martes, 28 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE MARZO DE 2023

  


Lc 11,29-32: A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.


En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:

«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».


Jesús comenta que es una generación perversa, es una generación tentadora, que quiere tentar a Dios. Tienta a Jesús. Y ésta es la tentación: pedirle continuamente a Dios un signo. 

Nosotros, 2000 años después, podemos caer en la misma tentación.

Podemos ser unos descreídos y sólo creer lo que vemos. Podemos estar siempre negando a Dios, dudando de Él porque las cosas no pasan como quisiéramos, como pensamos o como el “sentido común” nos dice. Sin embargo, los caminos de Dios muchas veces son distintos de los nuestros. 

Y seguimos con esa dependencia a recibir signos, estímulos, 

Esa tentación es un problema que obstaculiza nuestra fe, que necesita volar libremente, necesita creer. 

Nos basta su entrega, nos basta su amor, nos basta la cruz, nos basta la resurrección. Sólo Dios basta. 






De la Verbum Domini nº 72  “en el origen de la sacramentalidad de la Palabra de Dios, está precisamente el misterio de la encarnación: «Y la Palabra se hizo carne” […] “La fe, pues, reconoce el Verbo de Dios acogiendo los gestos y las palabras con las que Él mismo se nos presenta.” […] “la sacramentalidad de la Palabra se puede entender en analogía con la presencia real de Cristo bajo las especies del pan y del vino consagrados” […] “La proclamación de la Palabra de Dios en la celebración comporta reconocer que es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros”[…] “el cuerpo de Cristo y su sangre es realmente la palabra de la Escritura, es la enseñanza de Dios”


De la Verbum Domini nº 72 “Si bien es verdad que la liturgia es el lugar privilegiado para la proclamación, la escucha y la celebración de la Palabra de Dios, es cierto también que este encuentro ha de ser preparado en los corazones de los fieles y, sobre todo, profundizado y asimilado por ellos. ” […] “Junto a los Padres sinodales, expreso el vivo deseo de que florezca «una nueva etapa de mayor amor a la Sagrada Escritura por parte de todos los miembros del Pueblo de Dios, de manera que, mediante su lectura orante y fiel a lo largo del tiempo, se profundice la relación con la persona misma de Jesús».”

[…] “incrementar la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral».”


De la Verbum Domini nº 73 “Allí donde no se forma a los fieles en un conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva, se deja de hecho un vacío pastoral, en el que realidades como las sectas pueden encontrar terreno donde echar raíces.” […] “conviene que en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades, «formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales y nuevas comunidades»,[256] en las cuales se promueva la formación, la oración y el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia.” 

lunes, 27 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE FEBRERO DE 2023

   


Mt 6,7-15: Vosotros orad así.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:

"Padre nuestro que estás en el cielo, 

santificado sea tu nombre, 

venga a nosotros tu reino, 

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy nuestro pan de cada día,

perdona nuestras ofensas, 

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,

no nos dejes caer en la tentación, 

y líbranos del mal".

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».


Jesús nos enseña a rezar, como Él mismo hacía. Es la oración del Señor. Muchas veces hemos dicho que esta oración es la forma de orar, no es sólo una oración en sí. La mayoría de las veces la rezamos simplemente. Aquí está contenida la forma de ser cristiano. Me gusta decir que es la contraseña para hablar con Dios.


Siguiendo el evangelio de este fin de semana sobre las tentaciones e intentando descubrir que tentaciones nos ofrece el texto al cual luego diremos al final de la oración dominical: no nos dejes caer en la tentación.


1º tentación: está antes de la oración del Padrenuestro. Podemos llamar la palabrería, o pensar que con rezar convencemos o compramos a Dios. Muchas espiritualidades se basan en hacer oraciones, recomendadas por tal santo u otro. Esto pudo servir en otra época, pero ahora, donde vamos purificando más el evangelio y la práctica cristiana, tenemos que tener cuidado con volver a ese forma que Jesús critica. 


2º tentación: Dios es Padre, siempre Padre y nunca juez. Por tanto, no podemos dejarnos caer en la tentación de creernos no merecedores del amor De Dios. Él no renegará de ti nunca. Incluso hace fiesta (cfr. Parábola del padre misericordioso)


……. de cada una de las peticiones podemos sacar una petición, pero no es cuestión.


3º tentación: tentación de pretender que Dios me perdone y yo no perdone a nadie. El perdón De Dios nos compromete a ser personas de perdón, de reconciliación. No podemos seguir recibiendo el perdón De Dios y quedarnos igual, estaríamos tirando la gracia a la basura. 






De la Verbum Domini nº 56  “en el origen de la sacramentalidad de la Palabra de Dios, está precisamente el misterio de la encarnación: «Y la Palabra se hizo carne” […] “La fe, pues, reconoce el Verbo de Dios acogiendo los gestos y las palabras con las que Él mismo se nos presenta.” […] “la sacramentalidad de la Palabra se puede entender en analogía con la presencia real de Cristo bajo las especies del pan y del vino consagrados” […] “La proclamación de la Palabra de Dios en la celebración comporta reconocer que es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros”[…] “el cuerpo de Cristo y su sangre es realmente la palabra de la Escritura, es la enseñanza de Dios”


De la Verbum Domini nº 57 “La estructura actual (del Leccionario), además de presentar frecuentemente los textos más importantes de la Escritura, favorece la comprensión de la unidad del plan divino, mediante la correlación entre las lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento, «centrada en Cristo y en su misterio pascual” […] “el actual Leccionario del rito latino tiene también un significado ecuménico, en cuanto es utilizado y apreciado también por confesiones que aún no están en plena comunión con la Iglesia Católica”


De la Verbum Domini nº 58 “Es necesario que los lectores encargados de este servicio, aunque no hayan sido instituidos, sean realmente idóneos y estén seriamente preparados. Dicha preparación ha de ser tanto bíblica y litúrgica, como técnica”[…] “La instrucción litúrgica debe facilitar a los lectores una cierta percepción del sentido y de la estructura de la liturgia de la Palabra y las razones de la conexión entre la liturgia de la Palabra y la liturgia eucarística. La preparación técnica debe hacer que los lectores sean cada día más aptos para el arte de leer ante el pueblo, ya sea de viva voz, ya sea con ayuda de los instrumentos modernos de amplificación de la voz”

domingo, 26 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE FEBRERO DE 2023

  


Mt 25,31-46: Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. 

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. 

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. 

Entonces dirá el rey a los de su derecha: 

"Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme". 

Entonces los justos le contestarán: 

"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?". 

Y el rey les dirá: 

"En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis". 

Entonces dirá a los de su izquierda: 

"Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis". 

Entonces también estos contestarán: 

"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?". 

Él les replicará: 

"En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo". 

Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».


Comenzamos la primera semana de Cuaresma, donde contemplamos en el día de ayer las tentaciones de Jesús en el desierto, que son paradigma de las que nosotros también podemos recibir. 

Hoy se nos puede plantear esta tentación (Evangelii Gaudium) 270. “A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo, la experiencia de pertenecer a un pueblo.”


Y aquí nos acusa Jesús de una manera clara: “lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo






De la Verbum Domini nº 52 “este es el ámbito privilegiado en el que Dios nos habla en nuestra vida, habla hoy a su pueblo, que escucha y responde. Todo acto litúrgico está por su naturaleza empapado de la Sagrada Escritura. Como afirma la Constitución Sacrosanctum Concilium, «la importancia de la Sagrada Escritura en la liturgia es máxima.”

De la Verbum Domini nº 53 “la liturgia de la Palabra es un elemento decisivo en la celebración de cada sacramento de la Iglesia»;[189] sin embargo, en la práctica pastoral, los fieles no siempre son conscientes de esta unión, ni captan la unidad entre el gesto y la palabra.”


De la Verbum Domini nº 54 “el discurso sobre el pan se refiere al don de Dios que Moisés obtuvo para su pueblo con el maná en el desierto y que, en realidad, es la Torá, la Palabra de Dios que da vida” […] “ en el misterio de la Eucaristía se muestra cuál es el verdadero maná, el auténtico pan del cielo: es el Logos de Dios que se ha hecho carne, que se ha entregado a sí mismo por nosotros en el misterio pascual.” 


jueves, 23 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE FEBRERO DE 2023

 


Mt 9,14-15: Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán.


En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:

«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».

Jesús les dijo:

«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».


Se presenta la pregunta por el ayuno, que es la enésima pregunta por el cumplimiento de la ley.

Los discípulos también tienen que cumplir la ley, y por tanto, ayunar, como las purificaciones. Sin embargo, como dice Jesús, mientras está el esposo…

Mientras está el esposo tiene una enseñanza profunda, que querrá decir.

En la línea con San Pablo, que decía que la ley era un pedagogo, como unas muletas que nos enseñan a caminar. La ley es el preludio, la introducción al camino con Jesús. La ley nos prepara para encontrarnos con Jesús.


Por eso, no es necesaria, mientras esté él. Con Jesús no tenemos esa necesidad, no tenemos que marcar nuestra vida por el cumplimiento, sino por el amor.

Ahora nuestra vida tiene que estar marcada por el amor a Dios, no por el cumplimiento.






De la Verbum Domini nº 48 “La interpretación de la Sagrada Escritura quedaría incompleta si no se estuviera también a la escucha de quienes han vivido realmente la Palabra de Dios, es decir, los santos.[162] En efecto, «viva lectio est vita bonorum” (Una lección viviente es la vida de los buenos.) […] “no es una casualidad que las grandes espiritualidades que han marcado la historia de la Iglesia hayan surgido de una explícita referencia a la Escritura.”

De la Verbum Domini nº 51 “La contemporaneidad de Cristo respecto al hombre de cada época se realiza en el cuerpo vivo de la Iglesia. Por esto Dios prometió a sus discípulos el Espíritu Santo, que les “recordaría” y les haría comprender sus mandamientos (cf. Jn 14,26) y, al mismo tiempo, sería el principio fontal de una vida nueva para el mundo”

[…] “Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la esposa de su Hijo amado; y el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo (cf. Col 3,16)».

La Esposa de Cristo, maestra también hoy en la escucha, repite con fe: «Habla, Señor, que tu Iglesia te escucha».Por eso, la Constitución dogmática Dei Verbum comienza diciendo: «La Palabra de Dios la escucha con devoción y la proclama con valentía el santo Concilio».[178] En efecto, se trata de una definición dinámica de la vida de la Iglesia: «Son palabras con las que el Concilio indica un aspecto que distingue a la Iglesia. La Iglesia no vive de sí misma, sino del Evangelio, y en el Evangelio encuentra siempre de nuevo orientación para su camino. Es una consideración que todo cristiano debe hacer y aplicarse a sí mismo: sólo quien se pone primero a la escucha de la Palabra, puede convertirse después en su heraldo». En la Palabra de Dios proclamada y escuchada, y en los sacramentos, Jesús dice hoy, aquí y ahora, a cada uno: «Yo soy tuyo, me entrego a ti», para que el hombre pueda recibir y responder, y decir a su vez: «Yo soy tuyo».[180] La Iglesia aparece así en ese ámbito en que, por gracia, podemos experimentar lo que dice el Prólogo de Juan: «Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios» (Jn 1,12).”

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO I DE CUARESMA. CICLO A

  








  HOJA PARROQUIAL


25 y 26 de Febrero de 2023
Domingo I de Cuaresma. Ciclo A.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”



  


    El tiempo cuaresmal nos ofrece la oportunidad de ir preparándonos a celebra la Pascua. Es un tiempo especial de interioridad, reflexión, profundización y conversión. Como nos recordaba Pablo Peralta: «Creo que la Cuaresma es un momento privilegiado para aprender a vivir la vida en toda su seriedad y posibilidades.»


    El Evangelio no invita a dejarnos conducir por el Espíritu, junto a Jesús al desierto.  En la Biblia el desierto es lugar de aridez, de exigencia, de prueba, pero es también  lugar de encuentro, donde Dios habla al corazón (Oseas 2,14), donde nace el Pueblo de Dios a una vida nueva (Ex 13,3). Desde esta perspectiva de encuentro y vida podemos mirar nuestra realidad personal, comunitaria y social.


    Las lecturas de este día nos invita a valorar el proyecto de vida y amor que se manifiesta en la creación; Pablo nos recuerda que en Jesús se nos da la vida y la gracia que exige de nosotros apertura y disponibilidad; El relato de la tentaciones nos invita a afrontar con Jesús los desafíos que la vida nos pone por delante, dejándonos guiar por su Espíritu.











LECTURAS


Primera lectura del libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7


El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios:
“No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».
La serpiente replicó a la mujer:
«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.


Salmo 50, 3-4. 5-6ab. 12-13. 14 y 17 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado


Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Segunda lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19


Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.
Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno:
pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados, acabó en justicia.
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.


Evangelio según san Mateo 4, 1-11


En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los
reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.








INTRODUCCIÓN


   1. La experiencia del proceso sinodal

1.1 «Los frutos, las semillas y las malas hierbas de la sinodalidad» 


17. El método de la conversación espiritual ha sido ampliamente apreciado, y ha permitido a muchos echar una mirada honesta a la realidad de la vida de la Iglesia y llamar por su nombre tanto las luces como a las sombras existentes. Esta leal valoración ha dado inmediatamente frutos misioneros: «se constata una fuerte movilización del Pueblo de Dios, la alegría de reunirse, caminar juntos y hablar libremente. Algunos cristianos, que se habían sentido heridos y se habían alejado de la Iglesia, volvieron durante esta fase de consulta» (CE República Centroafricana). Muchos subrayaron que era la primera vez que la Iglesia les pedía su opinión y que deseaban continuar este camino: «deben continuar las reuniones en el espíritu del método sinodal, donde todos los miembros de la asamblea o comunidad pueden expresar abierta y honestamente su opinión, y también deben continuar las reuniones con diversos grupos externos a la Iglesia. Este tipo de cooperación debería convertirse en una de las “leyes no escritas” de la cultura de la Iglesia, para fomentar el acercamiento entre los miembros de la Iglesia y los grupos de la sociedad, creando así una disposición por parte de la gente a entablar un diálogo más profundo» (CE Letonia). 


18. Sin embargo, no faltaron las dificultades, que las síntesis no ocultan. Algunas están vinculadas a la coincidencia de la fase de consulta con la pandemia, otras derivan de la dificultad de comprender lo que significa la sinodalidad, de la necesidad de un mayor esfuerzo de traducción e inculturación de los materiales, de la imposibilidad de organizar reuniones sinodales en algunos contextos locales o de resistencia ante la propuesta. No faltan expresiones muy claras de rechazo: «no me fío del Sínodo. Creo que se ha convocado para introducir más cambios en las enseñanzas de Cristo e infligir más heridas a su Iglesia» (tomado de una contribución individual del Reino Unido). A menudo se ha manifestado la preocupación de que el énfasis en la sinodalidad pueda presionar para que se adopten en la Iglesia mecanismos y procedimientos centrados en el principio de la mayoría democrática. Entre las dificultades está también el escepticismo sobre la eficacia real o la intención del proceso sinodal: «algunos expresaron dudas sobre el resultado del proceso sinodal debido a la percepción de la Iglesia como una institución rígida que no quiere cambiar y modernizarse, o por la sospecha de que el resultado del Sínodo esté predeterminado» (CE Canadá). 


19. Numerosas síntesis mencionan los temores y las resistencias de parte del clero, así como la pasividad de los laicos, su miedo a expresarse libremente y la dificultad de articular el papel de los pastores con la dinámica sinodal: «en este proceso también ha habido resistencias, falta de participación, comunidades que no se incorporaron. Ello, en parte, pudo ser por la novedad del desafío planteado, pues muchas comunidades no están acostumbradas a esta forma de vivir la Iglesia. También, se ha debido a que algunos dirigentes y pastores no asumieron el papel animador y conductor que les correspondía. Varios informes diocesanos se quejan de la falta o del débil involucramiento de los sacerdotes» (CE Chile). En muchos casos, el proceso sinodal y los materiales recibidos revelan que existe una percepción generalizada de separación entre los sacerdotes y el resto del Pueblo de Dios: «las consultas en las diócesis y a nivel nacional han mostrado que la relación entre los sacerdotes y los fieles es en muchos lugares difícil. Por un lado, se critica la distancia que se percibe entre el clero y los laicos; por otro lado, en algunos lugares los sacerdotes se experimentan incluso como un obstáculo para una comunidad fructífera. Al mismo tiempo, se mencionan los desafíos para los sacerdotes: la disminución de su número y del de los [colaboradores] voluntarios conducen al agotamiento; además, los sacerdotes no siempre se sienten escuchados, algunos ven cuestionado su ministerio. ¿Qué hace a un buen sacerdote? ¿Cómo puede ser la vida parroquial una experiencia enriquecedora para todos los implicados? ¿Por qué cada vez menos hombres sienten la vocación? Es necesario hablar sobre estas cuestiones» (CE Austria). 



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miércoles, 22 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE FEBRERO DE 2023

 



Lc 9,22-25: El que pierda su vida por mi causa la salvará.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Entonces decía a todos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».


Ayer comenzábamos la Cuaresma. Es un proceso, es un camino. No podemos tomárnoslo con calma. Asumamos con rapidez la intensidad que nos exige. 

En el evangelio, vemos que Jesús, a bocajarro nos anuncia la Pasión. La Iglesia nos anuncia a donde nos llevará esta Cuaresma, a acompañar a Jesús a su muerte, para resucitar con Él.

La Iglesia no se anda con chiquitas, nos propone todo. De hecho, en el evangelio y en la primera lectura se nos propone una elección. Quien quiera salvar su vida o quien pierda su vida por mí. 


Se nos invita a perder la vida. Y esto es algo muy fuerte. Podemos hacer una sugerencia de cosas que representen perder la vida.

Hace referencia al martirio, el Papa decía de dos maneras se pierde la vida: “explícitamente confesando la fe, o implícitamente defendiendo la verdad”.


Pero también podemos entender perder la vida cuando se ama. Cuando se ama, no se piensa en uno, sino en el/la amado/a. Guardar la vida significa medir la entrega, medir lo que doy, como me doy. Sin embargo, en términos de amor, no hay mediciones, no hay límites, no hay cotos. Jesús nos pone en la dinámica del amor, que es la dinámica del servicio, de la entrega y de la misericordia. 






De la Verbum Domini nº 44 . “el «literalismo» propugnado por la lectura fundamentalista, representa en realidad una traición, tanto del sentido literal como espiritual, abriendo el camino a instrumentalizaciones de diversa índole, como, por ejemplo, la difusión de interpretaciones antieclesiales de las mismas Escrituras.”

De la Verbum Domini nº 47 “Evítese fomentar un concepto de investigación científica que se considere neutral respecto a la Escritura. Por eso, junto al estudio de las lenguas en que ha sido escrita la Biblia y de los métodos interpretativos adecuados, es necesario que los estudiantes tengan una profunda vida espiritual, de manera que comprendan que sólo se puede entender la Escritura viviéndola.

En esta perspectiva, recomiendo que el estudio de la Palabra de Dios, escrita y transmitida, se haga siempre con un profundo espíritu eclesial”

HOMILÍA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA DE 2023

  



Comenzamos la Cuaresma, que es uno de los tiempos más preciosos que tenemos a lo largo del año litúrgico.

Es un tiempo de conversión. Para mirarlo sólo a él.

Es un tiempo de clarificar. Porque todo se va haciendo nebulosa, ambiguo. ¿Seguirlo de verdad?

Es un tiempo de simplificar. Hay muchos sobrantes en mi vida. 

Es un tiempo de limpieza. Todo se va llenando de telarañas, de polvo, de suciedad. 

Es un tiempo de reordenar. Reordenar mi corazón y mi vida. 

Es un tiempo de penitencia…algunos entienden la penitencia como algo malo, cuando es el camino de vuelta otra vez al Señor.


Por decir algunos…


Yo me imagino cuando hacemos una limpieza general y revolvemos todo. Encontramos lo que teníamos perdido. Nos damos cuenta de todo lo que nos sobra. Y localizamos algo de lo que ya no nos acordábamos. Por eso digo que es un tiempo precioso, también porque nos preparamos para el acontecimiento más importante de todos los tiempos: la Pascua.


Pues bien, en este tiempo, nuestra Iglesia diocesana quiere que reflexionemos sobre esta expresión de Ezequiel y no Éxodo (como sale en el cartel): Os daré un corazón nuevo.


Es importante que en este tiempo, lo dediquemos a purificar nuestro corazón. Dichosos los limpios de corazón.


Para ello, nos dan tres herramientas: oración, ayuno y limosna. 




El ayuno es cuando nos damos cuenta de que tenemos que hacer limpieza, de nuestra casa, de las gafas, se van llenando de polvo, suciedad e incluso las huellas de las manos. Ayunar es tan necesario porque hay muchas cosas que sobran en nuestra vida, que nos impiden dedicárselo al Señor. Hay mucha gente que me dice que no viene a misa porque no tiene tiempo. Esto puede ser así en momentos puntuales, pero ¿de manera permanente?. o es que ¿el Señor no nos importa tanto como nos parece? Ya somos conscientes de que tenemos que ayunar: puede ser de la tele (hay personas que no vienen a misa entresemena porque están enganchadas en las novelas turcas, perdonando por mencionar este país tan castigado en la última semana), ayunar del móvil, las redes sociales, las notificaciones; ayunar de la limpieza de la casa; ayunar del juego, la lotería; ayunar de las compras, obsesionados con la última moda, o las rebajas; ayunar de la crítica, en los mentideros o parlamentos que tenemos en nuestro pueblo …cada uno sabe de lo que tiene que ayunar.


La limosna es la limpieza que hacemos habitualmente. Ya somos conscientes de que tenemos que limpiar, pero no buscamos el momento, el día, nos da pereza. Es imposible tener un corazón limpio si no abunda en nosotros la caridad, la limosna, la preocupación por los pobres, por los que sufren, por los que lo pasan mal. Decían los padres de la Iglesia que la misericordia tapa muchos pecados. 


La oración es la práctica para poder concentrar la mirada. En este caso la concentramos en el Señor. Tenemos que practicarla mucho. Se nos puede ir la vista a los lados. Todo lo que hacemos es por el Señor. Cuando hacemos limpieza en la casa, estamos más a gusto, más acogedora se hace la casa. Pero no nos olvidemos que nuestra casa es también hogar del Señor. No perdamos la perspectiva, sin la oración, nuestra vida no tiene luz, ni esperanza, ni alegría. He planteado la oración como el último lugar, pero puede estar al principio, pero siempre unidos a los demás gestos de la cuaresma. La oración sin el ayuno y la limosna, es una espiritualidad sin cuerpo, que se muere solo, es autorreferencialidad, PORQUE EL SEÑOR SIEMPRE NOS ENVÍA A LOS DEMÁS. 


Pidamos al Señor que utilicemos las herramientas que nos ha dado para que nos pueda dar un corazón nuevo, renovado, más fuerte, más flexible, más parecido al de Él.