miércoles, 1 de septiembre de 2021

HOJA PARROQUIAL DEL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

 





  HOJA PARROQUIAL

4 y 5 de Septiembre de 2021
Semana XXIII del Tiempo Ordinario. Ciclo B.

Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”




  Cada vez que nos reunimos para la celebración de nuestra fe en el día del Señor lo hacemos con el convencimiento de que Él se hace presente en medio de nosotros ofreciéndonos el alimento eucarístico de su misma presencia sacramental, y el poder y la fuerza de su Palabra que viene a germinar en cada uno de nosotros para transformar nuestras vidas.


   La Palabra que hoy nos ofrece la Liturgia Eucarística de este XXIII Domingo del Tiempo Ordinario nos invita a la esperanza, a no dejarnos vencer por el miedo, a mirar y a acoger con predilección a los más humildes y sencillos, a admirarnos y asombrarnos con la bondad que el Señor Jesucristo muestra hacia cuantos padecen enfermedad o sufrimiento.


   Acojamos con gratitud este hermoso mensaje, dejemos que fructifique en nosotros y cambie nuestra vida, para que, encendidos en fe y en esperanza, atento a aliviar de su dolor a los que sufren, seamos en y con el Señor Jesucristo motivo de gozo para otros muchos. Así contribuiremos, de forma callada y eficaz, a que el mañana de nuestra historia sea un poco mejor, quizás, para todos.








LECTURAS


Primera lectura del libro de Isaías 35, 4-7a


Decid a los inquietos:

«Sed fuertes, no temáis.

¡He aquí vuestro Dios!

Llega el desquite,

la retribución de Dios.

Viene en persona y os salvará».

Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,

los oídos de los sordos se abrirán;

entonces saltará el cojo como un ciervo

y cantará la lengua del mudo,

porque han brotado aguas en el desierto

y corrientes en la estepa.

El páramo se convertirá en estanque,

el suelo sediento en manantial».


Salmo 145, 7. 8-9a. 9bc-10 R/. Alaba, alma mía, al Señor


El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,

que hace justicia a los oprimidos,

que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos. R/.


El Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos. R/.


Sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sion, de edad en edad. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 1-5


Hermanos míos, no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.

Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra también un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: «Tú siéntate aquí cómodamente», y al pobre le decís: «Tú quédate ahí de pie» o «siéntate en el suelo, a mis pies», ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos?

Escuchad, mis queridos hermanos: ¿acaso no eligió Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?


Evangelio según san Marcos 7, 31-37


En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.

Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:

«Effetá» (esto es, «ábrete»).

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

Y en el colmo del asombro decían:

«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».





Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO SEGUNDO. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»


EL QUINTO MANDAMIENTO: No matarás.


387 ¿Cómo debemos tratar nuestro cuerpo?


El quinto mandamiento prohíbe también el uso de la violencia contra el propio cuerpo. Jesús nos exige expresamente que nos aceptemos y amemos a nosotros mismos: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39). Acciones autodestructivas contra el propio cuerpo («incisiones», etc.) son en la mayoría de los casos reaccione psíquicas ante experiencias de abandono y de falta de amor; por eso, en primer lugar, reclaman todo nuestro amor a estas personas. No obstante, en este marco de cariño debe quedar claro que no existe un derecho humano a destruir el propio cuerpo recibido de Dios.


388 ¿Qué importancia tiene la salud?


La salud es un valor importante, pero no absoluto. Debemos tratar el cuerpo recibido de Dios con agradecimiento y cuidado, pero no caer en el culto al cuerpo. El cuidado adecuado de la salud pertenece también a las obligaciones fundamentales del Estado, que debe crear condiciones de vida que garanticen el alimento suficiente, viviendas limpias y una asistencia médica básica.


389 ¿Por qué es pecado tomar drogas?


El consumo de drogas es pecado porque es un acto de autodestrucción y por ello un atentado contra la vida que Dios nos ha dado por amor. “Toda adicción de una persona a drogas legales (alcohol, medicamentos, tabaco) y en mayor medida a drogas ilegales es cambiar libertad por esclavitud; perjudica a la salud y a la vida del afectado y también causa graves daños al prójimo. Todo intento de perderse u olvidarse de sí mismo en éxtasis, a lo que pueden añadirse excesos en la comida y en la bebida, la sexualidad desordenada o ir a lo loco con el coche, es una pérdida de la dignidad y la libertad humanas y por ello un pecado contra Dios. Hay que diferenciar de esto el uso razonable, consciente y moderado de estimulantes. 


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