Salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
Salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
El Próximo Viernes 27, Jornada de Oración, Ayuno y Penitencia por la Paz en el mundo, especialmente en Israel y Palestina
Primera Lectura del libro de Isaías 45,1. 4-6
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.
Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.
ANTIFONA CANTADA DEL SALMO. PINCHANDO EN ESTE ENLACE
Evangelio Según San Mateo 22,15-21
El martes 17 de Octubre todos los Cristianos estamos convocados a una Jornada de Oración y Ayuno por la Paz especialmente en Israel y Palestina
"A todos los que encontréis, llamadlos a la boda"
• No miremos por el retrovisor, apliquémonos el cuento. Esta parábola está dicha también para nosotros, como todas las demás.
LECTURAS
Primera lectura del libro de Isaías 25, 6-10a
Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo extendido sobre todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros, y alejará del país el oprobio de su pueblo - lo ha dicho el Señor -.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios. Esperábamos en él y nos ha salvado. Este es el Señor en quien esperamos. Celebremos y gocemos con su salvación, porque reposará sobre este monte la mano del Señor».
Salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6. R/.Habitaré en la casa del Señor por años sin término
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
ANTIFONA CANTADA DEL SALMO. PINCHANDO AQUÍ
Segunda lectura. de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4, 12-14. 19-20
Hermanos:
Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mis tribulaciones.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio. Según San Mateo. 22,1-14
En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
3. Hacia una Iglesia sinodal misionera
3.5 Vida Sinodal y liturgia
Tensiones a gobernar: renovación y reconciliación
91. Muchas síntesis alientan fuertemente la implementación de un estilo sinodal de celebración litúrgica que permita la participación activa de todos los fieles para acoger todas las diferencias, valorar todos los ministerios y reconocer todos los carismas. En este sentido, la escucha sinodal de las Iglesias registra muchas cuestiones que deben abordarse: desde el replanteamiento de una liturgia demasiado centrada en quien preside, hasta las formas de participación activa de los laicos, pasando por el acceso de las mujeres a las funciones ministeriales. «Sin dejar de ser fieles a la tradición, a su originalidad, antigüedad y uniformidad, intentamos que la celebración litúrgica sea más viva y participada por toda la comunidad de creyentes: sacerdotes, laicos, jóvenes y niños, que leen los signos de los tiempos con discernimiento sólido. Los jóvenes intentan encontrar un lugar en la liturgia con los himnos y es positivo» (CE Etiopía).
92. En este sentido, la experiencia de las Iglesias también registra nudos de conflicto, que deben ser abordados de forma sinodal, como es el discernimiento de la relación con los ritos preconciliares: «las divisiones sobre la celebración de la liturgia se han reflejado en las consultas sinodales. “Desgraciadamente, la celebración de la Eucaristía se vive también como un motivo de división dentro de la Iglesia. En el ámbito litúrgico, la cuestión más común es la celebración de la misa preconciliar”. La gente se queja de las restricciones en el uso del misal de 1962; muchos consideran que las diferencias sobre la forma de celebrar la liturgia “llegan a veces al nivel de la animosidad. Las personas de ambos bandos dicen sentirse juzgadas por quienes tienen una opinión diferente”» (CE Estados Unidos). La Eucaristía, sacramento de la unidad en el amor en Cristo, no puede convertirse en motivo de enfrentamiento ideológico, ruptura o división. Además, existen elementos de tensión propios del ámbito ecuménico, con un impacto directo en la vida de muchas Iglesias, como, por ejemplo, compartir la Eucaristía. Por último, hay problemas relacionados con las modalidades de inculturación de la fe y el diálogo interreligioso, que también afectan a las formas de la celebración y la oración. 43 44
93. Las síntesis no dejan de resaltar también las principales limitaciones de la praxis celebrativa, que oscurecen su eficacia sinodal. En particular, se subraya: el protagonismo litúrgico del sacerdote y la pasividad de los participantes; el alejamiento de la predicación respecto a la belleza de la fe y la concreción de la vida; la separación entre la vida litúrgica de la asamblea y la red familiar de la comunidad. La calidad de las homilías se señala casi unánimemente como un problema: se piden «homilías más profundas, centradas en el Evangelio y en las lecturas del día, y no en la política, y que utilicen un lenguaje accesible y atractivo» (Iglesia maronita).
94. Una fuente particular de sufrimiento son todas aquellas situaciones en las que el acceso a la Eucaristía y a los demás sacramentos se ve obstaculizado o impedido por diversas causas. Son intensas las peticiones para que se busque una solución a estas formas de privación de los sacramentos. Se citan, por ejemplo, las comunidades que viven en zonas muy remotas, o el uso del cobro de tarifas por el acceso a las celebraciones, que discrimina a los más pobres. Muchas síntesis también dan voz al dolor que experimentan los divorciados vueltos a casar por no poder acceder a los sacramentos, así como los que han contraído un matrimonio polígamo. No hay unanimidad sobre cómo tratar estas situaciones: «se niega la posibilidad de recibir la Sagrada Comunión a los divorciados vueltos a casar, que expresan su dolor por esta exclusión. Algunos creen que la Iglesia debería ser más flexible, mientras que otros piensan que esta práctica debe mantenerse» (CE Malasia)
En el Evangelio de hoy hay una primera parte en la que Jesús cuenta una parábola (33) y en un segundo momento Jesús mismo nos ofrece la interpretación de la parábola (42).
• Esta parábola es un resumen de la historia del pueblo de Dios. Una historia de rechazo al Plan de Dios y de paciencia de Dios, de amor de Dios hasta el extremo.
• La parábola nos muestra cómo Dios ha ido actuando y la respuesta que ha tenido y que continúa teniendo.
• Los protagonistas de la parábola son el propietario de la viña y los labradores a quienes arrienda la viña.
• El dueño de la viña tiene sumo cuidado con ella “la plantó”, “la rodeó con una cerca”, “cavó un lagar”, “construyó una torre”… El propietario es Dios.
• Al marcharse de viaje deja su propiedad en manos de unos labradores, la arrienda. Llegado el tiempo de la recolección, como es normal pues era su viña, mandó a sus criados para recoger lo que le correspondía por la viña arrendada. Pero los labradores terminan con la vida de los criados, para apoderarse de la viña y de sus beneficios (35).
• Para colmo el dueño manda a su propio hijo, que corre la misma suerte que los criados (39).
• Los labradores actúan con violencia y el dueño de la viña es admirable por su paciencia. Así ha actuado Dios y así actuamos con frecuencia nosotros.
• La viña es el Pueblo de Dios. El dueño es Dios. Los labradores son los sacerdotes y los fariseos. Los criados son los profetas y el hijo es Jesús. A la larga historia de desprecio que sufrieron los profetas hay que añadir para culmen el rechazo al Hijo de Dios, a Jesús.
• El amor, el amor de Dios no ha sido correspondido como se merecía. Esa es la historia de Dios con la humanidad y de la humanidad con Dios. Pero es conveniente que no nos quedemos en el pasado, la parábola se actualiza.
• La Iglesia es ahora la viña del Señor. Dios es el dueño de la Iglesia y no nosotros. ¿Quiénes son los criados ahora y cómo son tratados? ¿Quiénes son los labradores y cómo actúan?
• Nosotros somos el campo de Dios, ¿la Iglesia del siglo XXI da los frutos que Dios espera?
• Para concluir Jesús nos habla de la piedra que desecharon y se ha convertido en piedra angular (42). Él es esa piedra angular del edificio, del Pueblo de Dios, compuesto de judíos y de paganos, que ha venido a instaurar. Nosotros somos miembros, piedras vivas, de ese edificio que tiene como piedra fundamental a Jesucristo.
Primera lectura. Lectura del libro de Isaías
Voy a cantar a mi amigoSalmo 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20 R/. La viña del Señor es la casa de Israel
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río. R/.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? R/.
Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó.
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios del universo, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R/.
ANTÍFONA CANTADA DEL SALMO PINCHANDO AQUÍ
Segunda lectura. Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses.
Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Evangelio Según San Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
3. Hacia una Iglesia Sinodal Misionera
3.5 Vida sinodal y liturgia
88. Las síntesis destacan de muchas maneras el profundo vínculo entre la sinodalidad y la liturgia: «en el caminar juntos, la oración, la devoción a María como discípula misionera y oyente de la Palabra de Dios, los ejercicios de lectio divina y la celebración litúrgica inspiran el sentido de pertenencia» (CE Colombia).
Un arraigo profundo
89. La Eucaristía es ya, en sí misma, “fuente y cumbre” del dinamismo sinodal de la Iglesia. «La celebración litúrgica y la oración se viven como una fuerza de unión y movilización de las energías humanas y espirituales. La opinión predominante es que la oración favorece la alegría de vivir y el sentido de comunidad, porque se ve como un punto de referencia, un lugar de fortaleza y un oasis de paz. [...] Las aportaciones hacen hincapié en dos formas de desarrollar un camino sinodal: la unidad comunitaria y la alegría de vivir. Este camino pasaría por grandes encuentros litúrgicos (peregrinaciones...), para alimentar la piedad popular, renovar la fe, alimentar el sentimiento de pertenencia, y así acompañar mejor a los cristianos para que den testimonio del Evangelio de la caridad frente al comunitarismo y el repliegue identitario, cada vez más visibles y agresivos» (CE Burkina Faso y Níger).
90. En países de diferentes zonas del mundo «la vinculación a la Iglesia de muchos bautizados pasa especialmente por el fenómeno de la religiosidad popular. [...] Muchas personas conciben este hecho como muestra de su pertenencia a la Iglesia; por lo cual, debemos fomentar y evangelizar, para que exista una mayor participación e incorporación consciente a la vida cristiana» (CE Panamá).