Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero sí la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
En el día de San Isidoro, doctor de la Iglesia, la Iglesia nos presenta este evangelio en el que Jesús nos afirma que somos la sal y la luz del mundo.
Quizá nos pueda resultar pretencioso, decir eso de cada uno. En el caso de San Isidoro es así.
Yo creo que Jesús, nos quiere decir que podremos ser sal y luz si nos confiamos en Él. Entonces no iluminaremos por nosotros mismos, sino por reflejo de Él. Daremos sabor porque hemos sido concentrados en el mar celestial.
Como siempre, la clave está en confiar en Él, confiarnos en Él. Por eso mismo el Papa Francisco al proponernos la santidad en el documento Gaudete et Exsultate comienza diciendo: “Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”
Él es el Buen Pastor, el único Pastor, confiémonos en Él.
REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA
https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero sí la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
En el día de San Isidoro, doctor de la Iglesia, la Iglesia nos presenta este evangelio en el que Jesús nos afirma que somos la sal y la luz del mundo.
Quizá nos pueda resultar pretencioso, decir eso de cada uno. En el caso de San Isidoro es así.
Yo creo que Jesús, nos quiere decir que podremos ser sal y luz si nos confiamos en Él. Entonces no iluminaremos por nosotros mismos, sino por reflejo de Él. Daremos sabor porque hemos sido concentrados en el mar celestial.
Como siempre, la clave está en confiar en Él, confiarnos en Él. Por eso mismo el Papa Francisco al proponernos la santidad en el documento Gaudete et Exsultate comienza diciendo: “Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”
Él es el Buen Pastor, el único Pastor, confiémonos en Él.
REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA
https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit