supera todo entendimiento se convierte en nuestra fuerza para seguir adelante, anunciando el Reino, comprometido con la construcción de un mundo mejor.











LECTURAS


Primera lectura del libro del Génesis 12, 1-4a


En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
«Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.
Haré de ti una gran nación, te bendeciré, haré famoso tu nombre y serás una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra».
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.


Salmo 32 Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti


La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.


Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.


Segunda lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 8b-10


Querido hermano:
Toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio.


Evangelio según san Mateo 17, 1-9


En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto.
Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
De repente se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía:
«Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo».
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
«Levantaos, no temáis».
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».








INTRODUCCIÓN


   1. La experiencia del proceso sinodal

1.1 «Los frutos, las semillas y las malas hierbas de la sinodalidad» 


20. Un obstáculo especialmente importante para caminar juntos es el escándalo de los abusos cometidos por miembros del clero o por personas que ejercen cargos eclesiásticos: en primer lugar los abusos contra menores y personas vulnerables, pero también los de otro tipo (espirituales, sexuales, económicos, de autoridad, de conciencia). Es una herida abierta que sigue infligiendo dolor a las víctimas y a los supervivientes, a sus familias y a las comunidades: «se ha hecho constante referencia al impacto de la crisis de los abusos sexuales del clero [...]. Para muchos, las consecuencias siguen siendo un tema espinoso y sin resolver. Se ha advertido la urgencia de reconocer el horror y el mal causados, y de aumentar los esfuerzos para proteger a los vulnerables, reparar el daño hecho a la autoridad moral de la Iglesia y reconstruir la confianza. Algunas diócesis informaron de que los participantes querían que reconocieran y enmendaran los abusos del pasado» (CE Australia). Una cuidadosa y dolorosa reflexión sobre el legado de los abusos llevó a muchos grupos sinodales a pedir un cambio en la cultura eclesial con miras a una mayor transparencia, responsabilidad y corresponsabilidad. 


21. Finalmente, en demasiados países el proceso sinodal se ha topado con las guerras que ensangrientan nuestro mundo, «dando rienda suelta a fanatismos de todo tipo y a persecuciones, incluso masacres. Se han observado formas de incitación sectaria y étnica que han degenerado en conflictos armados y políticos a menudo sangrientos» (Iglesia maronita). Son especialmente dolorosas las situaciones en las que los cristianos, incluyendo los católicos, viven en países en guerra entre sí. Incluso en estas situaciones de fragilidad, que hacen más intenso el encuentro con el Señor crucificado y resucitado, las comunidades cristianas han sabido acoger la invitación que se les ha hecho a construir experiencias de sinodalidad y a reflexionar sobre lo que significa caminar juntos, expresando el deseo de seguir haciéndolo: «en relación con la tragedia del genocidio contra los tutsis, que tanto ha dividido al pueblo ruandés, debería profundizarse mejor el tema de la comunión, con vistas a una auténtica sanación de la memoria colectiva. Este Sínodo nos ha hecho comprender mejor que la pastoral de la unidad y la reconciliación debe seguir siendo una prioridad» (CE Ruanda). 



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