3 y 4 de Septiembre de 2022
“Calcular y deliberar”
“¿Quién conocerá el designio de Dios?” (Sab 9,13)
Querer conocer, querer saber ha sido siempre aspiración del ser humano. Ahora bien, cuando tal conocimiento se refiere a lo que supera el ámbito natural nos encontramos en una situación imposible a partir de nuestro conocimiento humano. Sin embargo, nuestra mente ansía conocer, pues entendemos que de tal conocimiento depende el camino a seguir a lo largo de los años de nuestra vida para alcanzar la meta a la que todos estamos llamados.
La Palabra de Dios viene en ayuda nuestra pues desde el libro del Génesis hasta el Apocalipsis Dios-Trinidad ha ido desvelando los enigmas y misterios para que el ser humano tuviera acceso al plan salvífico de Dios, que alcanza su plenitud con la predicación de Jesucristo, verdadero revelador del Padre del cielo.
La página del Evangelio es buen ejemplo de la enseñanza que nos ofrece Jesucristo, el mejor de los maestros, afirmando con radicalidad que quien no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo suyo.
Seguir a Jesucristo es arriesgado y comprometido y, no obstante, es el único camino del que disponemos para alcanzar la meta. La persona que ha recibido la gracia de la fe cristiana tiene la misión de hacer partícipes a las demás personas del don recibido, de manera que cada vez sea más numeroso el “pueblo de Dios” y su influjo en nuestra sociedad y en el mundo se traduzca en esperanza y alegría y paz para todos, de manera especial en los días que estamos viviendo, sumidos en una crisis de valores. Jesucristo sigue siendo la esperanza y tal esperanza pasa por la colaboración de cada persona bautizada.
Primera lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-19
Salmo 89, 3-4 5-6. 12-13. 14 y 17 R. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a Filemón 9b-10. 12-17
Evangelio según San Lucas 14, 25-33
DEFINICIONES
APÓSTOL: (grieg. apostolos = enviado, mensajero): En el Nuevo Testamento es en primer lugar la denominación de aquellos doce hombres que fueron llamados por Jesús a ser sus colaboradores más íntimos y sus testigos. También Pablo se consideró un apóstol elegido por Jesús.
ATEÍSMO (del griego theos = Dios): Concepto general para las múltiples formas teóricas o prácticas de negación de la existencia de Dios.
AVE MARÍA (lat. = Te saludo, María): La primera parte de la oración más importante y conocida después del Padrenuestro se refiere a la Biblia (Lc 1,28; Lc 1,42). La segunda parte, «ahora y en la hora de nuestra muerte», es un añadido del siglo XVI.
BENDICIÓN Bendición es el bien que procede de Dios (del latín bene-dicere; del griego eu-logein = hablar bien de alguien). Bendecir es una acción divina, que da vida y la mantiene. Dios, el Padre y Creador de todo lo que existe, dice: Es bueno que estés ahí. Es hermoso que existas.
BIBLIA Como «Biblia» (grieg. biblos = rollo de escritura, libro) designan los judíos y los cristianos una colección de escritos sagrados surgida en un período de más de mil años, y que es para ambos el documento originario de su fe. La Biblia cristiana es mucho más amplia que la judía, porque además de los escritos de ésta, contiene los cuatro evangelios, las cartas de san Pablo y otros escritos de la primera Iglesia.
BIEN COMÚN El bien común es el bien común a todos. Comprende en sí «el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a tos grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección» (GS).
CANON (lat. canon = cordel de medir, regla): La determinación vinculante de los escritos sagrados que pertenecen a la Biblia en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
CARISMAS (del griego charis don, gracia, favor, talento): Se llama a los dones gratuitos del Espíritu Santo, tal como se describen, por ejemplo, en 1 Cor 12,6ss: el don de curaciones, poder de milagros, profecía, don de lenguas y el don de interpretarlas, sabiduría, conocimiento, fe, entre otros. Aquí se incluyen también los siete dones del Espíritu Santo; son dones especiales para dirigir, gobernar, amar al prójimo y anunciar la fe.