Mt 9,27-31: Curación de dos ciegos que creen en Jesús.
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:
- «Ten compasión de nosotros, hijo de David.»
Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:
- «¿Creéis que puedo hacerlo?» Contestaron:
- «Sí, Señor.»
Entonces les tocó los ojos, diciendo:
- «Que os suceda conforme a vuestra fe.»
Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:
- «¡Cuidado con que lo sepa alguien!»
Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
Dos ciegos seguían a Jesús y le pidieron que tuviera compasión de ellos y los curara. Esta puede ser una imagen de nuestro tiempo de misión. Es el Señor el que va delante y nosotros le seguimos. No sabemos donde nos lleva. Pero si es verdad que necesitamos que nos cure para saber por donde caminar, sus huellas, a veces, se borran, le gusta caminar sobre el polvo...
Y Él nos remite a nuestra fe. La misión es una consecuencia de la fe, de la grandeza o pobreza de la fe. Pidámosle al Señor, que los frutos no sean a la medida de nuestra fe, sino la de la Iglesia, como decimos en la misa: "no mires nuestro pecado sino la fe de tu Iglesia".