15 y 16 de Enero de 2022
“Haced lo que él os diga”
En este segundo domingo del tiempo ordinario la Palabra de Dios nos descubre la relación de Dios con su Pueblo bajo las hermosísimas imágenes de las nupcias y de los carismas. Isaías ilustra la relación a través del desposorio con “mi favorita” en una nueva era de salvación. Por su parte, el principio unificador de los carismas expresados por san Pablo en la Carta a los Corintios es el Espíritu Santo.
Y, para el evangelista Juan, Caná ocupa un lugar significativo en su obra. Es el pórtico del primer signo que va a manifestar a aquellos que ha llamado para que estuvieran con Él y luego anunciarán la Buena Noticia del Reino. El relato, de una alta teología cual águila en los cielos, siempre es desconcertante y novedoso como Palabra de Dios que es. Jesús y María son su centro de atención.
Así es que, el problema será resolver la ausencia del vino en una boda. Y ¿qué es una boda sin amor y alegría? ¿Qué podemos celebrar cuando estamos tristes y nuestro corazón está escaso y vacío de amor? Las palabras de María siguen siendo faro para todos aquellos que pasamos por momentos turbulentos que nos roban la paz y la alegría que sólo Dios nos puede dar: “Haced lo que él os diga”. Sólo así, podemos “contar las maravillas del Señor a todas las naciones”.
Primera lectura del Profeta Isaías 62, 1-5
Salmo 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Segunda lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,4-11
Evangelio según San Juan 2, 1-11
Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo
PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios
CAPÍTULO SEGUNDO. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
EL SÉPTIMO MANDAMIENTO: No robarás.
443 ¿Cuál es la función de los responsables de las empresas?
Los empresarios y los directivos se esfuerzan por el éxito económico de sus empresas. Pero junto a los legítimos intereses de beneficio existe también para ellos una responsabilidad social: tener en cuenta los justos intereses de los empleados, los proveedores, los clientes y de toda la sociedad, y también del medio ambiente.
444 ¿Qué dice la Doctrina Social de la Iglesia acerca del trabajo y el desempleo?
El trabajo es un mandato de Dios a los hombres. En un esfuerzo común debemos mantener y continuar la obra de la Creación: «El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara» (Gén 2,15). El trabajo es para la mayoría de los hombres su medio de sustento. El desempleo es un mal grave que debe ser combatido con decisión. Mientras que hoy en día muchas personas a quienes les gustaría trabajar no encuentran un puesto de trabajo, existen «adictos al trabajo» que se entregan de tal modo al trabajo que no encuentran tiempo para Dios ni para el prójimo. Y, mientras que muchas personas apenas pueden alimentarse a sí mismas y a sus familias con su sueldo, otros ganan tanto que pueden llevar una vida con un lujo inimaginable. El trabajo no es un fin en sí mismo, sino que debe servir a la realización de una sociedad que corresponda a la dignidad del hombre. La DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA aboga por ello a favor de un orden económico en el que todos los hombres colaboren activamente y puedan participar del bienestar alcanzado. Defiende un salario justo, que haga posible para todos una existencia digna, y exhorta a los ricos a practicar las virtudes de la moderación y el compartir solidario.
445 ¿A qué se refiere el principio del «trabajo sobre el capital»?
La Iglesia siempre ha enseñado «el principio de la prioridad del trabajo sobre el capital» (beato Juan Pablo II, LE). El “dinero o el capital lo posee la persona como una cosa. El trabajo, por el contrario, no se puede separar del hombre que lo realiza. Por eso las necesidades elementales de los trabajadores tienen prioridad sobre los intereses del capital. Los propietarios del capital y los inversores tienen también intereses legítimos, que tienen que ser protegidos. Pero es una injusticia grave que los empresarios y los inversores intenten aumentar su propio beneficio a costa de los derechos elementales de los trabajadores y empleados.

