lunes, 5 de diciembre de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 6 DE DICIEMBRE DE 2022

 Mt 18,12-14: Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»


Este Dios que veíamos en Jesús que hace cosas maravillosas, ahora la liturgia nos invita a fijarnos en esta parábola que nos narra él mismo para hablarnos del centro del corazón de Dios, un corazón de PADRE.


Un corazón por el cual no quiere que se pierda ninguno de los pequeños.

Un corazón abajado.

Un corazón luchador.

Un corazón tierno.

Un corazón grande.

Un corazón misericordioso.


Toda la Biblia, toda la vida cristiana tenemos que encuadrarla desde esta premisa máxima.


No quiere que se pierda nadie, especialmente los pequeños. 

¡Qué grande, maravillosa la Navidad! Celebramos el corazón de Dios que se encarna, se materializa y se concreta.