lunes, 28 de febrero de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE FEBRERO DE 2022

 Mc 10,17-27: Vende lo que tienes y sígueme.


En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:

«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:

«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:

«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:

«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:

«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:

«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».


Me conmueve la historia del “joven rico”. Como viene a Jesús con toda sus ganas, sus deseos de seguirle…

Me conmueve la mirada que le hace Jesús cuando le va a anunciar lo más importante: una cosa te falta…El texto dice “se quedó mirándolo, lo amó y le dijo”. Me parece que aquí está la clave del texto. Jesús lo miró con inmensa ternura. Pero esta persona no supo dejarse mirar. No captó la ternura de la mirada de Jesús. Era una mirada de amor, no de inquisición, no una mirada juzgadora, como muchas veces atribuimos a Dios.


Me conmueve la tristeza de esa persona. No es capaz de seguir las indicaciones de Jesús. ¡Cuántas veces, me pasa lo mismo, apegado a las cosas y las situaciones, soy incapaz de seguir al Señor!.

Sin embargo, intento seguir con el Señor, para que Él me vaya dando libertad. Esta persona, se fue triste. Y como dije antes, tenía un concepto de Jesús muy elevado, de alguien exigente, de un maestro, y no del Dios con nosotros, que está para ayudarnos a caminar, a desprendernos…


Lo que sigue en el evangelio también me conmueve tremendamente. Jesús, entiendo que fruto de la tristeza que también a Él le embarga, lanza una afirmación que deja estupefactos a los apóstoles. Y quiero dar a notar, que Jesús queda afectado por esta persona que no fue capaz de dejarse ayudar. Se fue con su tristeza. Y Jesús se quedó triste, por no poder hacer nada. 


No miremos al Señor como alguien alejado a nuestras vidas, que sólo busca que cumplamos unos objetivos, sino como mi Señor, mi Maestro, mi Roca, mi Baluarte, mi Salvador, mi Amor, mi Confidente…


Pidámosle con toda la humildad, igual que el centurión, Señor quiero pero no puedo, ayúdame.

PARA VIVIR MEJOR LA CUARESMA










 

viernes, 25 de febrero de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE FEBRERO DE 2022

 Mc 10,1-12: Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.


En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.

Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:

«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».



2 ideas sencillas sobre este evangelio:

1) Dios nos invita a la comunión. El proyecto de Dios es a la comunión. Él es comunión. No a la división. Hemos superado a Babel, gracias a la fuerza del Espíritu Santo. Pentecostés vuelve a darnos la oportunidad de ponernos en el proyecto de Dios y cumplir su sueño.

2) Dios no se desdice de lo que promete o regala. Dios no se arrepiente. Y lo que da, lo da de una vez para siempre. Se puede aflojar, perder, olvidar, pero la gracia de Dios y su amor siempre nos envuelve.

Lo que nos toca a nosotros es vivir de cara a ese amor y proyecto de Dios. Esa semilla sembrada en nuestros corazones, tenemos que cuidarla para que produzca fruto.

Está claro que la realidad muchas veces es dura e incluso contradice esta Palabra de Dios. Pero yo pienso...¿qué sería de un mundo que no tuviera en todos los ámbitos esperanza de volver a empezar, de reconducir, de perdonar?

Si la realidad del mundo es que las relaciones interpersonales se rompieran y no podrían recuperarse...entonces, llegaría el momento de un nuevo Babel.

Pero no, la realidad del mundo es que, incluso cuando todo se rompe, siempre hay posibilidades de empezar de nuevo, de nuevos caminos, e incluso desandar los caminos deshechos, gracias a una fuerza misteriosa interior: el Espíritu Santo.

Y esto es tan real como lo anterior y vemos ejemplos a nuestro alrededor. Pero que duda cabe, que esto último si me produce esperanza, ilusión y ganas de trabajar. Lo otro no nos produce sino desilusión y desesperanza.


Se puede complementar con este comentario al Amoris Laetitia

http://semillas.podomatic.com/entry/2016-05-19T06_56_52-07_00

Exequias de Ofelia

 


miércoles, 23 de febrero de 2022

HOJA PARROQUIAL. DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C

   






  HOJA PARROQUIAL


26 y 27 de Febrero de 2022
Domingo VIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

Parroquias de Tazacorte y Ntra. Sra. de Fátima en Tijarafe

Textos tomados de la página web de los dominicos en España. Dibujos obra de Fano.


“El que es bueno, de su corazón saca el bien”




   Las lecturas de esta Eucaristía tienen un cierto carácter sapiencial.

El libro del Eclesiástico nos ofrece una sabia lección: para conocer cómo es una persona, en lugar de fiarnos de su apariencia, primero tenemos que escucharla, para ver cómo razona.


     En el salmo 91 alabamos a Dios porque hace prosperar a los justos, es decir, a las personas de buena voluntad. Es más, Dios es el Justo, la Roca en la que debemos asentar nuestra vida.


     San Pablo, en su primera carta a los cristianos de Corinto, nos dice que tras nuestra resurrección, lo que en esta vida es imperfecto y corruptible, se transformará en perfecto y eterno. Y para alcanzar la resurrección, debemos obrar según la voluntad de Dios.


     El pasaje del Evangelio según san Lucas nos ofrece tres lecciones sapienciales de Jesús. La primera nos dice que el discípulo no es superior a su maestro. La segunda nos anima a corregirnos a nosotros antes de tratar de corregir a los demás. Y la tercera afirma que podemos conocer a las personas observando sus obras.








LECTURAS

Primera del libro del Eclesiástico 27, 4-7


Cuando se agita la criba, quedan los desechos;
así, cuando la persona habla, se descubren sus defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero,
y la persona es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol,
así la palabra revela el corazón de la persona.
No elogies a nadie antes de oírlo hablar,
porque ahí es donde se prueba una persona.


Salmo 91 R. Es bueno darte gracias, Señor.


Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo;
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R/.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/. 

En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
mi Roca, en quien no existe la maldad. R/. 


Segunda lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 54-58


Hermanos: 
Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
«La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado, la ley.
¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
De modo que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e inconmovibles.
Entregaos siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos de que vuestro esfuerzo no será vano en el Señor.


Evangelio según san Lucas 6, 39-45


En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».





Parte 3. Cómo obtenemos la vida en Cristo


PRIMERA SECCIÓN. Para qué estamos en la tierra, qué debemos hacer y cómo nos ayuda el Espíritu Santo de Dios


CAPÍTULO SEGUNDO. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»


EL OCTAVO MANDAMIENTO: No dirás falso testimonio ni mentirás.


461 ¿Cómo media el arte entre la belleza y la verdad?


La verdad y la belleza van unidas, pues Dios es la fuente tanto de la belleza como también de la verdad. El arte, que se orienta a la belleza, es por ello un camino propio para llegar al todo y a Dios. Lo que no se puede decir con palabras ni comunicar con el pensamiento, se expresa en el arte. Es «una sobreabundancia gratuita de la riqueza interior del ser humano» (CCE 2501). En gran similitud con la actividad creadora de Dios, en el artista se unen la inspiración y la habilidad humana para dar forma válida a algo nuevo, un aspecto de la realidad desconocido hasta ese momento. El arte no es un fin en sí mismo. Tiene que elevar al hombre, conmoverlo, hacerlo mejor y en definitiva llevarlo a la adoración y la acción de gracias a Dios.


EL NOVENO MANDAMIENTO: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.


462 ¿Por qué se opone el noveno mandamiento a la avidez sexual?


El noveno mandamiento no se opone al deseo sexual en sí, sino al deseo desordenado. La «concupiscencia», contra la que alerta la Sagrada Escritura, es el dominio de los impulsos sobre el espíritu, el predominio de lo impulsivo sobre toda la persona y la pecaminosidad que surge de ello. La atracción erótica entre el hombre y la mujer ha sido creada por Dios y es por eso buena; pertenece al ser sexuado y a la constitución biológica del ser humano. Se encarga de que se unan el hombre y la mujer y de que de su amor pueda brotar la descendencia. Esta unión debe ser protegida por el noveno mandamiento. Jugando con fuego, es decir, por un trato imprudente con la chispa erótica entre el hombre y la mujer, no es lícito poner en peligro el ámbito protegido del matrimonio y la familia.


463 ¿Cómo se logra la «pureza del corazón»?


La pureza del corazón, necesaria para el amor, se consigue en primer lugar mediante la unión con Dios en la oración. Donde nos toca la gracia de Dios, surge un camino para un amor humano indiviso. Una persona casta puede amar con un corazón sincero e indiviso. Si nos dirigimos a Dios con intención sincera, él transforma nuestro corazón. Nos da la fuerza para corresponder a su voluntad y para rechazar pensamientos, fantasías y deseos impuros. 



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COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE FEBRERO DE 2022

 Mc 9,41-50: Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la "gehenna".


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la "gehenna", al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la "gehenna".

Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la "gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».



Es un lenguaje duro éste del Señor en el día de hoy. Y también un lenguaje exagerado, como suele habitual en los judíos. Está claro que no nos está diciendo que nos cortemos un brazo, etc. Lo que está diciendo el Maestro es que nuestra prioridad, nuestra atención debería estar en la Gehenna. Es decir, nuestra vida tiene eco en la eternidad, y con nuestros actos y acciones estamos dirigiendo nuestros pasos hacia un destino u otro. 


Está claro que sabemos la misericordia de Dios que quiere que todos los hombres se salven. Y sabemos que Dios perdona todo y siempre. Y Jesús no nos está advirtiendo o amenazando, sino simplemente intentando que nuestras vidas sean reconducidas desde ahora hacia el camino del bien, siguiendo sus pasos. Que lo hagamos ahora y no esperemos a más adelante, o al final, porque Dios es bueno. 


La salvación no es solamente en el último día, porque podemos estar viviendo como salvados o como viviendo sin ningún sentido.

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE FEBRERO DE 2022

  Mc 9,38-40: El que no está contra nosotros está a favor nuestro.


En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.

Jesús respondió:

-No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.


Tengo que limpiar mi mirada para no ver al mundo y a los otros como rivales. ¿Podemos decir que sólo nosotros somos "los nuestros". Es como sí en nuestra casa, como estamos siempre cerca de nuestros padres o los ayudamos más, o les hacemos más caso, pretendemos pensar que ellos nos quieren más a nosotros y no quieren al hijo que les salió rebelde. Tenemos la demostración en la parábola del padre misericordioso o del hijo pródigo.
Para Dios, todos somos su pueblo, su rebaño. Y Él hace sale el sol sobre buenos y malos. Él derrama su gracia por todo el mundo.
No nos cerremos, muchas veces nuestro mundo es nuestro grupo. Abrámonos al otro. El otro no es un rival sino un hermano.

lunes, 21 de febrero de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE FEBRERO DE 2022

  Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: 

-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 

Ellos contestaron: 

-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» 

Él les preguntó: 

-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

-«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.» 

Jesús le respondió:

-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Celebramos la cátedra de San Pedro , una fiesta que nos diferencia de nuestros hermanos cristianos.


Celebrar la cátedra es celebrar a un hermano, servidor de todos que ha sido puesto con la impresionante responsabilidad de sostenernos, iluminarnos y guiarnos hasta Jesús. Jesús le dio las llaves del Reino de los cielos, es decir, el poder de decisión. Pero teniendo en cuenta que el Papa no es el dueño de la Iglesia, sino su servidor, un instrumento de Jesús. Por ello, este poder no se usa para elegir el camino, que en una consideración ponderada pudiera descubrir, sino en el camino trazado por Dios. Y sólo él tiene esa responsabilidad, aunque tiene instrumentos para ayudarle en esta labor (sínodo de los obispos, colegio de cardenales, dicasterios, etc) 


Es un día para pedir intensamente por el Papa, sucesor de Pedro. 

Pidamos por el Papa, para que no se sienta solo al ser él el que tiene que decidir, sino que sienta que toda la Iglesia está orando por él.

Pidamos por el Papa para que elija el querer de Dios. 

Pidamos por el Papa para que no desfallezca su fe. 

Pidamos por el Papa para que no sucumba a la tentación del diablo.

Pidamos por el Papa para nos sostenga en la esperanza.

Pidamos por el Papa para que nos anime en la caridad.


En el evangelio de hoy, vemos como, ante la pregunta de Jesús, Simón Pedro tomó la palabra. Jesús asegura que la fuerza de la afirmación de Pedro radica en que eso le vino de arriba. 


Jesús no eligió a Pedro por sus cualidades, porque dieran el perfil, sino eligió a Pedro, para que nos convenciéramos de que el poder está en la unión con Jesús.


Igualmente con el Papa, podremos ser más cercanos o partidarios en su forma de hacer las cosas, en sus palabras, en sus escritos, en sus decisiones. O podemos no estar de acuerdo. Sin embargo, la clave está en que “dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo” . Ahí está la dicha, y también nuestra confianza, en que el Espíritu estará siempre. 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE FEBRERO DE 2022

  Mc 9,14-29: Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe.


En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.

Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo.

Él les preguntó:

«¿De qué discutís?».

Uno de la gente le contestó:

«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».

Él, tomando la palabra, les dice:

«¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».

Se lo llevaron.

El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre:

«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».

Contestó él:

«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».

Jesús replicó:

«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».

Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:

«Creo, pero ayuda mi falta de fe».

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:

«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».

Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.

El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.

Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:

«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».

Él les respondió:

«Esta especie solo puede salir con oración».



"Esta especie sólo puede salir con oración". De nuevo, Jesús nos da una lección. Hemos perdido fe, confianza o motivación para la oración, y Jesús, después de una obra extraordinaria y bastante espectacular (la forma como salió el espíritu inmundo) nos dice que con la oración es posible.

Bien lo decía San Agustín: La oración es la fortaleza del hombre, y la debilidad de Dios. Es la fortaleza del hombre porque la oración puede ser transformaste. En la oración, dejamos que el Espíritu Santo nos transforme. En la oración, pedimos verlo todo con los ojos de Dios, de la fe. Es bueno llevarlo todo a la oración: María meditaba todo en su corazón. Así le daremos el justo valor a todo.

No pensemos que perdemos el tiempo, ¡hay tantas situaciones por las que orar y mucho! (como intercesión)

Seamos la voz de los que no tienen voz.

Seamos la fortaleza de los débiles.

Seamos la compañía de los que están solos.

Seamos el alimento de los que tienen hambre.

Seamos el consuelo de los tristes.

Seamos la paz de los que están angustiados.

Seamos ....

domingo, 20 de febrero de 2022

viernes, 18 de febrero de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE FEBRERO DE 2022

  Mc 8,34-9,1: El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará


En aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos, Jesús les dijo:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».

Y añadió:

«En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».



Perder la vida, ganar la vida. Cuando oímos esta palabra seguramente tendremos en mente otro contenido que cuando nos lo está diciendo Jesús.


Hoy en día, ganar la vida es triunfar, ser querido, tener buena casa, buen coche, dinero, buenos hijos. Totalmente opuesto a Jesús. Démonos cuenta que Jesús en ese contexto perdió la vida. La inversión de valores…o la nuestra.


Perder la vida es renunciar a sí mismo, renunciar a sus valores, renunciar a sus horarios, renunciar a los propios gustos, salir de la zona de confort. Lo hacemos no por mortificarnos, sino por seguirle a Él, como vemos que hicieron los apóstoles. 


Ahí está la clave, es renunciar a ciertas cosas, opciones, caminos, gustos, por Él y el evangelio (que sea buena noticia para el resto).


Es que la vida no nos pertenece, dado que no nos damos la vida. La vida la vivimos, la administramos. Y vivir en el evangelio es servir, entregarse, darse, amar.