domingo, 31 de julio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE AGOSTO DE 2022

 Mt 16,13-23: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

Jesús le respondió:

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».

Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».


Preguntarme sobre la identidad de Jesús y mi relación con Él es siempre importante, sobre todo si quiero profundizar y resignificar mi fe.
Para Pedro Jesús es el Hijo de Dios Vivo y el Mesías. Pero Pedro no acaba de entender el final de Jesús.
Porque cuando Jesús habla de su muerte, Pedro no entiende y quiere hacerle cambiar de camino.
Nosotros también podemos vivir esa contradicción de creer y profesar algo que nunca vivimos o nos parece difícil vivir y por eso ni siquiera lo intentamos.
Sería bueno que hoy te preguntaras y te contestaras a las siguientes preguntas:
– ¿Quién es Jesús para mí y que significa en mi vida?
– ¿Descubro la voluntad de Dios a través de Jesús?
– ¿Tengo el valor para seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias?
– ¿Cómo puedo ser hoy constructor del Reino de Dios?.
– ¿Qué contestaría si hoy Jesús me dirigiera la pregunta que le dirigió a los discípulos: Y TÚ, QUIÉN DICES QUE SOY YO?

Antonio Sanjuán Marín, cmf

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 3 DE AGOSTO DE 2022

Mt 15,21-28: Mujer, qué grande es tu fe.


En aquel tiempo, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón.

Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».

Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:

«Atiéndela, que viene detrás gritando».

Él les contestó:

«Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».

Ella se acercó y se postró ante él diciendo:

«Señor, ayúdame».

Él le contestó:

«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella repuso:

«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».

Jesús le respondió:

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».

En aquel momento quedó curada su hija.


«Ella se acercó y se postró ante Jesús diciendo: Señor, ayúdame».

De nuevo vuelve a aparecer, ahora en boca de una mujer extranjera el «mantra» invocando a Jesús: «Señor, ayúdame».
Y estas dos palabras brotan de los labios de esta mujer porque desde su profunda fe las ha pronunciado antes en su corazón.
No son dos palabras huecas y sin sentido. Son palabras de fe y de confianza en Jesús.
Jesús, que en principio parece no atender la petición de la mujer, termina reconociendo la grandeza de su fe y haciendo que se cumpla su petición.
Piensa en situaciones cercanas a tí y que quieras poner hoy a los pies de Jesús.
Y, como la mujer de este evangelio, póstrate ante Él con mucha fe y repite muchas veces el mantra de hoy: «Señor, ayúdame».
El Señor escuchará tu súplica. 

Antonio María Sanjuán Marín, cmf 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 2 DE AGOSTO DE 2022

Mt 14,22-36: Mándame ir a ti sobre el agua.


Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.

Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.

Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.

Jesús les dijo enseguida:

«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!».

Pedro le contestó:

«Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua».

Él le dijo:

«Ven».

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:

«Señor, sálvame».

Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:

«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».

En cuanto subieron a la barca amainó el viento.

Los de la barca se postraron ante él diciendo:

«Realmente eres Hijo de Dios».

Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos.

Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados.



Después de la multiplicación de los panes y peces que vimos hoy, se dirigen al otro lado del lago, mientras Jesús va al monte a solas a orar. Y en la madrugada se acerca Jesús. Pedro pone a prueba a Jesús: “si eres tú”, pero sin embargo, a pesar de este reto, Pedro tiene una afirmación propia de un hombre de fe: “mándame” ir hacia ti…


Sobre esto quisiera reflexionar un poquito. La fe es confianza, es respuesta al amor, pero también es obediencia. El hombre de fe reconoce la pobreza de sus capacidades, reconoce sus limitaciones, incluso sus pecados, y sobretodo, reconoce el poder en la confianza en Jesús. Por ello, no sale directo al agua, le pide que Jesús se lo mande, para que lo pueda hacer. 


Recordemos, la fe no es un voluntarismo, sino una respuesta positiva a la indicación del Maestro. Si él me manda ir, me dará la capacidad para poder hacer, porque por mis propias fuerzas no podré. Esta claro, que ahí no está solo el tema, porque el mismo Pedro, se hundió posteriormente, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo y dejó de confiar. 


¿Estamos todos dispuestos a pedirle al Señor, mándame…? Que podamos decirle como el profeta Isaías: “Aquí estoy, mándame”.  

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE AGOSTO DE 2022

  Mt 14,13-21: Alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.


En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra desde los poblados.

Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:

«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».

Jesús les replicó:

«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».

Ellos le replicaron:

«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».

Les dijo:

«Traédmelos».

Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.


Volvemos de nuevo a los comentarios al evangelio del día. Comenzamos el mes de Agosto. En pleno verano. En plenas vacaciones de muchas personas.

Y Jesús sigue invitándonos a seguirle. En el día de hoy, la Iglesia nos propone una de las multiplicaciones de panes y peces. Como suelo hacer, sólo me fijo en el título.


La clave de Jesús es que siempre toma su mirada al cielo. Hemos dicho en este fin de semana que la espiritualidad cristiana no es desencarnada, que se desentiende de los acontecimientos, que se refugia en los problemas. Jesús, al revés, los afronta, se implica, pero siempre mirando al cielo.


Jesús sabe que todo está en manos de Dios, a él le lleva todo. Esta es la diferencia entre él y yo, por ejemplo. Tiene una confianza ilimitada en el Padre y como actúa. 


Me gustaría poder tener esa mirada fija en el cielo, en cada acontecimiento, para ver la luz de Dios, llenarme de su esperanza y revestirme de su caridad.

HOJA DE CANTOS DE LAS NIEVES 2022


 

ENTRADA


Cuantas veces, siendo niño, te recé, con mis besos te decía que te amaba, poco a poco, con el tiempo alejándome de ti, por caminos que se alejan me perdí. (bis)

Hoy he vuelto, Madre, a recordar cuantas cosas dije ante tu altar, y al rezarte puedo comprender, que una Madre no se cansa de esperar (bis) 

Al regreso me encendías una luz, sonriendo desde lejos me esperabas, en la mesa la comida aún caliente y el mantel, y tu abrazo en mi alegría de volver.(bis)

Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso, que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor, es su madre y el milagro de su amor.

 

GLORIA

 


Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.


Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias.


Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;


tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;


porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

INTERLECCIONAL


Habla Señor, que tu hijo escucha. Habla Señor te quiero escuchar. Habla Señor, danos tu mensaje. Habla Señor, danos tu verdad (bis)

 

OFERTORIO



Yo no soy nada y del polvo nací pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la Cruz sólo puedo exclamar: tuyo soy, tuyo soy. 


Toma mis manos, te pido, toma mis labios, te amo, toma mi vida, oh Padre, tuyo soy, tuyo soy. 


Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo Tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo? Sólo mi ser, tuyo soy, tuyo soy. 


Siento la canción de Tu Espíritu en mí ríos de agua viva en mi corazón. ¿Cómo acallar la canción del amor? tuyo soy, tuyo soy.

 

COMUNIÓN

 


Tan cerca de mí, tan cerca de mí, que hasta lo puedo tocar, Jesús está aquí.


1.-Le hablaré si miedo al oído. Le contaré las cosas que hay en mí, y que sólo a Él le interesarán; Él es más que un mito para mí.


2.- No busques a Cristo en lo alto. Ni lo busques en la oscuridad, muy cerca de ti, en tu corazón, puedes adorar a tu Señor.


3.- Mírale a tu lado caminando, paseando ante la multitud. Muchos ciegos son porque no le ven. Ciegos de ceguera espiritual. 

 



Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas, a donde quiera que vayas, te seguiré.


1.- Sígueme amigo, anda y vende lo que tienes y lo das al que es mendigo. Tú tendrás un tesoro en el cielo; Ven y sígueme.


2.-Sígueme amigo, que la mies es abundante y pocos los decididos. Tu palabra será vida eterna; Ven y sígueme.


3.- Sígueme amigo, abandona ya tus redes, porque yo te necesito. Tú serás pescador de los hombres; Ven y sígueme.

 


FINAL

 


Una entre todas las mujeres fue la escogida, fuiste tú María la elegida, Madre del Señor, Madre del Salvador.

María llena de gracia y consuelo, ven a caminar con el pueblo, nuestra Madre eres Tú (bis)

Ruega por nosotros, pecadores en la tierra, ruega por el pueblo que en su Dios espera. Madre del Señor, Madre del Salvador.


miércoles, 27 de julio de 2022

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

    






  HOJA PARROQUIAL


30 y 31 de Julio de 2022
Domingo XVIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Lo que has acumulado, ¿de quién será?”




  La avaricia es una de las grandes tentaciones que pueden asaltar al ser humano, en toda época. Nos impide valorar lo que es cada persona y lo que uno tiene. Una persona avariciosa que vive para acaparar, acumular, enriquecerse, solo piensa en sí misma y no en los demás.


   Jesús aprovecha la parábola para advertirnos del peligro de poner toda nuestra confianza y esfuerzos en los bienes terrenales. Y hasta hace intervenir en ella al propio Dios: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?”.


   Buscar los bienes de arriba, ser rico ante Dios, es vivir en hermandad y solidaridad, trabajar para que haya más fraternidad, desde la caridad con todos. Se trata de gastar la vida amando y sirviendo a Dios en cada hermano.








LECTURAS

Primera lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23


¡Vanidad de vanidades!, —dice Qohélet—. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.


Salmo 89 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.


Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.

Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.


Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11


Hermanos:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.


Evangelio según San Lucas 12, 13-21


En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».






Parte 4. Cómo debemos orar

 

PRIMERA SECCIÓN. La oración en la vida cristiana

 

CAPÍTULO TERCERO. El camino de la oración

 

SEGUNDA SECCIÓN. La oración del Señor. El Padrenuestro

 

516 ¿Cómo pueden los hombres llamar «Padre» a Dios, si han sido atormentados o abandonados por su padre o por sus padres?

 

Los padres y las madres alteran a veces la imagen de un Dios paternal y bondadoso. Pero nuestro Padre del cielo no es idéntico a nuestras experiencias humanas de paternidad y maternidad. Debemos purificar nuestra imagen de Dios de todas nuestras ideas personales, para poder encontrarnos con él con una confianza plena. Incluso personas que han sido violadas por su propio padre pueden aprender a rezar el Padrenuestro. Con frecuencia es tarea de toda su vida dejarse abandonar a un amor que le fue negado de una forma cruel por los hombres, pero que sin embargo existe de una manera maravillosa, más allá de toda comprensión humana.

 

517 ¿Cómo somos transformados por el Padrenuestro?”

 

El Padrenuestro nos permite descubrir, llenos de alegría, que somos hijos de un único Padre. Nuestra común vocación es alabar a nuestro Padre y vivir entre nosotros como «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32). Puesto que Dios, el Padre, ama a cada uno de sus hijos con el mismo amor exclusivo, como si fuera el único ser objeto de su afecto, nosotros tenemos que tratarnos entre nosotros de un modo totalmente nuevo: llenos de paz, respeto y amor; de forma que cada uno pueda ser la regocijante maravilla, que realmente es en presencia de Dios.

 

518 Si el Padre está «en el cielo», ¿dónde está ese cielo?

 

El cielo está allí donde está Dios. La palabra cielo no indica ningún lugar, sino que designa la existencia de Dios, que no está sometido ni al tiempo ni al espacio. No debemos buscar el cielo por encima de las nubes. En cualquier lugar donde nos dirigimos a Dios en su gloria y al prójimo en su necesidad; allí donde experimentamos la alegría del amor; donde nos convertimos y nos dejamos reconciliar con Dios, allí se abren los cielos. «No donde está el cielo está Dios, sino que donde está Dios está el cielo» (Gerhard Ebeling). 








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domingo, 17 de julio de 2022

HOMILÍA DE LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN 2022

 Homilía del Carmen 2022


Gn 18,1-10a: Señor, no pases de largo junto a tu siervo.

Sal 14,2-3ab.3cd-4ab.5: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

Col 1,24-28: El misterio escondido desde siglos, revelado ahora a los santos.

Lc 10,38-42: Marta lo recibió. María ha escogido la parte mejor. 


Las lecturas de hoy, este fin de semana, nos hablan de acoger y escoger. Abraham acoge la visita de estos tres personajes. Marta acoge a Jesús en su casa. Abraham escoge hacer lo que le dicen los personajes. María escoge la parte mejor.


Podríamos decir, y terminamos aquí, que María nuestra Madre acogió a su Hijo en su seno y durante toda su vida, ha escogido la parte mejor que es escucharlo, seguirlo, confiar en Él.


Y aunque las lecturas van por otro camino, como decimos en el salmo: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?, me gustaría ir por otra senda. En estos años durísimos: pandemia, volcán, quisiera remarcar la idea de que María es la que nos visita. Muchas veces las procesiones tienen esta finalidad (la simbología de que María va por nuestras calles, plazas, etc). 


Sin embargo, tenemos que decir que es la realidad. Es un axioma de nuestra fe: aunque no lo sintamos, no seamos conscientes. 


La realidad es que María está continuamente visitándonos. María está continuamente a nuestro lado. No se ha ido nunca. No se irá nunca. No nos suelta de su mano. Como cuando un niño pequeño no se suelta de la mano de su padre o madre. Así estamos nosotros siempre. 


¿Cómo es esta visita de María? ¿Qué produce si somos conscientes?

La visita de María siempre es para estar a nuestro lado, protegernos.

En la Biblia vemos varias visitas de María. La principal es la que hace a su prima Isabel. Y fue maravillosa: la criatura saltó de alegría en su vientre y se llenó Isabel del Espíritu Santo. 


Esta visita la necesitamos nosotros. Que María nos traiga la alegría y el Espíritu Santo. La necesitamos. Necesitamos esa alegría de Dios que está por encima de las circunstancias. Porque la alegría que le trajo María a Isabel no anuló las circunstancias en la que estaba: mayor; sino que fue la fortaleza para vivir en esas circunstancias. 

Esa alegría que es la plenitud del Espíritu.

Es la alegría de la resurrección.

Es la alegría que funda naciones como el Padre Anchieta.

Es la alegría contagiosa de la fe. 

Es la alegría que es compromiso. 

Es la alegría que es fortaleza en la vida.


Necesitamos de esa alegría. Para que no estemos anclados de las situaciones favorables, sino que tengamos la alegría de poder campear los temporales. 


La segunda visita de María que quiero señalar es la que hace a los apóstoles en el Cenáculo en el día de Pentecostés. Es una forma de hablar, porque María ya estaba con ellos (desde el Calvario Juan la recibió en su casa).


Pero es la visita de María la que une a los apóstoles en ese tiempo en el que tenían miedo, en el que esperaban.

La visita de María también nos ayuda a llevar las esperas. A confiar en Dios esperando su momento. A no desconfiar, a no murmurar y desesperar. 

Necesitamos también esta visita de María. Muchas veces desesperamos porque no sabemos esperar. Porque no llega la hora, o ésta se prolonga. O porque no realiza lo que queremos. O porque no nos escucha. Son apreciaciones nuestras. Y María nos ayuda a corregir nuestra espera, a esperar en Él. A esperar en el Señor. A no esperar en el resultado, sino en el Señor. 


Y María también escogió, escogió la parte mejor dice el texto bíblico de la hermana de Lázaro. ¡Cuánto más no diremos de nuestra Madre, la perfecta creyente!

María escogió a Jesús siempre, dijimos antes. 

Y María nos escogió a nosotros. María siempre nos elige a nosotros. A todos y cada uno. No una generalidad sino una singularidad. Me acuerdo de un matrimonio, en el cual, había una disputa entre la hija y el padre. La hija quería que la madre se pusiera en contra del padre y a favor de ella. (Estamos hablando de adultos). La madre siempre le decía que no siguiera por ahí, porque ella escogería siempre a su padre. No estamos hablando de alguna injusticia, sino de cosas menores y casi sin importancia, en la que cual muchas veces hacemos la guerra.


María nos escogió, TE ESCOGIÓ A TI, y siempre lo hará. Que bien nos hace saber esa predilección de María por cada uno de sus hijos. Que alegría, que nos escoja. Como dijo Isabel: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?. María siempre está volcada en ti, volcada en mi. 


Escoger es preferir. María te elige a ti, te prefiere a ti, aunque no lo merezcas, merezcamos.


Quien se sienta alejado de María, es que no la ha conocido, es que no ha profundizado en lo más hondo de su corazón. Porque en lo más hondo sólo podremos oír la voz de amor de Jesús y María. Vivamos sintiéndonos visitados. elegidos y escogidos por María. Sintámonos así, siempre con ella, siempre de su mano. Nuestra vida tendrá otra perspectiva, otro futuro que siempre será más esperanzado. 


martes, 12 de julio de 2022

viernes, 1 de julio de 2022