miércoles, 24 de marzo de 2021

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO DE RAMOS. CICLO B

 

 

 


  HOJA PARROQUIAL

26 y 27 de Marzo de 2021
Domingo de Ramos. Ciclo B.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

“Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”



 


 


  Con del Domingo de Ramos, comienza, para la Iglesia, la semana mayor que culminará en la Vigilia Pascual-Domingo de Resurrección.


  El Domingo de Ramos, con la procesión de los ramos o las palmas por la ciudad –si la pandemia lo permite-, la Iglesia conmemora su peregrinación hacia la Pascua de Resurrección.


  La “doble” celebración de este día –procesión y eucaristía- reviste por un lado un ambiente festivo con la aclamación de la realiza de Cristo “Hosanna en las alturas”; (procesión de ramos), y, por otro, un ambiente de muertecrucifícalo”, (Liturgia de la Palabra de la Eucaristía).


  Si en el primer evangelio se puede escuchar y sentir a todos los perdonados, curados, sanados y amados por Cristo; en el “crucifícalo” del segundo evangelio se escuchar la voz de los que quieren, (y quizá no pueden), apartar a Dios del mundo.


  Quienes se unen en corifeo con la chusma del “crucifícalo”, no se percatan que, a la vuelta de una semana, la resurrección de Cristo será una realidad. Realidad visible, no solo en la naturaleza, por el nuevo crecimiento de la vida en primavera, sino porque la muerte ya no tiene lugar en este mundo: el Viviente ya no muere más, vive para siempre –Pascua Florida.

  

  En un mundo “tan tolerante”, donde el hablar de Dios es signo retrógrado y de infantilidad intelectual, los seguidores del Resucitado tienen (tenemos) que salir a los distintos areópagos a proclamar que la vida, la resurrección, es una realidad espiritual incontestable.


  Debe ser esta Santa Semana tiempo para que el cristiano confronte su proyecto de vida con el de Cristo. El asumir los triunfos y alegrías, las tristezas y las esperanzas propias, y de los demás –cirineos-, para que sean transformadas y resurgidas por y en la resurrección de Cristo en la Vigilia Pascual de la Noche Santa.







LECTURAS


Primera lectura del Profeta Isaías 50, 4-7


El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo;

para saber decir al abatido una palabra de aliento. 

Cada mañana me espabila el oído, 

para que escuche como los discípulos. 

El Señor Dios me abrió el oído; 

yo no resistí ni me eché atrás. 

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, 

las mejillas a los que mesaban mi barba; 

no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos. 

El Señor Dios me ayuda, 

por eso no sentía los ultrajes; 

por eso endurecí el rostro como pedernal, 

sabiendo que no quedaría defraudado.


Salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


Al verme, se burlan de mí, 

hacen visajes, menean la cabeza: 

«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; 

que lo libre si tanto lo quiere». R/.


Me acorrala una jauría de mastines, 

me cerca una banda de malhechores; 

me taladran las manos y los pies, 

puedo contar mis huesos. R/.


Se reparten mi ropa, 

echan a suerte mi túnica. 

Pero tú, Señor, no te quedes lejos; 

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.


Contaré tu fama a mis hermanos, 

en medio de la asamblea te alabaré. 

«Los que teméis al Señor, alabadlo; 

linaje de Jacob, glorificadlo; 

temedlo, linaje de Israel». R/.


Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 6-11


Cristo Jesús, siendo de condición divina, 

no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; 

al contrario, se despojó de sí mismo 

tomando la condición de esclavo, 

hecho semejante a los hombres.

Y así, reconocido como hombre por su presencia,

se humilló a sí mismo, 

hecho obediente hasta la muerte, 

y una muerte de cruz. 

Por eso Dios lo exaltó sobre todo 

y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; 

de modo que al nombre de Jesús 

toda rodilla se doble 

en el cielo, en la tierra, en el abismo, 

y toda lengua proclame: 

Jesucristo es Señor, 

para gloria de Dios Padre.


Evangelio. Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14, 1–15, 47


Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato.

Pilato le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. Él respondió:

+ «Tú lo dices».

C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:

S. «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan».

C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba extrañado. Por la fiesta solía soltarles un preso, el que le pidieran.

Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre.

Pilato les preguntó:

S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».

C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.

Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.

Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?».

C. Ellos gritaron de nuevo:

S. «Crucifícalo».

C. Pilato les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho?».

C. Ellos gritaron más fuerte:

S. «Crucifícalo».

C. Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!».

C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.

Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo.

C. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz.

Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»),

C. y le ofrecían vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.

Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.

C. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».

C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:

S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».

C. También los otros crucificados lo insultaban.

C. Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:

+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».

C. (Que significa:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).

C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

S. «Mira, llama a Elías».

C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:

S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».

C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

S. «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».



Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO SEGUNDO. La comunidad humana


323 ¿Cómo puede el individuo estar integrado en la sociedad de manera que pueda, sin embargo, desarrollarse libremente?


El individuo puede desarrollarse libremente en la sociedad si se respeta el «principio de subsidiariedad». El principio de subsidiariedad, desarrollado por la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA afirma: lo que puede hacer el individuo por sí mismo y por sus propias fuerzas no debe ser suplantado por una instancia superior. Una estructura social de orden superior no debe interferir ni asumir las competencias de una estructura de orden inferior. Más bien es su función actuar de modo secundario (subsidiario) allí donde el individuo o las instituciones pequeñas se vean superadas por sus tareas.


324 ¿Sobre qué principios se fundamenta una sociedad?


Toda sociedad se fundamenta en una jerarquía de valores que se realiza mediante la justicia y la caridad. Ninguna sociedad puede perdurar si no se fundamenta en valores que se reflejen en una ordenación justa de las relaciones y en una consecución activa de la justicia. Así, el hombre no puede convertirse nunca en un medio para el fin de la acción social. Toda sociedad necesita constantemente la conversión de las estructuras injustas. En definitiva esto sólo lo logra la caridad, el mayor mandamiento social. Ella respeta a los otros. Exige justicia. Hace posible la conversión de las relaciones equivocadas. 


325 ¿En qué se basa la autoridad en la sociedad?


Toda sociedad depende de que su ordenamiento, su cohesión y su desarrollo sean ejercidos y fomentados por una autoridad legítima. Corresponde a la naturaleza del hombre, creada por Dios, que el hombre se deje regir por la autoridad legítima. Naturalmente la autoridad en la sociedad no puede proceder de la mera arrogación, sino que debe estar legitimada por el derecho. Quién ha de gobernar y qué régimen político es el apropiado depende de la voluntad de los ciudadanos. La Iglesia no se vincula a ningún régimen político, sino que establece únicamente que no deben contradecir al BIEN COMÚN.


COLABORA CON TU PARROQUIA