jueves, 30 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE JULIO DE 2022

  Mt 9,9-13: No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificio.


En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: 

«Sígueme». 

Él se levantó y lo siguió. 

Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. 

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: 

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo: 

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».



"No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". ¡Menos mal! Así me puedo sentir, a pesar de pecador, miembro de la Iglesia (mi casa, mi madre), objeto del amor y la misericordia de Jesús. Para mí, esta frase ha traído dos resonancias. La primera es reconocerme pecador, en cuanto me reconozca pecador, sentiré la necesidad de Él. En cuanto me sienta pecador, me sentiré el objeto de su amor y su misericordia. Eso trae consigo no fijarme tanto en el otro como pecador (en el evangelio de ayer, Simón se fijó en la mujer pecadora, sin reparar en que él también es pecador). Esto trae consigo que todos nos sintamos iguales en dignidad: pecadores e Hijos de Dios, amados por Él. No hay nadie mejor ni peor. La segunda resonancia es la llamada a la responsabilidad individual: "Sígueme" . No podemos quedarnos solamente en que somos pecadores, en que "Dios me ha creado así". Dios quiere para nosotros algo mejor, por eso nos invita a seguir al Maestro. Cuando Jesús no condenó a la pecadora le dijo: "Anda y en adelante no peques más". Él ha venido a llamar a los pecadores, para invitarnos al camino de la "santidad-salvación".

Exequias de Hortensia

 


miércoles, 29 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE JUNIO DE 2022

 Mt 9,1-8: La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.


En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: 

«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados». 

Algunos de los escribas se dijeron: 

«Este blasfema». 

Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: 

«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”». 

Se puso en pie y se fue a su casa. 

Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.



Jesús vuelve a su ciudad (seguramente Cafarnaúm), una ciudad muy populosa. En otro lugar del evangelio, se decía que no pudo hacer en su casa ningún milagro. Ahí creo que se refería a Nazaret.

Vemos como Jesús cura el paralítico y un hecho tan palpable, sin embargo, es un hecho controvertido. Hay gente que alaba a Dios y otras personas que ven un blasfemo.

Sin embargo, sólo los que tienen fe, permiten a Dios actuar y sólo los que tienen fe, alaban a Dios.

¿Somos de los que tenemos fe?

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

     










  HOJA PARROQUIAL


2 y 3 de Julio de 2022
Domingo XIV del Tiempo Ordinario. Ciclo C.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“¡Poneos en camino!”




  Desde el domingo pasado leemos en el evangelio de san Lucas una nueva etapa en el ministerio público de Jesús. Deja Galilea y emprende decidido el viaje hacia Jerusalén. Vive una maduración en el proceso de asumir radicalmente su tarea de Enviado, Mesías y Salvador.


  Humanamente va quedando más solo, menos rodeado de multitudes. Según el plan del Padre, su misión se realizará desde el servicio, la entrega, la renuncia… enfrentando la persecución y el rechazo, sin buscarlos, pero sin evadirlos.

Aumenta, entonces, la radicalidad que Jesús pide –y Lucas recoge– a uno que se ofrecía a seguirle y a dos a los que llamó: ‘Sígueme’. Radicalidad también reflejada en las condiciones de un nuevo envío de discípulos por delante de él. Poco antes lo había hecho con los Doce (símbolos de las doce tribus de Israel) y ahora con setenta (y dos), símbolo de ‘todo el mundo’, como alusión a la universalidad del mensaje y a la universalidad de la vocación y urgencia del anuncio.


  Es importante en ese envío darnos buena cuenta del contenido a anunciar, de quiénes sean los anunciadores y de cómo anunciar. El Sínodo que la Iglesia viene celebrando, con sus acentos (comunión, participación, misión) ofrece una nueva oportunidad de hacer camino juntos unidos a aquellos setenta (y dos) que Jesús envió.








LECTURAS

Primera lectura del Profeta Isaías 66, 10-14c


Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis;
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado,
se manifestará a sus siervos la mano del Señor».


Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 R. Aclamad al Señor, tierra entera.


Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.


Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.


Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna eternamente. R/.


Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor. R/.


Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 6, 14-18


Hermanos:
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén


Evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».






Parte 4. Cómo debemos orar

 

PRIMERA SECCIÓN. La oración en la vida cristiana

 

CAPÍTULO TERCERO. El camino de la oración

 

SEGUNDA SECCIÓN. La oración del Señor. El Padrenuestro

 

512 ¿Cómo surgió el Padrenuestro?

 

El Padrenuestro surgió por la petición de un discípulo de Jesús, que veía orar a su Maestro y quería aprender del mismo Jesús cómo se ora bien. 

 

513 ¿Qué estructura tiene el Padrenuestro?

 

El Padrenuestro consiste en siete peticiones al Padre misericordioso del cielo. Las tres primeras peticiones se refieren a Dios y a cómo debemos servirle. Las últimas cuatro peticiones llevan nuestras necesidades humanas fundamentales ante nuestro Padre del cielo. 

 

514 ¿Qué posición ocupa el Padrenuestro entre las demás oraciones?

 

El Padrenuestro es «la más perfecta de todas las oraciones» (santo Tomás de Aquino) y «el resumen de todo el Evangelio» (Tertuliano). El Padrenuestro es más que una oración, es un camino que conduce directamente al corazón de nuestro Padre. Los primeros cristianos pronunciaban esta oración fundamental de la Iglesia, que es entregada a cada cristiano en el Bautismo, tres veces al día. Y, entre nosotros, no debe pasar ningún día en el que no intentemos pronunciar con la boca la oración del Señor, recogerla en el corazón y hacerla verdad en nuestra vida.

 

515 ¿De dónde sacamos la confianza de llamar Padre a Dios?

 

Tenemos la osadía de llamar a Dios Padre porque Jesús nos ha llamado a su lado y nos ha hecho hijos de Dios. En comunión con él, que «está en el seno del Padre» (Jn 1,18), nos atrevemos a decirle a Dios «¡Abba, Padre!». 







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Exequias de Ian


 

martes, 28 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE JUNIO DE 2022

  Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: 

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». 

Ellos contestaron: 

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 

Él les preguntó: 

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

Jesús le respondió: 

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».




Tú eres Pedro y te daré las llaves. Celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo. El evangelio se centra en Pedro (Pablo no sale en el evangelio), en lo que solemos llamar en teología el primado de Pedro y el poder de las llaves.


Tener las llaves de una casa es tener el poder para entrar y salir cuando uno quiera. Pero también es una confianza y una responsabilidad grande.


Jesús confía toda su misión, todo su poder y toda su capacidad de decidir en Pedro. Está claro que no es un poder que se realice aislado, sino en unión muy profunda con Él. En un primer momento, meditemos brevemente sobre la grave responsabilidad que Jesús deja en los hombros de San Pedro. Es un día para pedir fuertemente por él, para que no sienta el peso de la responsabilidad sino sobretodo la confianza que pone Jesús en él. Confianza que se traduce también en facilidad de trato con el Señor.


Como dije antes, las llaves se utiliza para abrir y cerrar. Muchas veces en la Iglesia el poder de las llaves se utiliza sobre todo para cerrar: determinar el dogma, determinar las enseñanzas que son contrarias a la fe cristiana, excomulgar, etc. 

En varias ocasiones el Papa Francisco ha pedido que la Iglesia no sea una aduana, sino un hospital de campaña. Ha puesto a toda la Iglesia en estado de misión para salir a comunicar la vida nueva en Cristo. En general, son lenguajes que evocan más a abrir puertas que a cerrarlas. En un momento como éste, se pide tomar decisiones, elecciones, sobre los distintos temas de calado por los cuales está pasando la Iglesia. Pidamos para que el Papa sienta nuestra oración y no se vea solo, sino a toda la Iglesia orando por su ministerio. Para que siga imprimiendo en la Iglesia (nosotros) una actitud abierta, dialogante, de comunión con el mundo y con todas las distintas tradiciones. Algunas veces, el Papa abre puertas, y nosotros las cerramos. 

Pidamos también para que las llaves se usan para abrir más que para cerrar.

lunes, 27 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE JUNIO DE 2022

 Mt 8,23-27: Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma.

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. 

En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: 

«¡Señor, sálvanos, que perecemos!». 

Él les dice: 

«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». 

Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: 

«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».


 Hay una tempestad fuerte, la barca está a punto de hundirse. Y Jesús duerme…y los discípulos desesperan y le gritan. 


Me impresiona esta escena: Jesús duerme. Me recuerda a la crucifixión de Jesús en la que, en palabras de San Ignacio, “la divinidad se esconde”. Es el silencio De Dios, que nos produce miedo, desconfianza, inseguridad. 


Y Jesús nos enseña a seguir confiando siempre y en toda circunstancia. El silencio De Dios no es eterno, no es absoluto.

Es un silencio para que confiemos,

es un silencio para que crezcamos,

es un silencio para que aprendamos a mirar al cielo y no ser el centro de nuestras vidas,

es un silencio salvador.

 

Aprendamos de la actitud de Jesús ante la tormenta, aprendamos del silencio De Dios para que no desconfiemos a la primera de cambio, sino que sigamos confiando, porque Dios no se desdice de sus promesas. 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE JUNIO DE 2022

 Mt 8,18-22: Sígueme.


En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.

Se le acercó un letrado y le dijo:

-Maestro, te seguiré adonde vayas.

Jesús le respondió:

-Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.

Otro que era discípulo, le dijo:

-Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.

Jesús le replicó:

-Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.



Jesús le dice a esta persona: tú sígueme. El seguimiento a Jesús es lo más importante que haremos. No te distraigas, no pongas excusas para dejarlo para otro día.


El seguimiento de Jesús no es "a ratos en los tiempos libres", ni "por asignaturas poco a poco", sino que es un seguimiento total, radical, implica toda nuestra vida.

Es más, toda nuestra vida se puede resumir a esta premisa: lo seguimos o no lo seguimos. En todo lo que hacemos nos podemos plantear: ¿estoy siguiendo a Jesús o me estoy siguiendo a mi?

viernes, 24 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE JUNIO DE 2022: EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 Lc 15,3-7: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y letrados esta parábola:

-Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:

-¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
 
Reflexión
 
Permíteme que añada a continuación la lectura del oficio de lecturas de hoy.
 
En ti está la fuente viva
San Buenaventura.
Opúsculo 3 (El árbol de la vida, 29-30.47: Opera omnia 8,79)
Y tú, hombre redimido, considera quién, cuál y cuán grande es éste que está pendiente de la cruz por ti. Su muerte resucita a los muertos, su tránsito lo lloran los cielos y la tierra, y las mismas piedras, como movidas de compasión natural, se quebrantan. ¡Oh corazón humano, más duro eres que ellas, si con el recuerdo de tal víctima ni el temor te espanta, ni la compasión te mueve, ni la compunción te aflige, ni la piedad te ablanda!
Para que del costado de Cristo dormido en la cruz se formase la Iglesia y se cumpliese la Escritura que dice: Mirarán al que atravesaron, uno de los soldados lo hirió con una lanza y le abrió el costado. Y fue permisión de la divina providencia, a fin de que, brotando de la herida sangre y agua, se derramase el precio de nuestra salud, el cual, manando de la fuente arcana del corazón, diese a los sacramentos de la Iglesia la virtud de conferir la vida de la gracia, y fuese para los que viven en Cristo como una copa llenada en la fuente viva, que salta hasta la vida eterna.
Levántate, pues, alma amiga de Cristo, y sé la paloma que anida en la pared de una cueva; sé el gorrión que ha encontrado una casa y no deja de guardarla; sé la tórtola que esconde los polluelos de su casto amor en aquella abertura sacratísima. Aplica a ella tus labios para que bebas el agua de las fuentes del Salvador. Porque ésta es la fuente que mana en medio del paraíso y, dividida en cuatro ríos que se derraman en los corazones amantes, riega y fecunda toda la tierra.
Corre, con vivo deseo, a esta fuente de vida y de luz, quienquiera que seas, ¡oh alma amante de Dios!, y con toda la fuerza del corazón exclama:
«¡Oh hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo de la eterna luz! ¡Vida que vivificas toda vida y luz que iluminas toda luz y conservas en perpetuo resplandor millares de luces, que desde la primera aurora fulguran ante el trono de tu divinidad!
¡Oh eterno e inaccesible, claro y dulce manantial de la fuente oculta a los ojos mortales, cuya profundidad es sin fondo, cuya altura es sin término, su anchura ilimitada y su pureza imperturbable!
De ti procede el río que alegra la ciudad de Dios, para que, con voz de regocijo y gratitud, te cantemos himnos de alabanza, probando por experiencia que en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz.

miércoles, 22 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE JUNIO DE 2022. SAN JUAN BAUTISTA

 Lc 1,57-66.80: El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.


A Isabel se le cumplió el tiempo y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.

La madre intervino diciendo:

- ¡No! Se va a llamar Juan.

Le replicaron:

- Ninguno de tus parientes se llama así.

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo

- Qué va a ser este niño? Porque la mano de Dios estaba con él.

El niño iba creciendo y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.


Juan es su nombre. El nombre es nuestra identidad, y en la Biblia, también es nuestra misión. Juan significa “Dios tiene misericordia”, porque a través de él, se anuncia la llegada de Jesús, se anuncia que Dios tiene misericordia del pueblo que estaba oprimido. Dios tiene misericordia de Isabel con el nacimiento de Juan.


¿Cuál es nuestro nombre para Dios? Lejos del significado etimológico de nuestro nombre, nuestro nombre ante Dios es: hijo querido. 

Hijo querido siempre, en cualquier situación, en cualquier lugar, de cualquier manera. 


La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos sus hijos para siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es amarnos como sus hijos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es elegirnos entre todos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacerse uno de nosotros.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es confiar.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es perdonarnos siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su paciencia.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su largueza.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su generosidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su gratuidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su primero.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su capacidad que tiene de sorprendernos siempre. 

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su humildad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos partícipes de su misma vida.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es…(puede añadir tú)

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

    








  HOJA PARROQUIAL


25 y 26 de Junio de 2022
Domingo XIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C.


Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“Sígueme”




 ¿Pero se puede seguir a Jesucristo?

El Evangelio de hoy nos suscita esta pregunta, pero no perdamos de vista un dicho bien popular: “Querer es poder”; lo que nos lleva a reformular la pregunta: ¿Queremos en verdad seguir a Jesucristo?, que también puede inducirnos a formular un corolario: “¿Merece la pena seguir a Jesucristo? Porque si en realidad no nos merece la pena seguir a Jesucristo, tampoco valdrá la pena reflexionar sobre las condiciones de este seguimiento que el evangelista pone en boca de Jesús, y que resultan ser algunas de las expresiones más duras que aparecen atribuidas a Él. Si, como estamos acostumbrados a escuchar, todos hemos sido ya redimidos por Cristo y cabe esperar un mismo destino salvífico para todos, en verdad, que no merecerá la pena complicarnos la existencia con estas preguntas ni con la necesidad de darle una respuesta: ya está todo hecho.








LECTURAS

Primera lectura del libro primero de los Reyes 19, 16b. 19-21


En aquellos días, el Señor dijo a Elías en el monte Horeb:
«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo se Safat, de Abel Mejolá».
Partió Elías de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima.
Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo:
«Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré».
Elías le respondió:
«Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?».
Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.


Salmo 15. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.


Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R/.


Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré R/.


Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/.


Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Segunda lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18


Hermanos:
Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.
Por tanto, manteneos firmes, 
y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.
Hermanos, vuestra vocación es la libertad: 
no una libertad para que se aproveche el egoísmo;
al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.
Porque toda la ley se concentra en esta frase: 
«amarás al prójimo como a ti mismo».
Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros,
terminaréis por destruiros mutuamente.
Yo os lo digo: andad según el Espíritu 
y no realicéis los deseos de la carne;
pues la carne desea contra el espíritu 
y el espíritu contra la carne.
Hay entre ellos un antagonismo tal, 
que no hacéis lo que quisierais.
Pero si os guía el Espíritu, 
no estáis bajo el dominio de la ley.


Evangelio según San Lucas 9, 51-62


Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?
El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, le dijo uno:
–Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió:
–Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
A otro le dijo:
–Sígueme.
El respondió:
–Déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Le contestó:
–Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.
Otro le dijo:
–Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
–El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.






Parte 4. Cómo debemos orar

 

PRIMERA SECCIÓN. La oración en la vida cristiana

 

CAPÍTULO TERCERO. El camino de la oración

 

510 ¿Es posible orar siempre?

 

Orar es siempre posible. Orar es una necesidad vital. La oración y la vida son inseparables. No se puede despachar a Dios con un par de palabras por la mañana o por la tarde. Nuestra vida debe convertirse en oración, y nuestras oraciones deben hacerse vida. La historia de cada vida cristiana es también una historia de oración, un único y largo intento de unirse cada vez más íntimamente con Dios. Como en muchos cristianos está vivo el deseo de estar siempre junto a Dios en su corazón, recurren a la llamada «oración de Jesús», que es una costumbre antigua especialmente en las iglesias orientales. El orante intenta integrar una fórmula sencilla de oración —la más conocida es «Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí»— de tal modo en su jornada, que se convierte en una oración constante.

 

SEGUNDA SECCIÓN. La oración del Señor. El Padrenuestro

 

511 ¿Qué dice el Padrenuestro?

 

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

El Padrenuestro es la única oración que Jesús mismo enseñó a sus discípulos (Mt 6,9-13; Lc 11,2-4). Por eso el Padrenuestro se llama también «la oración del Señor». Cristianos de todas las confesiones la rezan a diario, tanto en las celebraciones litúrgicas como en privado. El añadido «Tuyo es el reino...» se menciona ya en las Constituciones apostólicas (Didaché, que data de alrededor del año 150 d.C.) y se puede añadir al Padrenuestro. 










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