miércoles, 17 de junio de 2020

HOJA PARROQUIAL DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO

HOJA PARROQUIAL
20 y 21 de Junio de 2020
Domingo XII del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.

"No tengan miedo”





Jesús, ante los momentos de persecución a los que se van a enfrentar los discípulos, les transmite confianza y valor en la persecución y les exhorta a “no tener miedo”. Para que los discípulos superen esos miedos y la angustia que les supone la persecución les trasladará fuerza a través de tres motivaciones: 

1.- No hay nada encubierto que no llegue a saberse.
2.- No temáis a los que pueden matar el cuerpo pero no pueden matar el alma.
3.- Vosotros valéis mucho más que muchos pajarillos.
Los cristianos deberíamos hacernos eco continuamente de estas palabras de Jesús que nos invitan a superar nuestros miedos ante los nuevos retos que la sociedad nos va planteando







LECTURAS

Primera lectura del libro de Jeremías 20, 10-13

Dijo Jeremías: Oía la acusación de la gente: «“Pavor-en-torno”, delatadlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él». Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa.

Salmo 68 R/. Señor, que me escuche tu gran bondad.

Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre. Porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.

Pero mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas y cuanto bulle en ellas.

Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-15

Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron. Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.

Evangelio según san Mateo 10, 26-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos».




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SEGUNDA SECCIÓN. Los siete sacramentos de la Iglesia
193 ¿Hay una lógica interna que vincule entre sí a los sacramentos?

Todos los SACRAMENTOS son un encuentro con Cristo, que es él mismo el sacramento original. Hay sacramentos de la INICIACIÓN, que introducen en la fe: Bautismo, CONFIRMACIÓN y EUCARISTÍA. Hay sacramentos de curación: Penitencia y Unción de enfermos. Y hay sacramentos que están al servicio de la comunión y misión de los fieles: Matrimonio y Orden. [1210-1211]

El Bautismo vincula a Cristo. La Confirmación nos concede su Espíritu Santo. La Eucaristía nos hace uno con él. La Penitencia nos reconcilia con Cristo. Mediante la Unción de los enfermos es Cristo quien cura, fortalece y consuela. En el sacramento del Matrimonio Cristo promete su amor en nuestro amor y su fidelidad en nuestra fidelidad. Mediante el sacramento del Orden tos sacerdotes son capacitados para perdonar pecados y celebrar la Santa Misa.

CAPÍTULO PRIMERO. Los sacramentos de la iniciación.

El Sacramento del Bautismo

194 ¿Qué es el Bautismo?

El Bautismo es el camino que lleva desde el reino de la muerte a la Vida; la puerta de entrada a la Iglesia y el comienzo de una comunión permanente con Dios. El Bautismo es el SACRAMENTO fundamental y la condición previa de todos los demás sacramentos. Nos une a Jesucristo, nos introduce en su muerte salvífica en la Cruz, y por ello nos libera del poder del pecado original y de todos los pecados personales y nos permite resucitar con él a una vida sin fin. Puesto que el Bautismo es una alianza con Dios, el hombre debe dar su «sí» a Dios. En el bautismo de niños los Padres confiesan la fe en representación de su hijo.

195 ¿Cómo se administra el Bautismo?

La forma clásica de administrar el Bautismo es sumergir al bautizando tres veces en el agua. No obstante, en la mayoría de los casos se derrama tres veces agua sobre la cabeza, al tiempo que quien administra el sacramento dice: «N., yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». [1229-1245, 1El agua simboliza purificación y nueva vida, lo que ya se expresaba en el bautismo de conversión de Juan el Bautista. El Bautismo que se administra con agua en «nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» es más que un signo de conversión y penitencia, es nueva vida en Cristo. Por eso se añaden también los signos de la unción, la vestidura blanca y la vela del bautismo.