“Salieron a proclamar por todas partes”
La Ascensión del Señor nos pone ante un horizonte de esperanza.
Es la novedad de la pascua: muerte - resurrección – ascensión; la que llena de esperanza y sentido la vida humana, y nos muestra el camino de la VIDA PLENA y nuestra meta: EL CIELO
En la carta a los Efesios (2ª lectura) San Pablo nos lo dice con estas palabras: que el Dios del Señor Nuestro Jesucristo el Padre de la gloria os de espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.
La esperanza cristiana lleva consigo una llamada a la misión y al compromiso; una invitación a no esperar del cielo soluciones milagrosas o revelaciones especiales. ¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? (1ª Lectura) Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
La llamada a la misión comenzó a realizarse en obediencia al mandato: «Ellos salieron a proclamar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con los signos que la acompañaban». (Evangelio)
Los ojos, puestos en Jesús, nos llevarán a vivir con “fe en el mensaje”, es decir, fe en la acción del evangelio.
Primera lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseño desde el cominezo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. y ascendió al cielo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días, les hablándoles del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».
Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:
«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»
Les dijo:
«No os toca a vosotros conocer los tiempos y o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y “hasta los confines del mundo”».
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».
Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9 R. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.
Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1, 17-23
Hermanos:
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro.
Y «todo lo puso bajo sus pies», y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.
Evangelio según San Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo
PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios
CAPÍTULO TERCERO. La salvación de Dios: la ley y la gracia
344 ¿Por qué se pronuncia en realidad la Iglesia también acerca de cuestiones éticas pertenecientes a la vida personal?
La fe es un camino. Cómo se mantiene uno en este camino, es decir, cómo se vive de forma justa y buena, no siempre se deduce de las indicaciones del Evangelio. El MAGISTERIO de la Iglesia también debe recordar a los hombres las exigencias de la ley moral natural. No hay una doble verdad. Lo que es correcto desde el punto de vista humano, no puede ser falso desde el punto de vista cristiano. Y lo que es correcto para el cristiano no puede ser falso humanamente. Por eso la Iglesia debe pronunciarse acerca de todas las cuestiones morales.
345 ¿Cuáles son los cinco «mandamientos de la Iglesia»?
Oír misa entera los domingos y fiestas de precepto.
Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
Comulgar por Pascua de Resurrección.
Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
Ayudar a la Iglesia en sus necesidades. [2042-2043]
346 ¿Para qué sirven los mandamientos de la Iglesia y cómo nos obligan?
Los cinco «mandamientos de la Iglesia» con sus exigencias de mínimos quieren recordar que no hay vida cristiana sin esfuerzo moral, sin participación concreta en la vida sacramental de la Iglesia y sin la vinculación solidaria con ella. Son obligatorios para todo cristiano católico. [2041, 2048]”
347 ¿Por qué la «doble moral» es un reproche tan grave contra los cristianos?
La conformidad entre vida y testimonio es la primera condición para el anuncio del Evangelio. Por ello la DOBLE MORAL es una traición de la misión de los cristianos de ser «sal de la tierra» y «luz del mundo». San Pablo fue el primero que recordó a la comunidad de Corinto: «Es evidente que sois carta de Cristo [...] escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones de carne» (2 Cor 3,3). Los mismos cristianos, no lo que dicen, son la «carta de recomendación» (2 Cor 3,1) de Cristo al mundo. Por eso es tan perjudicial para la nueva evangelización que pastores y fieles vivamos a veces como si Dios no existiera, escandalosamente acomodados a costumbres y opiniones de la anticultura secularista.
