Seamos Coherentes y hagamos el bien
"Voy Señor"
Primera lectura Lectura de la Profecía de Ezequiel
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».
Salmo 24,4bc-5. 6-7. 8-9 R/. Recuerda, Señor, tu ternura
Segunda lectura Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses
Evangelio Según San Mateo
3. Hacia una Iglesia sinodal misionera
3.4 La sinodalidad toma forma
Espiritualidad
84. La cultura de la sinodalidad, indispensable para animar las
estructuras y las instituciones, requiere una formación adecuada, pero
sobre todo no puede dejar de alimentarse de la familiaridad con el Señor
y de la capacidad de escuchar la voz del Espíritu: «el discernimiento
espiritual debe acompañar la planificación estratégica y la toma de
decisiones, de modo que todo proyecto sea acogido y acompañado por
el Espíritu Santo» (Iglesia católica greco-melquita). Por eso necesitamos
crecer en una espiritualidad sinodal. Sólo puede basarse en la atención
a la interioridad y la conciencia. «En la espiritualidad personal y en el
mensaje de la Iglesia debe prevalecer la alegría de Cristo resucitado y
no el miedo a un Dios que castiga» (CE República Checa).
85. Como ya se ha subrayado en varias ocasiones, una Iglesia sinodal
debe abordar en primer lugar las numerosas tensiones que surgen del
encuentro entre las diversidades. Por eso, una espiritualidad sinodal
sólo puede ser una espiritualidad que acoge las diferencias, promueve
la armonía y saca de las tensiones la energía necesaria para avanzar en
el camino. Para lograrlo, tendrá que pasar de enfatizar la dimensión
individual a la colectiva: una espiritualidad del “nosotros”, que puede
valorar las aportaciones de cada persona.
86. El primer año del proceso sinodal ha ofrecido ya experiencias
estimulantes en esta dirección, a través de la propuesta del método de
la conversación espiritual, que ha permitido al Pueblo de Dios saborear
el gusto de un encuentro interpersonal en torno a la Palabra de Dios y a
las diversas resonancias que suscita en el corazón de cada uno. Además
de convertirlo en una práctica ordinaria en la vida de la Iglesia, como
se ha pedido en muchas partes, el método debe evolucionar hacia
el discernimiento comunitario, especialmente en los organismos de
participación. Esto supone un mayor esfuerzo por integrar la dimensión
espiritual con el funcionamiento de las instituciones y sus órganos de
gobierno, articulando el discernimiento con los procesos de toma de
decisiones. La oración y el silencio no pueden permanecer ajenos a ella,
como si fuera un preámbulo o un apéndice.
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87. La espiritualidad cristiana se expresa de diferentes maneras,
vinculadas tanto a la multiplicidad de tradiciones entre Oriente y Occidente,
como a la variedad de carismas en la vida consagrada y en los movimientos
eclesiales. Una Iglesia sinodal se construye en torno a la diversidad, y el
encuentro entre diferentes tradiciones espirituales puede representar una
“escuela” de formación, en la medida en que es capaz de promover la
comunión y la armonía, contribuyendo a superar las polarizaciones que
viven muchas Iglesias.